Defensores en Línea
Después de las elecciones primarias e internas, los hondureños y hondureñas parece que vivimos en dos universos paralelos, por un lado, el universo de quienes se pelean con furor por los resultados electorales, y por otro, el universo de la inmensa mayoría de la población que paga las consecuencias del deterioro y captura de las instituciones públicas, como los damnificados de los huracanes, víctimas de la pandemia o quienes huyen en caravanas. Ante este peligroso escenario, nos pronunciamos en este Manifiesto Público número cuarenta y tres:
1.- Llamamos a toda la población a no perder de vista que el problema fundamental de Honduras sigue siendo la narcodictadura liderada por Juan Orlando Hernández y demás criminales que lo acompañan. Cualquier escenario que conduzca a recuperar el país pasa por su inmediata salida.
2.- La principal amenaza al proceso electoral se llama Juan Orlando Hernández. La lucha por su inmediata salida y el proceso electoral son dos luchas complementarias. No perdamos de vista que las elecciones representan una de las pocas oportunidades para una sociedad en estado de depresión que busca en las urnas salidas democráticas y pacíficas a la crisis.
3.- Lamentamos que los niños y niñas sean las principales víctimas de los encierros de la pandemia, entramos al segundo año escolar perdido porque las autoridades no han asegurado las condiciones necesarias en las familias ni en los docentes y centros educativos. Con la misma fuerza condenamos el proceso anémico para la adquisición de las vacunas.
4.- Condenamos la represión y criminalización que han sufrido nuestros compañeros de Alternativa de Reivindicación Comunitaria y Ambientalista de Honduras, ARCAH, expresamos nuestra solidaridad al coordinador general Christopher Castillo, y exigimos la cancelación de la licencia ambiental de la Empresa Avícola El Cortijo, ubicada en la aldea la Germania, Francisco Morazán.
5.- Llamamos a toda la población a no caer en confrontaciones que nos debilitan ante la necesidad de aliarnos y vuelven estériles nuestra lucha fundamental en contra de los criminales. Asimismo, llamamos a romper con esas posturas maniqueas de buenos y malos, honestos y deshonestos, en una sociedad en donde nadie puede decir que se encuentra exento de pecado. Es momento de unirnos todos en un solo propósito: sacar la narcodictadura y recuperar el país. Para todo lo demás, el tiempo nos irá abriendo las oportunidades.
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