viernes, 16 de febrero de 2018

"La crisis política beneficia a las élites económicas del país"



Honduras vive una crisis política que favorece y posiciona a los sectores más poderosos de la economía nacional, sostiene el doctor en economía Hugo Noé Pino.

“Gana la élite económica, aquellos vinculados a los sectores más fuertes económicamente, el sector financiero, el sector de telecomunicaciones, de energía, el sector de la maquila, todos los que tienen niveles de capital lo suficientemente fuertes y que a través de su influencia política hacen que el gobierno determine políticas a su favor”, dijo Pino quien también fue presidente del Banco Central de Honduras.

El ex miembro del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, Icefi, señala que los costos de la crisis política también están vinculados al campo económico: “Es un costo económico posterior al golpe de Estado de 2009 en el cual se ha generado una economía bastante concentradora del ingreso en donde sólo los sectores de la élite económica, política y en algún sentido religioso del país, y los militares obviamente, se han beneficiado”, manifestó Pino.

Radio Progreso (RP) diálogo con doctor en economía Hugo Noé Pino (HNP) sobre la realidad económica, el presupuesto y la transparencia en Honduras.

RP. ¿Cuál es el costo socioeconómico de la crisis postelectoral?

HNP. Es realmente muy fuerte. Hay que señalar que es un costo no solamente de la crisis postelectoral, es un costo económico posterior al golpe de Estado de 2009 en el cual se ha generado una economía concentradora del ingreso en donde sólo los sectores de la élite económica, política y en algún sentido religioso del país, y los militares obviamente, se han beneficiado.

RP. ¿Cómo se traduce ese beneficio?

HNP. Una economía en donde hemos visto una serie de exoneraciones fiscales, beneficios, privilegios para cierto sector mientras que la mayor parte de la población ha sido golpeada con más impuestos, con aumento en las tarifas de los servicios públicos, la reducción de los bienes públicos, en fin, con una característica que está marcada y manifestada por un desempleo tremendo en Honduras, de tal forma que uno de cada dos hondureños tiene problema de desempleo.

RP. ¿De qué se priva Honduras al contar con sectores privilegiados?

HNP. Lo que realmente se está dando es que no existimos como nación, no existimos como el país en el cual el gobierno tiende a crear oportunidades para salir de la pobreza, oportunidades de educación y de salud, y usted mira los datos concretos en donde el 20% de la población con más altos ingresos concentra casi el 45% del total de los ingresos, y el 20% de los más bajos ingresos apenas alcanza al 5%. Estamos ante una situación en donde sí cabe esta expresión que se ha hecho famosa de la Honduras de aquí y de la Honduras de allá.

RP. ¿Por cuánto tiempo seguiremos en esta crisis?

HNP. Honduras ha transitado durante 8 años por una tasa de crecimiento del 13.5% que es insuficiente para las demandas que tiene la población, y si a esto agregamos el tremendo fraude electoral que se vivió en el país el 26 de noviembre y los días subsiguientes, entonces encontramos que la situación económica del país se va deteriorando.

RP. ¿Pero hay promesas del gobierno con el fin de mejorar la vida de la gente?

HNP. Lo que estamos observando actualmente lo hemos observado todos los comienzos de gobiernos, y más en este caso de gobierno de facto, haciendo promesas de 600 mil empleos que nunca se van a concretizar, haciendo promesas de 10 mil casas por construir. Sabe cuánto tiene el presupuesto para vivienda, 350 millones de Lempiras, con 350 millones de Lempiras no alcanza usted ni para 200 casas, entonces de qué estamos hablando, estamos hablando que se le sigue mintiendo al pueblo hondureño, se le sigue creando falsas expectativas.

RP. ¿Quiénes ganan?

HNP. Gana la élite económica, aquellos vinculados a los sectores más fuertes económicamente, el sector financiero, el sector de telecomunicaciones, el sector de energía, el sector de la maquila, todos los que tienen niveles de capital lo suficientemente fuertes y que a través de su influencia política hacen que el gobierno determine políticas a su favor.

RP. Usted promovió en el país un diálogo fiscal, ¿hay condiciones ahora para hablar de consensos en materia económica?

HNP. No, no las hay. Mientras no se resuelva el problema político, mientras no se lleguen a acuerdos que realmente satisfagan a la población desde el punto de vista de lo que ha sucedido, del enorme fraude electoral, yo no creo que haya un diálogo, y yo no miro en este gobierno de facto voluntad para dialogar.

RP. ¿Qué piensa de la aprobación del presupuesto, otra vez fuera de los tiempos establecidos?

HNP. Llama la atención el escándalo que se realizó a finales del 2008 y principios de 2009 en donde dijeron que parte de la crisis era porque no se había enviado presupuesto, este gobierno nacionalista de 8 años, dos veces no ha mandado el presupuesto en los tiempos en que la Constitución lo manda, sucedió en 2013 y ahora en este año. 

RP. ¿Qué privilegia ese presupuesto?

HNP. Cuando se revisa el presupuesto de 2018 realmente no cambia mucho la tendencia. En primer lugar, hay un tremendo efecto de la deuda acumulada de Honduras que hace que se estén pagando cerca de 34 mil millones de Lempiras en servicio de la deuda, esto representa alrededor de un 22% del total de ingresos que recibe el gobierno, una asignación presupuestaria que privilegia el gasto militar y de defensa y los programas del presidente sobre educación, salud, sobre medio ambiente, sobre vivienda.

RP. ¿A quién beneficia ese presupuesto?

HNP. Un presupuesto hecho a la medida para satisfacer privilegios y beneficios económicos. Se mantienen las exoneraciones, se le quitan ahora los impuestos a los sectores más poderosos pero el pueblo sigue cargando con la mayor parte del costo de lo que representa realmente los ingresos del gobierno.

RP. ¿Dejó de ser el presupuesto una herramienta y estrategia para el desarrollo?

HNP. Bueno, en los últimos 8 años no lo ha sido en ningún momento. El gobierno del Partido Nacional no lo utilizó así en ningún momento, es más, documentos tan valiosos que fueron aprobados en el Congreso Nacional como el Plan de Nación y Visión de País nunca fueron aplicados, desaparecieron completamente del vocabulario de los funcionarios públicos.

RP. ¿Qué hizo exactamente el Congreso Nacional con la reforma a la ley de presupuesto?

HNP. El presupuesto tiene normas que rigen cómo se maneja durante el año. Entonces los diputados incluyeron un blindaje de la investigación que estaba realizando la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras, Maccih y el Ministerio Público, señalándole que todas las cuentas de los diputados se iban hacer a través de una auditoría manejada por el Tribunal Superior Cuentas, y que nadie más podía ejercer una acción civil, administrativa o penal hasta que no finalizara esa auditoría lo cual dejaba invalidado el juicio que había iniciado la Maccih y la fiscalía.

RP. ¿Qué va a pasar con la lucha contra la corrupción?

HNP. Esas reacciones que han tenido diputados del Congreso Nacional en contra de la Maccih, la reacción de la Corte Suprema de Justicia, la reacción del Instituto de Acceso a la Información Pública, la reacción del Tribunal Superior de Cuentas e inclusive del presidente de la República al enviar una carta al Secretario General de la OEA pidiéndole un diálogo para ver las actuaciones de la Maccih, eso nos presagia que lo que se quiere hacer es que el tema de combate a la corrupción, la lucha contra la impunidad queden al margen.

RP. Con este nuevo revés, ¿debe irse la Maccih del país?

HNP. Eso es lo que va a suceder. No es el primer revés que recibe, pero tampoco hay que descartar algunos de los logros que se han hecho como la existencia de juzgados anticorrupción, ha pedido que se libere algunos de los juicios que están en proceso como es el caso del Seguro social o del tráfico de influencias con el señor Teodoro Bonilla y también ha planteado una Ley de Colaboración Eficaz que el Congreso no quiere aprobar. Cuando uno hace un balance, es cierto que las expectativas tan fuertes que tenía la población hondureña, después de dos años no se han cumplido, pero hay que mirarlo de una forma objetiva y ver que, así como ha habido reveses también ha habido avances.

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