lunes, 5 de diciembre de 2016

Su mentira es insostenible y su afinidad a ella incomprensible


Por Héctor Flores *

Mientras invitábamos a la gente a no pagar el peaje el automóvil se detuvo. Moderno, bien cuidado y de esos para presumir, así puedo describirlo. Del auto en  mención bajó un señor quien, extendiendo su mano, me entregó el tiquete de pago y una hoja volante que le dieron en la ventanilla. Yo no quería pagar – me dijo en tono como de disculpa – pero ella me amenazó diciendo que si no pagaba no me iba, y yo vivo lejos (en Colón), no sabía todo eso que ustedes ahora dicen por ese micrófono. Pero hay más cosas que usted amigo debe saber - le dije – y, ensimismado a mi afán de acabar con los peajes, le solté lo siguiente:
El nombre de corredor turístico que ADASA utiliza, en complicidad con el gobierno de Juan Orlando Hernández, no es más que el disfraz que se usa para cobrarle al pueblo lo que los millonarios de Honduras y las transnacionales no quieren pagar. Por ejemplo le quieren cobrar las exoneraciones que le hacen a los grandes complejos hoteleros, a las comidas rápidas, a las industrias maquiladoras. Pero esa recaudación que se deja de percibir se la quieren cobrar a usted, si a usted que pasa en su carro a trabajar, que no es turista y que no tiene dinero para gastar.  Y para eso le ponen esta caseta de peaje.
Nos quieren engañar con un carro patrulla, una grúa y un mecánico que viene y va por esa carretera. Para reacción inmediata dice el panfleto, para su atención dicen. Pero ese carro lo pagamos nosotros,  lo mantenemos nosotros con la extorsión del peaje. Con ese cobro pues.  No es gratis amigo.  No se queda un carro varado todos los días, eso puede suceder una vez al año, pero el peaje, o sea los 38 lempiras y sus respectivos aumentos cada año, usted tendrá que pagarlos el resto de su vida.
Nos piensan tan imbéciles que le dan un panfleto que dice que usted reducirá los tiempos de transporte. Pero mire amigo, ADASA piensa que este pueblo además de empobrecido es estúpido, y piensa que no sabe leer la realidad y descubrir la falsedad. Antes de que se hicieran ese monumento a la corrupción, ahí en la Guadalupe,  llegábamos a San Pedro Sula en treinta minutos, ahora nos demoramos una hora y media por las grandes colas que su ambición, en esas casetas de peaje, está provocando en nuestra carretera.  Nos dicen que habrá reducción de consumo de combustible y repuestos, ¿me da permiso de reírme?, será que ADASA me da los repuestos, o que ella me compra el combustible. Cada vez que me demoró una hora en pasar esas casetas mi carro ha consumido más combustible que el que debió consumir cuando solo estaba encendido media hora para llegar a mi destino.  
Mire usted amigo si nos quieren ver cara de estúpidos,  en el panfleto que usted me entrega dice que me dan servicio de ambulancia, si lo llego a necesitar, que será atendido por la Cruz Roja Hondureña, mediante convenio que ADASA tiene con esta organización. Y acaso ¿no es responsabilidad del Estado mi seguridad? ¿no es responsabilidad del Estado mi salud? Si ADASA quiere hablar de salud que lo haga con sus propios médicos, sus propios hospitales y sus propias ambulancias, que no se aproveche de las entidades altruistas como la Cruz Roja Hondureña que ya está haciendo con el pueblo lo que el Estado no ha podido.
Hablan de desarrollo con obras complementarias y ¿para qué tengo yo un gobierno municipal que me cobra impuestos sino para desarrollar mi municipio? Si no pueden que lo digan y que, ante la incompetencia que le dejen al que pueda la tarea. Pero no deje que le vendan el cuento de desarrollo cuando lo privan de poder trabajar con la libertad. El puente de la democracia es inviable en su reparación o es nuevo o nada, el de Santa Rita también, pero eso lo tiene que hacer el Estado, para eso le quita a usted los 33 lempiras por cada galón de gasolina que compra. Sino que me pongan el precio real en la compra del combustible.
Pero lo cierto de todo esto amigo es que  después de 57 días  de lucha, el descaro y la farsa de ADASA (autopistas del atlántico) no tiene límites. Se sabe en todo Honduras que están queriendo cobrar lo que no es de ellos y que hay un pueblo que les ha dado un revés en defensa de su dignidad. Están llegando a límites extremos como de represión contra los conductores. 
* Poeta y gestor cultural

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