sábado, 24 de febrero de 2018

La resistencia del pueblo indígena a que el Río Petacón muera con la instalación de una represa



En una pequeña llanura en la margen derecha del río Petacón o río Grande, se encuentra el municipio de Reitoca, Francisco Morazán, Honduras. En este empobrecido lugar se libra una de las más intensas luchas entre el pueblo indígena Lenca y la construcción de una represa hidroeléctrica sobre  la corriente de agua que hoy se resiste a morir. 

“La construcción de la hidroeléctrica es la muestra que desde el Estado, en alianza con el gran capital, se impulsa un proceso de despojo de las tierras ancestrales y otros recursos naturales (bosque, minerales y ríos)  en contra del pueblo indígena”, indicó el ambientalista Pedro Landa. Estudios muestran la existencia de 950 concesiones mineras y más ríos concesionados para la instalación de hidroeléctricas, todos aprobado a espaldas de las comunidades.   

Para impedir el paso de maquinaria y material con el que se construye la represa, la población hace más de un mes inició una toma en la entrada del plantel donde la empresa la Promotora de Generación de Energía limpia S.A (PROGELSA) de capital transnacional y nacional teniendo como socio mayor al empresario energético Arévalo Fuentes, quiere construir la presa. 

Los daños del río Petacón, de su biodiversidad y alteraciones de los ecosistemas por la  construcción de la  hidroeléctrica  ocasionará  también la muerte de la cultura, identidad e historia del pueblo, que nacieron del río, según sus vecinos y vecinas. “Para nosotros el río es todo  sin él no somos nada, hay que amarlo como lo hacemos nosotros”, manifestó  Silvia Sierra, quien acuerpa el campamento en defensa del río.

A la población de los municipios del corredor seco  ubicados en las riberas  del río Petacón, por cientos de años ha brindado gratuitamente agua limpia para consumo humano, de los animales, irrigación de los cultivos y fuente de proteínas en forma de peces y aves.  

En un país como el nuestro donde la mayoría de la población sigue empobrecida, el río, sus servicios y sus productos son importantes. “El no tener dinero cuando abunda la leña, los peces y el agua pura no es tan grave la crisis, sin embargo las diversas especies de peces y el caudal del río están  desapareciendo a consecuencia de la instalación de la represa y algunos químicos que utilizan”, indicó el dirigente indígena Andrés Gutiérrez. 

 “Nos oponemos firmemente al proyecto hidroeléctrico  porque la licencia fue aprobada en un contexto ilegal e ilegitimo, ya que irrumpe los derechos de los pueblos indígenas, en especial el convenio 169 de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), además que no contó con el permiso más importante, el permiso del pueblo, ya que es un  proyecto  lesivo para las comunidades que vivimos  en el entorno a la  cuenca del rio Petacón”, manifestó. 

Corredor seco afectado  

Reitoca, se localiza al sur del departamento de Francisco Morazán, y colinda al Norte con el municipio de Lepaterique y Ojojona; al Sur con el municipio de Alubarén; Este: municipios de La Venta y Sabana Grande; Oeste con el municipio de Curarén. 

Para llegar a Reitoca hay que tomar la carretera que comunica de Tegucigalpa a Choluteca y  después del desvió de La Venta del Sur,  se toma la carretera de tierra que lo conduce por las montañas hasta llegar a su casco urbano. Aproximadamente está  a 2 horas de distancia de Tegucigalpa, capital del país.  

De unos atardeceres indescriptibles que cautivan a propios y extraños, y en medio de sus parajes de bosque tropical seco, en el camino se aprecian paisajes impresionantemente hermosos. Las montañas se elevan majestuosamente.  El bosque de pino y otras especies de árboles, el cultivo del maíz y el zacate donde pastan las vacas iluminan los escenarios cuando se balancean divinamente entre el espesor verde  y amarillo movido por un viento ligeramente fuerte. 

Mientras continuábamos el viaje  observamos como los rayos del sol se mezclaban con la brisa y  cubrían las  montañas donde se ubican los municipios de la zona sur de Francisco Morazán. Una vez llegando al casco urbano nos reunimos con hombres y  mujeres quienes  sonreían y hacían gestos de agradecimiento por la cobertura informativa que llegó hacer Radio Progreso. 

“En los otros medios no informan de nuestra lucha y cuando lo hacen es para tratarnos de criminales, de vándalos y  que nos oponemos al desarrollo”, manifestó una de las personas que permanece en lucha. 

Después de una hora de conversación  partimos para el lugar donde se construye la represa y donde la población tiene instalado el campamento en defensa del río Petacón. La carretera en mal estado hace que el vehículo  camine lento por las grandes pendientes y en  término de una hora llegamos al lugar previsto.

Al llegar al lugar, lo primero que se ve es una bandera sobre un marco de metal donde además hay un letrero que habla sobre la lucha y la violación a sus derechos como pueblos indígenas. El sol de la tarde se asienta fuerte sobre “el Roble”, el lugar donde los indígenas desde hace más de un mes tiene el campamento y donde además, han  levantado una pequeña barricada como un obstáculo en el camino para evitar que  la constructora pueda pasar con vehículos pesados y dirigirse a la obra en el río. Es un puesto estratégico con vistas a toda la zona.

Marlon Osorto Chevez,  acalde de Reitaca, dijo que en vista del poco tiempo que tomó posesión al frente de la alcaldía, todavía están estudiando el caso para que todas las acciones que se hagan sean bajo el marco legal. Al consultarle sin la empresa tenía algún permiso municipal, dijo no saber si la administración anterior había otorgado permiso. 

“No crea no es fácil el tema porque en ese proyecto hay mucha plata. A uno le da un poco de temor por lo que pueda pasar. Pero estamos con la población que lucha contra el proyecto”, indicó de manera timorata el joven alcalde. Sin embargo la población manifestó que la actitud del edil frente a este problema ha sido bastante parcializada con la empresa hidroeléctrica.   

Represión, golpes y amenazas

El pasado 30 de enero la Policía Militar del Orden Público (PMOP), disparó sus armas de fuego contra  la población indígena que permanece en el campamento, dejando dos personas heridas. Miriam Geraldina Osorto y Andrés Gutiérrez, resultaron con heridas en sus manos y piernas.

Gutiérrez expresó que le habían dado plazo de un mes a la empresa para que retirara la maquinaria sobre río Petacón: “lanzamos un comunicado público y lo hicimos llegar a la empresa dando un plazo de dos semanas, es decir hasta el día 31 de enero, para que las maquinas se retiraran; si no, nosotros íbamos a pasar a retirarlas, porque están en un territorio ancestral indígena Lenca y no podían instalarlas desde el principio, el proyecto fue ilegal”.

“Pero un día antes de que pasara el plazo,  llegaron miembros de la Policía Militar a disparar, amenazar y agredir a los compañeros que estaban en la zona, con el fin de sacarlos, y como resultado tenemos dos personas heridas y varias personas a amenazadas e intimidadas por las mismas autoridades militares, dijo una indígena que diariamente asiste al campamento. 

Uno de los líderes identificados es José Orlando Rodas, a quien directamente han ido a buscar elementos militares que están defendiendo los intereses de la empresa. “Yo responsabilizo al señor Jack Arévalo, a la empresa si algo me llega a pesar a mí, mi familia y a los compañeros que estamos en lucha”, dijo Rodas. 

En virtud de las acciones de la población,  PROGELSA y el Proyecto Hidroeléctrico Río Petacón, a través de un comunicado indicó que: “rechazamos enérgicamente la invasión ilegal, actos vandálicos, y tomas de carretera que han hecho actores de oposición a nuestro proyecto, liderado por un ex candidato a alcalde de la Alianza, quienes tienen oscuros intereses y claras manifestaciones de desestabilizar el país, aprovechando la situación política nacional, afectando con ello las fuentes de empleo de cientos de sus vecinos, el desarrollo social de sus comunidades y el interés energético del país”.

El comunicado muy difundido por los medios corporativos, contrario a las acciones de las comunidades, agrega que: “el Proyecto Hidroeléctrico Río Petacón respeta plenamente la ley de Honduras y su institucionalidad, y por ello ha utilizado los canales adecuados para denunciar formalmente y con pruebas contundentes esta lamentable situación que nos ha obligado a suspender actividades del proyecto que actualmente se encuentra a un 70% de avance en su construcción”. 

El documento detalla además que: “PROGELSA reitera que tiene todos los permisos y licencias necesarias para continuar con la construcción del proyecto Petacón y hace un enérgico llamado a las autoridades competentes para que actúen rápidamente en resolver esta situación que hemos denunciado y se restablezca el orden público de la zona para continuar con la construcción del proyecto. Le pedimos al Gobierno de La República que haga valer su compromiso de garantizar la seguridad jurídica, la inversión, la generación de empleo y el desarrollo de energías limpias para impulsar el crecimiento económico y garantizar la seguridad energética del país”.

Por su parte la población indígena dijo que su lucha es apegada a la justicia y al derecho ancestral que les otorgan los convenios internacionales, referente a la autodeterminación de los pueblos originarios. “El derecho a la consulta previa,  libre e informada se ha violentado por lo tanto la instalación del proyecto hidroeléctrico es ilegal. Acosta de lo que sea lucharemos para que el río  Petacón no muera y siga siendo la fuente de vida de nuestros pueblos”, concluyó Silvia Serrano.

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