viernes, 24 de febrero de 2012

¿Por qué la ONU no interviene a Honduras?


Alainet

Por Alejandro Casco *

Honduras convertida en un Estado fallido habrá de preguntarse por qué el mundo, representado la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA), permanecen indiferentes ante el exterminio que está sufriendo su pueblo.

Indudablemente tales organismos únicamente representan a las potencias occidentales que deciden intervenir en las naciones que no les favorecen a sus intereses económicos y geopolíticos.
La prueba ahí la tenemos en la intervención descarada y el magnicidio perpetrado contra Mahomar Gahdafi, gobernante de Libia, a quien asesinaron descaradamente, después de convertir a ese país en uno de los más desarrollados en África, luego de eliminar el desempleo y convertir parte del desierto en vasto proyecto acuífero.

Hasta el momento esas mismas potencias al servicio de las transnacionales del petróleo han pretendido hacer carne de cañón, experimentando sus nuevas armas mortíferas, en la nación de Siria, utilizando el poder mediático con cadenas de noticias defensoras de intereses poderosos.
Por qué no intervienen descaradamente en esta nación, por la oposición de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU, pues asolapadamente participan con mercenarios al servicio del sionismo de Israel en la convulsionada zona del medio oriente.

Al hacer esta referencia es para dejar en evidencia la hipocresía reinante en el globo terráqueo, poniendo al descubierto que las naciones pobres están a merced de los asaltadores del poder en países dizque democráticos.

En Honduras, con los sucesos horripilantes del incendio del Centro Penal de Comayagua, que provocó esta semana la muerte de cerca de 400 compatriotas, se demuestra hasta la saciedad del Estado fallido en que vive la nación.

Según organismos de la ONU Honduras se ha convertido en la nación más peligrosa del mundo, pues prevalece la impunidad en las diferentes instituciones supuestamente administradoras de justicia.

Lo acontecido en la cárcel de Comayagua es tan solo la punta del iceberg de la corrupción, porque tanto sobrevivientes y familiares de más de 300 víctimas mortales, han denunciado que el incendio fue provocado porque los policías habían sido sobornados, recibiendo a cambio 85 mil lempiras por cada reo fugado, pero al final se arrepintieron y decidieron meterle fuego al presidio.

En Honduras ninguna institución funciona desde el Ministerio Público, Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Superior de Cuentas, el Tribunal Supremo Electoral y el Ministerio de Seguridad.

En todas estas instituciones el Estado eroga sumas multimillonarias que únicamente sirven para mantener una burocracia parasitaria y corrupta, en tanto, el pueblo no cuenta con la atención debida en educación, empleo, salud y seguridad.

La inconformidad de nuestro pueblo es general, pero su angustia y su desesperación se queda en saco roto porque los desmanes continúan y no hay nadie que le defienda, por tal razón, los usurpadores del poder actúan a sus anchas y muertos de la risa, como si aquí viviéramos en el Olimpo.

Es de sobra conocido los desmanes que suceden en los centros penales, donde sus administradores, aún cuando los presidiarios viven en celdas nauseabundas, realizan negocios millonarios con el conocimiento de las autoridades superiores del país.

Entonces que sucede, la palabra mágica es la corrupción imperante en todos los niveles, como muestra un botón, en estos días estaban escondidos 800 millones de lempiras que si no los encuentran funcionarios del Banco Mundial en su reciente visita al país, estaban apartados fuera del Presupuesto Nacional con fines de robárselos.

El latrocinio está a la orden del día, mientras el pueblo el subsistir, tanto por falta de empleo, alimentación y seguridad, cada día es una osadía o un milagro, en cambio, lo que todo lo tienen viven en la opulencia con guardaespaldas pagados por el Estado y gozando de la dulce vita.

Lo triste de nuestra sociedad es que nadie se rebela ante tanta injusticia, hasta la resistencia ha dejado de protestar ante los abusos de los causantes del Estado fallido, realmente estamos jodidos, mientras eso sucede, los políticos de la oligarquía se aferran a la teta del poder.

En los Estados del Medio Oriente, quienes les sirven como chuchos a las potencias occidentales, por lo menos participan en protestas para facilitar el trabajo de la intervención, ante tanto atropello cabría preguntarse, Honduras es de esta galaxia.
* Alejandro Casco es periodista

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