miércoles, 28 de febrero de 2018

La importancia del pensamiento crítico en el 2018: una visita a La dialéctica de la Ilustración

Rebelión

Por Alberto Betancourt Posada

El inicio del año nuevo anuncia retos difíciles para el movimiento popular: el ascenso de distintos tipos de fascismo; el hambre del minotauro global (una economía estadounidense que ha decidido aumentar competitividad mediante un incremento en su déficit fiscal); las presiones norteamericanas  para que Jerusalén sea reconocida como capital de Israel, aunque ello viole la legalidad internacional; la crisis nuclear en la península de Corea; y el reflujo de los movimientos político electorales que habían promovido la integración latinoamericana.  A ello debemos sumar la consolidación de un bloque histórico que promueve intensamente un sentido común ultraconservador. En ese contexto el pensamiento crítico puede jugar un papel muy importante en varios sentidos: puede ayudar a comprender procesos históricos complejos, construir alternativas y sobre todo tratar de influir positivamente en el curso de la historia viva. Por ese motivo considero importante revisitar un texto clásico: la dialéctica de la Ilustración de Teodoro Adorno y Max Horkheimer.

La enciclopedia editada entre 1751 y 1765, por Denis Diderot  y Jean Le Rond D’Alambert, prometió mejorar el mundo a través del conocimiento. El dueto de filósofos franceses publicó  17 volúmenes de La Enciclopedia, artefacto que propició el movimiento intelectual y político conocido como la Ilustración. Sus autores la concibieron como una máquina de guerra contra el despotismo y explicitaron el objetivo de cambiar la manera de pensar de los seres humanos. En la introducción D’Alambert planteó la intención de mejorar el mundo mediante el conocimiento útil. La audacia de los editores casi los condujo a la muerte. En 1752 un consejo discutió la posibilidad de condenar a muerte a los editores, aunque finalmente turnó el asunto a William Christian Lamoignon Malesherbes, censor del rey, quien, por simpatizar con la publicación, se limitó a nombrar censores especiales. Años más tarde, en 1784, Kant señaló: “La ilustración es la salida del hombre de su minoría de edad. El mismo es culpable de ella. La minoría de edad estriba en la incapacidad de servirse del propio entendimiento, sin la dirección de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no yace en un defecto del entendimiento, sino en la falta de decisión y ánimo para servirse con independencia de él, sin la conducción de otro. Atrévete a saber”. 
Pero la promesa, de un pensamiento emancipador, no se cumplió. En el libro Fragmentos filosóficos de 1944, reeditado en 1947 como Dialéctica de la Ilustración, Max Horkheimer y Teodoro Adorno se preguntan: “Por qué la humanidad, encarrerada en un notable progreso técnico, en vez de alcanzar un estado más humano se hunde en la barbarie”. La Ilustración se propuso quitar a los hombres el miedo y convertirlos en señores, pero, afirman los pensadores alemanes, la Tierra resplandece bajo la luz de una calamidad. 
La racionalidad capitalista no nos ha conducido al paraíso soñado por la Ilustración. De acuerdo a Horkheimer y Adorno el iluminismo se convirtió en una promesa libertaria incumplida, que mutó en cruel positivismo, en un pensamiento patriarcal, autoritario, y un monoculturalismo que disfrazó el universalismo de su verdad en un esfuerzo por “vencer la superstición”. El positivismo desencantó la naturaleza, dejándola lista para ser explotada. El saber es poder. La ilustración devenida en religión se convirtió en un saber técnico que produjo amos. La Dialéctica de la Ilustración advierte de los peligros provocados por el la conversión del pensamiento en mercancía. El pensamiento que se somete a los poderes existentes. Muchos autores han ligado su pensamiento al poder económico, a los explotadores, lo cual ha propiciado el surgimiento de un pensamiento débil y una virtual renuncia a la posibilidad de una inteligencia al servicio del ascenso de la conciencia humana.  El cerebro humano ha producido cosas extraordinarias: máquinas, prodigios químicos y capacidad organizativa. Sin embargo, nos recuerdan Adorno y Horkheimer, la especie humana ha usado su inteligencia de una manera instrumental, para explotar a la naturaleza y a otros seres humanos. Nuestra especie ha usado su pensamiento para refinar sus formas violencia, la cual alcanza niveles tan extraordinarios que podría conducir a la autodestrucción de la especie humana  e incluso a la destrucción de la vida en la Tierra. Gisela Catanzaro ha dicho en su reseña del libro Marxismo tardío de Fredric Jameson que los autores de la Dialéctica de la Ilustración, plantean la necesidad de mantener la práctica de la lectura como estrategia de resistencia frente al pensamiento sin problemas. 
2018 nace cargado de retos intelectuales y políticos. El pensamiento crítico puede jugar un papel muy importante en el proceso histórico actualmente en curso, para evitar la autodestrucción, reencantar la naturaleza, conjurar el sufrimiento humano y superar una forma de organización del trabajo basado en la explotación. En ese contexto vale la pena revisitar a los clásicos y entre ellos, sin duda: la Dialéctica de la Ilustración. 
Pd. Escribo este texto en los linderos de la exFundidora Monterrey, que jugó un papel central en la construcción del alma de acero del capitalismo mexicano y en la conformación de un mundo bajo los designios patronales, pero también, en las luchas obreras contra el sindicalismo blanco y la lucha obrera por la democracia. 

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