lunes, 26 de diciembre de 2016

Becerro de oro y cooperación externa



Por Javier Suazo

“En Latinoamérica el único becerro de oro que conozco es el presupuesto de la República”

Eduardo Galeano

Se cree que un presupuesto equilibrado en una condición necesaria para garantizar la estabilidad económica. En países como Honduras, el equilibrio se refiere a financiar la mayor parte de los gastos (corrientes y de capital) con ingresos que el Estado obtiene de los impuestos, y un porcentaje menor (entre 8% y 12%) con préstamos en condiciones favorables con la banca privada e internacional.

No obstante esta condición necesaria pero insuficiente, en el marco de los programas recesivos que apoya el FMI, el grado de condicionalidad aumenta en tanto se exige que los gastos corrientes sean financiados con ingresos corrientes en su totalidad. El llamado equilibrio primario que tanto daño hace a las economías con problemas de empleo y pobreza, se repite una y otra vez en las reuniones entre el gobierno y el FMI, pero también entre el gobierno y aquellas ONGs afines al discurso ideológico de política económica del organismo.

Es evidente que los recursos no ajustan y, por tanto, se exige por los OFIs que los nuevos a contratar se orienten al financiar el gasto de inversión pública, y las reformas administrativas del Estado, en especial de aquellas instituciones o empresas públicas que entregan bienes y prestan servicios públicos. Se exige que aumente el precios de los bienes y se ajusten las tarifas de los servicios públicos, pero también que su administración pase al sector privado ya que los empleados públicos son ineficientes y corruptos.

El Estado aumenta impuestos para financiar el presupuesto nacional y contrata préstamos para que se cobre más por los bienes y servicios que son administrados por entes privados o bancarios. Se pide que los ciudadanos ajusten más el cinturón para que los mayores impuestos pagados y los préstamos contratados sean administrados por empresarios, muchos de ellos de dudosa reputación

En este marco, el Congreso de la República de Honduras aprobó el Presupuesto de Ingresos y Egresos de 2017, por un monto de 228, 688, 981,86 millones de lempiras. De ese total, el 53% corresponde a fondos del tesoro nacional, 39% son recursos propios y el resto (8%) corresponde a préstamos contratados. Se observa un aumento de más de 12,000 millones de lempiras en comparación con el presupuesto de 2016, pero también un aumento de 2, 004.9 millones de lempiras en el presupuesto de Defensa y Seguridad, y una reducción de 1,123 millones de lempiras en el presupuesto de salud, que ha llevado al Colegio Médico Hondureño (CMH) a denunciar que el país avanza a la privatización de los servicios de salud con otra diarrea de leyes que incluye a la seguridad social.

El monto de la deuda pública se mantiene arriba de los 29,000 millones de lempiras y hay un aumento de los servicios financieros de 2,192.3 millones. El servicio de la deuda es mayor que el presupuesto asignado a salud y también al de educación, lo que demuestra una política de sobreendeudamiento para pagar deudas y más impuestos, ya que el servicio representa el 32% de los ingresos tributarios.

En un año político, se evidencia un fortalecimiento de los programas de compensación social al ajuste económico, ya que el Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS) recibe 575.5 millones de lempiras, y la Secretaria de Desarrollo Social donde se encuentra el programa estrella de los OFIs y del presidente Hernández, “Vida Mejor”, recibe 2,024.8 millones de lempiras, frente a 25.5 millones de lempiras del Instituto Nacional de la Mujer y 282.9 millones asignados al Instituto Nacional Agrario, donde dirigentes de las Organizaciones Campesinas afines al gobierno esperan su cierre en 2017. Es preocupante los pocos recursos asignados a las instituciones encargadas de la protección de los recursos naturales y las fuentes de agua, que ascienden a 898.5 millones de lempiras, menos del 6.5% del presupuesto asignado a Defensa y Seguridad.

El experimento de los OFIs por fortalecer la Secretaria de Finanzas (SEFIN), incluso cercenando competencias de las instituciones sectoriales y municipalidades continua, ya que el presupuesto para 2017 ascendió a 2,882 millones de lempiras, donde el 35% es financiado por fuentes externas. Es este caso SEFIN ejerce no solo las competencias de manejo de la política fiscal, endeudamiento, inversiones y formulación y evaluación del presupuesto, sino también administra proyectos financiados por la cooperación externa. Incluso se ha denunciado el uso de los recursos de las transferencias municipales para destinarlos al programa “VIDA MEJOR”, lo cual fortalece el centralismo y debilita el proceso descentralizador y la gobernanza local.

El problema recurrente es que SEFIN no respeta el proceso de planificación del país, donde la asignación de los recursos debe corresponder a las prioridades establecidas en la Visión de País (201-2038) y Plan de Nación (2010-2022), y en el Plan de Gobierno (2014-2018). La programación de metas físicas y financieras en función de los objetivos y prioridades nacionales no existe, y todo el esfuerzo que realizan las mancomunidades, gobiernos locales e instituciones sectoriales no se respeta y queda en papel. El gobierno de la Republica solo habla del programa 20/20, liderado por los maquiladores, pero sin integración con los esfuerzos que realizan las microempresas y las pequeñas unidades de producción campesina y forestal de menor tamaño.

Un problema no resuelto es el de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), cuya reforma no ha funcionado. Ha sido insuficiente el despido de más de 2000 trabajadores, el ajuste progresivo de las tarifas de energía y la colocación de bonos por 850 millones de dólares, igual la creación de un nuevo ente regulador y el manejo de fideicomisos por el sistema bancario. La deuda con proveedores supera para 2017 los 11,000 millones de lempiras, todavía no hay un plan creíble para reducir las pérdidas técnicas y no técnicas, que según el Convenio suscrito con el FMI y revisiones deben bajar de 32% en 2016 a 15% en 2023.

El mal manejo de la empresa está sustrayendo cuantiosos recursos del gobierno que pueden utilizarse para reducir la pobreza y generar empleos sostenibles, por lo que el presupuesto asignado para 2017 es de 25,541.6 millones de lempiras, de los cuales 2 mil millones provienen de fuentes externas. Expertos como Luis Cosenza señalan que la ENEE debe controlar su caja para no arar en el mar y acumular pérdidas, pero ha habido negligencia del gobierno en la operación de los fideicomisos y la contratación de los socios externos para la capitalización de la empresa con inversiones nuevas y una gestión administrativa y técnica eficiente no corrupta.

Un problema denunciado por el Foro Social de la Deuda Externa (FOSDEH: 2016) , es que el presidente del Congreso de la Republica tiene potestad para manejar a su antojo la agenda legislativa, lo que implica el ajuste de los montos presupuestados atendiendo situaciones de emergencia y prioridad nacional, como ejemplo la contratación de bonos para pagar deudas de la ENEE, la creación de programas y proyectos de desarrollo departamental y municipal con la participación directa de diputados y alcaldes afines y aprobación de contratos leoninos para el desarrollo de proyectos energéticos e infraestrura vial sin análisis previos de impacto para la economía y finanzas públicas.

Hay que ponerle mayor atención a estos problemas generados por la mala asignación y reparto de los recursos del presupuesto de la Republica, sin un plan de desarrollo de soporte y criterios visibles para asignar dichos recursos a las prioridades reales. La MACCIH tiene una tarea pendiente de apoyar procesos trasparentes de formulación, control y evaluación presupuestaria y uso de los recursos públicos por instituciones de gobierno, diputados y alcaldes. Igual, la cooperación internacional debe exigir un plan creíble con objetivos y metas claras, socializado y aprobado en conjunto con los gobiernos locales y organizaciones de la sociedad civil.

No es posible en un país tan pobre que se destinen 4,800 millones de lempiras para la compra y reparación de aviones militares, drones, busques de guerra y equipo de comunicación, cuando todavía el gorgojo de pino no se ha erradicado, igual siguen los descombros en las cuencas y micro cuencas; no digamos del aumento de la pobreza y el desempleo que son las manifestaciones más visibles de la crisis de reproducción material del hondureño.

Tegucigalpa, DC, 20 de Diciembre de 2016

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