miércoles, 30 de septiembre de 2009
Honduras, en el filo de la navaja
Por Irma Ortiz - Cubadebate
Mientras dos presidentes —el depuesto Manuel Zelaya y el golpista Roberto Micheletti— continúan discutiendo sin llegar a acuerdos, Honduras vive el caos. Hasta ahora se han registrado dos muertos, disturbios y saqueos a comercios durante el toque de queda, que ya fue levantado; pero la población, especialmente en los barrios más pobres, es la que paga los platos rotos.
Honduras —que en 1956 sufrió el primer golpe de Estado, que en los años 70 fue bastión de la contrarrevolución financiada por Estados Unidos y la CIA, que es un país azotado por desastres naturales como el del huracán Mitch en 1998, que dañó al país por todos los costados y donde se vive una gran pobreza que afecta a cerca del 60 por ciento de la población— hoy vive en el filo de la navaja.
Manuel Zelaya está refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde arribó en un operativo “sorpresa”, que en opinión de la investigadora del Departamento de Estudios Globales del Tecnológico de Monterrey, Valeria Marina Valle, habría que investigar; ya que podría echar por la borda la labor mediadora que ha realizado el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, y mandatarios de otros países. Lo cierto, apunta, es que Honduras es un país que merece la atención internacional, porque podría haber sorpresas muy desagradables.
Este es el punto de vista de la maestra Valeria Marina Valle.
El conflicto surgió el 28 de junio, cuando el presidente electo, Zelaya, sufrió un golpe de Estado; porque hay que llamar a las cosas por su nombre y fue un golpe de Estado. Más allá de todos los errores que haya cometido este Presidente en su administración, la manera en que lo sacaron del poder fue terrible y esto tiene que ser condenado internacionalmente.
Las peripecias y viajes del presidente Zelaya por la región, por Estados Unidos donde la comunidad internacional le dio su apoyo. El tema de su retorno se veía congelado aunque el presidente de Costa, Rica Oscar Arias, inició una labor de mediación muy importante pero no logró destrabar el nudo. Ahora nos enteramos sobre la supuesta llegada sorpresa del presidente Zelaya a su país, pero ahí hay que preguntarse en primer lugar si realmente fue sorpresivo, si algún grupo lo apoyó, hay que cuestionarlo.
Si realmente fue así, habría que condenarlo, porque recordemos que ya movilizó a la comunidad internacional, a la OEA; y muchos países de la región participan de manera directa en tratar de solucionar este conflicto. El presidente Oscar Arias hasta contagiado por la influenza seguía trabajando y de repente Zelaya llega por sorpresa. Por supuesto que entorpece y debilita la labor diplomática y complica la situación.
En un primer momento el presidente interino, Micheletti, le propuso al gobierno de Brasil dos opciones: darle asilo en su país o entregarlo a las autoridades, la primera me parece inviable y ridícula porque da lo mismo que se quede en la embajada que está en territorio brasileño. En segundo lugar, entregarlo tiene un montón de implicaciones y depende de cómo se negocia esa entrega, porque por ahora hay muchos dimes y diretes de cómo va a ser esa entrega.
Zelaya llama a Micheletti manipulador porque le había prometido una cosa y resultó otra. Micheletti dijo que estaría dispuesto a conversar con Zelaya si éste aceptaba las elecciones propuestas para el 29 de noviembre, pero hubo un mal entendido y Micheletti dijo después que esto no significaba estar de acuerdo en restituir a Zelaya en el poder; por eso Zelaya lo llamó manipulador.
Implicaciones a corto plazo
En primer lugar, hay una ardua tarea diplomática para Brasil, ya el presidente Lula Da Silva, en la ONU, defendió a Zelaya. Recibió muchos aplausos porque hace una labor de lobby para que 192 países de la Asamblea General apoyen la petición de Brasil: de que se respete el acuerdo de San José, propuesto por Oscar Arias, que es restituir a Zelaya en el poder.
La labor de la diplomacia brasileña es muy importante y habría que analizar por qué a este país acudió Zelaya y no lo hizo con México. Aunque también sabemos que hubo una situación muy desagradable, ya que el presidente Calderón lo recibió en México como jefe de Estado y estando aquí en el ámbito del PRD, Zelaya comentó que era mejor a veces ser presidente de facto; que de hecho, expresión muy desafortunada, le valió el descontento del gobierno mexicano.
Zelaya se acerca a Brasil para pedirle asilo. Eso le da un poder a ese país cuando ya se le considera como líder de la región por el manejo político de Lula, recordemos que en 2007 Brasil fue nombrado por la Unión Europea como potencia mundial y pertenece al grupo BRIC junto con Rusia y China —donde México no está— y, según previsiones, en 2050 van a ser potencias.
¿Nos preguntamos: qué pasará con la embajada brasileña en Tegucigalpa? No creo que las Fuerzas Armadas la invadan, porque sería muy grave y tendría consecuencias internacionales; pero lo que puede pasar es que estas fuerzas intervengan y lo peor es que se siga reprimiendo a la población civil.
Salidas al conflicto
La Convención de Ginebra acaba de cumplir 60 años. Hay una serie de convenios firmados en 1949 luego de la Segunda Guerra Mundial en el marco de la ONU, que protegen y exigen el respeto a los derechos fundamentales de los civiles en conflictos armados. La Convención en 1977 redactó un protocolo adicional sobre conflictos internos, que es muy importante, porque ahora no sólo habla de conflictos armados entre Estados, sino que cataloga como delito que se violen los derechos humanos internamente en un Estado.
La ONU señala que este tipo de conflictos son los más sangrientos y violentos y la población civil es la más vulnerable, aquí aplicaría el caso Honduras. Podríamos llamar a la Convención de Ginebra para denunciar que en Honduras se violan los derechos civiles y habría que exigir el respeto de estas garantías individuales.
Posibilidades de revisar el Plan Arias
Lo que preocupa es que Micheletti lo condicionó a que se cambie al negociador que es Oscar Arias. Esto es muy grave. Por ahora la situación está muy trabada, faltan días de negociación muy ardua. Arias es una figura muy reconocida que logró en el año 86 terminar el conflicto de guerra civil en Centroamérica, por eso logró el Premio Nobel de la Paz.
* * *
Por su parte, José Pertierra, abogado de Venezuela que lleva en Washington el caso contra el terrorista Luis Posada Carriles y los cinco antiterroristas cubanos presos en Estados Unidos, entrevistado por Siempre!, señala: “Zelaya me dijo hace un mes que era un golpe de Estado no sólo contra su país, sino que era un golpe contra Obama, y creo que tiene razón. Hay sectores de extrema derecha en Honduras, América y Estados Unidos que no quieren un gobierno democrático constitucional en ese país”.
“Lo ocurrido —continúa Pertierra — en las últimas semanas ha provocado una condena internacional sin precedentes con el apoyo sorprendente de Estados Unidos. Ese apoyo no hubiera ocurrido en la administración Bush. El retorno de Zelaya a Honduras no sólo es valiente sino necesario”.
“Sé que está —concluye el abogado— en la embajada de Brasil. El gobierno golpista no permite que salga, pero la presión de la base hondureña e internacional será tal que no le va quedar otra. Lo interesante es qué va pasar en los próximos años. Tanto Zelaya, cuando le hicieron el golpe, como los propios golpistas han causado que la base social se fortalezca y crezca un movimiento progresista. Tengo confianza que Honduras va a regresar al mundo de los países democráticos y habrá un nuevo presidente que respete los derechos del pueblo. No sabemos quién será el líder, pero de la base saldrá alguien”.
Revista Siempre
Mientras dos presidentes —el depuesto Manuel Zelaya y el golpista Roberto Micheletti— continúan discutiendo sin llegar a acuerdos, Honduras vive el caos. Hasta ahora se han registrado dos muertos, disturbios y saqueos a comercios durante el toque de queda, que ya fue levantado; pero la población, especialmente en los barrios más pobres, es la que paga los platos rotos.
Honduras —que en 1956 sufrió el primer golpe de Estado, que en los años 70 fue bastión de la contrarrevolución financiada por Estados Unidos y la CIA, que es un país azotado por desastres naturales como el del huracán Mitch en 1998, que dañó al país por todos los costados y donde se vive una gran pobreza que afecta a cerca del 60 por ciento de la población— hoy vive en el filo de la navaja.
Manuel Zelaya está refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde arribó en un operativo “sorpresa”, que en opinión de la investigadora del Departamento de Estudios Globales del Tecnológico de Monterrey, Valeria Marina Valle, habría que investigar; ya que podría echar por la borda la labor mediadora que ha realizado el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, y mandatarios de otros países. Lo cierto, apunta, es que Honduras es un país que merece la atención internacional, porque podría haber sorpresas muy desagradables.
Este es el punto de vista de la maestra Valeria Marina Valle.
El conflicto surgió el 28 de junio, cuando el presidente electo, Zelaya, sufrió un golpe de Estado; porque hay que llamar a las cosas por su nombre y fue un golpe de Estado. Más allá de todos los errores que haya cometido este Presidente en su administración, la manera en que lo sacaron del poder fue terrible y esto tiene que ser condenado internacionalmente.
Las peripecias y viajes del presidente Zelaya por la región, por Estados Unidos donde la comunidad internacional le dio su apoyo. El tema de su retorno se veía congelado aunque el presidente de Costa, Rica Oscar Arias, inició una labor de mediación muy importante pero no logró destrabar el nudo. Ahora nos enteramos sobre la supuesta llegada sorpresa del presidente Zelaya a su país, pero ahí hay que preguntarse en primer lugar si realmente fue sorpresivo, si algún grupo lo apoyó, hay que cuestionarlo.
Si realmente fue así, habría que condenarlo, porque recordemos que ya movilizó a la comunidad internacional, a la OEA; y muchos países de la región participan de manera directa en tratar de solucionar este conflicto. El presidente Oscar Arias hasta contagiado por la influenza seguía trabajando y de repente Zelaya llega por sorpresa. Por supuesto que entorpece y debilita la labor diplomática y complica la situación.
En un primer momento el presidente interino, Micheletti, le propuso al gobierno de Brasil dos opciones: darle asilo en su país o entregarlo a las autoridades, la primera me parece inviable y ridícula porque da lo mismo que se quede en la embajada que está en territorio brasileño. En segundo lugar, entregarlo tiene un montón de implicaciones y depende de cómo se negocia esa entrega, porque por ahora hay muchos dimes y diretes de cómo va a ser esa entrega.
Zelaya llama a Micheletti manipulador porque le había prometido una cosa y resultó otra. Micheletti dijo que estaría dispuesto a conversar con Zelaya si éste aceptaba las elecciones propuestas para el 29 de noviembre, pero hubo un mal entendido y Micheletti dijo después que esto no significaba estar de acuerdo en restituir a Zelaya en el poder; por eso Zelaya lo llamó manipulador.
Implicaciones a corto plazo
En primer lugar, hay una ardua tarea diplomática para Brasil, ya el presidente Lula Da Silva, en la ONU, defendió a Zelaya. Recibió muchos aplausos porque hace una labor de lobby para que 192 países de la Asamblea General apoyen la petición de Brasil: de que se respete el acuerdo de San José, propuesto por Oscar Arias, que es restituir a Zelaya en el poder.
La labor de la diplomacia brasileña es muy importante y habría que analizar por qué a este país acudió Zelaya y no lo hizo con México. Aunque también sabemos que hubo una situación muy desagradable, ya que el presidente Calderón lo recibió en México como jefe de Estado y estando aquí en el ámbito del PRD, Zelaya comentó que era mejor a veces ser presidente de facto; que de hecho, expresión muy desafortunada, le valió el descontento del gobierno mexicano.
Zelaya se acerca a Brasil para pedirle asilo. Eso le da un poder a ese país cuando ya se le considera como líder de la región por el manejo político de Lula, recordemos que en 2007 Brasil fue nombrado por la Unión Europea como potencia mundial y pertenece al grupo BRIC junto con Rusia y China —donde México no está— y, según previsiones, en 2050 van a ser potencias.
¿Nos preguntamos: qué pasará con la embajada brasileña en Tegucigalpa? No creo que las Fuerzas Armadas la invadan, porque sería muy grave y tendría consecuencias internacionales; pero lo que puede pasar es que estas fuerzas intervengan y lo peor es que se siga reprimiendo a la población civil.
Salidas al conflicto
La Convención de Ginebra acaba de cumplir 60 años. Hay una serie de convenios firmados en 1949 luego de la Segunda Guerra Mundial en el marco de la ONU, que protegen y exigen el respeto a los derechos fundamentales de los civiles en conflictos armados. La Convención en 1977 redactó un protocolo adicional sobre conflictos internos, que es muy importante, porque ahora no sólo habla de conflictos armados entre Estados, sino que cataloga como delito que se violen los derechos humanos internamente en un Estado.
La ONU señala que este tipo de conflictos son los más sangrientos y violentos y la población civil es la más vulnerable, aquí aplicaría el caso Honduras. Podríamos llamar a la Convención de Ginebra para denunciar que en Honduras se violan los derechos civiles y habría que exigir el respeto de estas garantías individuales.
Posibilidades de revisar el Plan Arias
Lo que preocupa es que Micheletti lo condicionó a que se cambie al negociador que es Oscar Arias. Esto es muy grave. Por ahora la situación está muy trabada, faltan días de negociación muy ardua. Arias es una figura muy reconocida que logró en el año 86 terminar el conflicto de guerra civil en Centroamérica, por eso logró el Premio Nobel de la Paz.
* * *
Por su parte, José Pertierra, abogado de Venezuela que lleva en Washington el caso contra el terrorista Luis Posada Carriles y los cinco antiterroristas cubanos presos en Estados Unidos, entrevistado por Siempre!, señala: “Zelaya me dijo hace un mes que era un golpe de Estado no sólo contra su país, sino que era un golpe contra Obama, y creo que tiene razón. Hay sectores de extrema derecha en Honduras, América y Estados Unidos que no quieren un gobierno democrático constitucional en ese país”.
“Lo ocurrido —continúa Pertierra — en las últimas semanas ha provocado una condena internacional sin precedentes con el apoyo sorprendente de Estados Unidos. Ese apoyo no hubiera ocurrido en la administración Bush. El retorno de Zelaya a Honduras no sólo es valiente sino necesario”.
“Sé que está —concluye el abogado— en la embajada de Brasil. El gobierno golpista no permite que salga, pero la presión de la base hondureña e internacional será tal que no le va quedar otra. Lo interesante es qué va pasar en los próximos años. Tanto Zelaya, cuando le hicieron el golpe, como los propios golpistas han causado que la base social se fortalezca y crezca un movimiento progresista. Tengo confianza que Honduras va a regresar al mundo de los países democráticos y habrá un nuevo presidente que respete los derechos del pueblo. No sabemos quién será el líder, pero de la base saldrá alguien”.
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