sábado, 22 de septiembre de 2012
Respuesta al Dr. Rigoberto Díaz Estrada
Por Víctor Manuel Ramos
Jugó la selección de Honduras en Cuba, miles de hondureños acudieron a apoyar a su selección, la pregunta es cuantos hondureños se quedaron mojados en el Paraíso Comunista de Cuba. Recuerdo cuando era un joven médico con deseos de superación de tener una especialidad, el Dr. Víctor Ramos me ofreció una beca para estudiar Neurocirugía en Cuba, para ello tenía que recibir clases de Marxismo en la casa de un catedrático de la UNAH en Tegucigalpa, un historiador de Longino nombre ,en los años setenta estas reuniones eran consideradas como Células Marxistas Subversivas y si la policía nos detectaba formaríamos parte de Los Desaparecidos, por suerte obtuve una beca para estudiar en Francia, sin ningún compromiso político.
La pregunta que hago públicamente al Dr. Víctor Ramos y a todos los miembros de LibRe, que creen que el mejor sistema para Honduras es el Socialismo del siglo 21 de Hugo Chávez y de los hermanos Castro, es porque no se quedan mojados los hondureños que van a Cuba o ellos mismos no se van a vivir a ese paraíso. En cambio los cubanos que salen de Cuba ya sea como deportistas o catedráticos universitarios no regresan a Cuba. Espero su respuesta. Rigoberto Díaz Estrada*
He leído tu mensaje y creo que vale la pena darte la respuesta que pides:
Te preguntas por qué no se quedaron hondureños en Cuba y por qué se van para Estados Unidos. Debo decirte que si algún hondureño decidiera quedarse en Cuba sería tratado con la dignidad de humano que se merece. No recibiría el tratamiento de paria que dan a los hondureños en Estados Unidos que, además tienen que irse enfrentando los más terribles horrores al tener que pasar por Guatemala y México, en donde caen a merced de bandas criminales organizadas en contubernio con las bandas de narcotráfico norteamericanas, entre cuyos integrantes se encuentran miembros de la policía de USA y no es descabellado pensar que también altos personeros de la política de ese país. Miles de compatriotas mueren en ese intento. En USA la mayoría de los compatriotas son tratados de forma inhumana, los capturan y los degradan en su dignidad y los devuelven como si se tratara de animales. Y los que logran quedarse trabajando reciben salarios de hambre, eso sí un poco mejores que los que ofrece aquí la empresa privada, pero que solo les permite vivir una vida de miseria que en nada se compara con el estándar de vida de los estadunidenses.
Por qué Rigoberto tienen algunos hondureños que enfrentar esa pesadilla. Pues porque Honduras no les ofrece ninguna posibilidad para sobrevivir decorosamente, si no es asaltando, delinquiendo, asociándose a las maras y a las pandillas de narcotraficantes. Al parecer no te conmueven las páginas de los periódicos llenas, todos los días, de los más horripilantes crímenes a tal grado que San Pedro Sula y Tegucigalpa se han clasificado entre las ciudades más peligrosas del mundo. Todo esto originado por el régimen de explotación a que ha sido sometido el pueblo hondureño a largo de la vida que decimos es independiente. El país ha estado en manos de una camarilla de explotadores y estos a su vez son lame fondillo de sus amos americanos, esos mismos a los que muchos hondureños quieren servir como esclavos. Mira que ahora mismo le exigen a Pepe Lobo la destitución de los altos jerarcas de las Fuerzas Armadas, que por cierto son igualmente sometidos a los designios del pentágono. Esos militares que van a destituir o que destituyeron son los mismos que dieron el golpe con instrucciones de USA y ahora ves cómo les pagan. Cuando éramos estudiantes nos gobernaban los militares golpistas, que llegaron al poder asesinando a los guardias civiles desarmados (yo vi los cadáveres de los indios asesinados en La Esperanza), y que se convirtieron en salteadores del erario público, en dueños de las finanzas del país, de nuestras vidas y de nuestros pensamientos. A ti no te importaba eso y por eso tuviste miedo de asumir una posición patriótica que enfrentara a los tiranos de ese entonces. Elegiste la posición más de dejar pasar y dejar hacer. Allá en Francia te hiciste Neurocirujano y estás contento con atender, de vez en vez, en el Hospital Catarino, donde supongo que trabajas, a un pobre diablo con la cabeza rajada o a otro andrajoso con un tumor cerebral. Esa es tu contribución patriótica, pero bien sabes que la gran mayoría de los hondureños no tiene derecho a acceder a un adecuado y humano servicio de salud y que en los hospitales públicos reciben maltrato y humillación en todos los niveles: desde el portero ensoberbecido hasta el director de la institución atropellan a los enfermos humildes.
Yo siempre fui definido y lo sigo siendo. Estudie marxismo y sigo creyendo que es la teoría filosófica que explica al mundo. Nunca fui terrorista ni lo seré, creo. Los terroristas aquí no han sido los comunistas, sino Álvarez Martínez y otros de su calaña, aquí quienes asesinan a los ciudadanos son los policías, como quedó demostrado con el hijo de la Rectora y otros muchos casos más. El ejército y la policía fueron los terroristas después del golpe en contra de un pueblo que se manifestaba pacíficamente en las calles. Asesinaron, golpearo, desaparecieron a muchos hondureños. Tú nunca has levantado la voz para protestar por el Estado de terror a que nos han sometido. Y sí que lo sabes, más por los periódicos porque sé que has de recibir a mucho compatriotas víctimas de la violencia que nos tiene metidos en casa. En enero pasado fui a Nicaragua a dar una conferencia sobre Darío, iba para venirme al día siguiente pero cuando vi la tranquilidad con que viven los nicaragüenses, felices en las calles, disfrutando de su cocina tradicional, de sus calles y sus parques hasta la media noche, sin ningún temor, decidí quedarme tres días más, hasta el fin de semana. Eso no es posible aquí y menos en San Pedro Sula.
Yo no soy aficionado al fútbol pero no creo que hayan ido miles de compatriotas a ver el tal partido que, aunque quizás no te has dado cuenta, lo utiliza la camarilla que nos gobierna para calmar el agobio que produce el hambre y la miseria a la mayoría de los hondureños. Pan y circo como hacían los romanos. Y ¿qué ganamos con clasificarnos al mundial? ¿Será beneficioso esto para las niñas que piden en las calles y que las violan algunos desalmados? ¿Será beneficioso para el que vive en una casa de cartón a la orilla de un río pestilente? ¿Le hará algún beneficio ir al mundial a los que recogen desperdicios en los basureros para sobrevivir de manera infrahumana? ¿Qué provecho saca con ese partido de fútbol el que vive en una casucha en un desfiladero de Tegucigalpa, sin aguas negras ni agua potable que tiene que cagar en una bolsa plástica para tirar sus inmundicias al techo del vecino?
Los que fueron a Cuba no están interesados en quedare en la Isla, ni se van mojados a USA, Esos tienen el paraíso de corrupción aquí, es posible que entre esos turistas estén los que venden los guantes, las medicinas, las gasas, el iodo a precios más altos que los del mercado al Hospital Escuela, o quizás sean funcionarios que se han beneficiado con las mordidas en las compras hospitalarias para despojar a los pobres de su derecho a la salud. ¿No estaba entre ellos Tito Guillén? Todo esto no lo ves o si lo ves te haces de la vista gorda porque tienes tu vida resuelta y te importa un pito la suerte de la mayoría de nuestros compatriotas que se debaten en la miseria.
Yo estudié en Cuba y debo decirte que Honduras no le llega ni al tobillo en muchos aspectos de la vida en Cuba. No hay en Honduras un Hospital del nivel de Hermanos Ameijeiras y mucho menos de CIMEC en donde se practica la ciencia médica con sus más recientes avances. En Cuba todo ciudadano tiene asegurado desde sacarse una uña o hacerse un trasplante de corazón. En Cuba los médicos son queridos por el pueblo por la dedicación desinteresada con que atienden al pueblo. Mis compañeros de especialidad y todos los estudiantes que conocí tenían una pasión por ser, cada quien, el mejor y aspiran al 100% no como los nuestros que aspiran a 50% para rogar que les del regalado el otro 10%. Ahí los tienes, los habrás visto en el internado: saben muy poco y desde que están en esa etapa son unos engreídos con los enfermos y unos sumisos con quienes les ponen las botas y los humillan. En Cuba no hay analfabetismo y los cubanos devoran libros. Aquí no he visto las ferias del libro que se celebran en Cuba, desde donde los lectores salen con tantos libros comprados que generalmente llevan una carretilla. En Cuba no hay niños pidiendo en las calles. En Cuba no hay nadie que se acueste sin comer. En Cuba todos los trabajadores disfrutan de sus vacaciones pagadas en los balnearios del pueblo.
No he visto aquí teatros como los de Cuba, ni museos como los de Cuba, ni compañías de ballet y de ópera como las de Cuba, ni una red hotelera como la de Cuba, ni grandes directores, intérpretes, orquestas sinfónicas como los hay en Cuba, ni veo acudir a escuchar a la sinfónica al pueblo de Honduras, ni siquiera a los ministros, como ocurre en Cuba.
En Cuba los niños que van a la escuela, los muchachos que van al colegio y los jóvenes que van a la Universidad reciben sus útiles escolares, comen en sus centros educativos. Aquí ni con la matrícula gratis han podido cumplir. Y el engaño más grande, con el que se llena la bocota Juan Orlando Hernández, es que les da un bono diez mil, seiscientos miserables lempiras al mes, a las familias pobres (miserables, aunque realmente se los dan a los que venden su conciencia y su voto) y con eso el Presidente del Congreso, dice él, está asegurando que los 5 a 9 hijos de una familia lleguen a ser doctores, ingenieros, poetas,… Eso tampoco lo ves, no está al alcance de tu mirada, y no deja de ser bueno para ti porque así vives sin remordimientos ni sobresaltos.
Cuba tiene una planta industrial que no se compara con la miserable industria hondureña. Con las mentirijillas de Fito Facusé. Ahí fabrican de todo: clavos, medicinas, grifería, barcos, motores, autobuses, aviones, para contarte solo unas pocas cosas, pero si vas a la feria industrial, un pabellón que tiene unas 10 manzanas de grande, te quedarás con la boca abierta. Han descubierto vacunas, están a punto de hacer una vacuna en contra del SIDA, han generado nuevas técnicas quirúrgicas, nuevas técnicas ortopédicas, nuevos tratamientos y tienen una planta de científicos, en todas las áreas, que Honduras no tendrá en un siglo.
Todo esto lo ha hecho Cuba luchando en contra del bloqueo a que la ha sometido, ilegalmente los Estados Unidos durante más de cinco décadas. En cambio a Honduras la sometieron a aislamiento por unos meses después del golpe y nos llevaron a la quiebra, porque sabrás que este es un estado quebrado, además de fallido. Pero lee las estadísticas de Cuba, las que dan la ONU y compara con las de Honduras y verás que nos aventajan varios años luz.
Yo lo que sé Rigoberto es que Honduras necesita un cambio hacia un régimen verdaderamente interesado en satisfacer las precarias condiciones en que se debaten la mayoría de los hondureños. Si eso se llama socialismo, bienvenido; si se llama de otra manera, también. Y en esa tarea yo estoy comprometido. Creo que LIBRE podrá iniciar la tarea. No tengo porque irme a buscar otro paraíso, mi tarea como hondureño es luchar para que aquí las cosas cambien en favor de las mayorías, que superemos la miseria, que seamos un país de ciudadanos dignos, alegres de vivir en esta tierra, sin traficantes ni policías asesinos, sin empresarios que roban al fisco, sin militares sumisos a las órdenes que les vienen del extranjero y enemigos del pueblo. No quiero una Honduras llena de muertos de hambre. Irme sería evadir el compromiso patriótico que me exige la patria, irme sería huir a enfrentarme a la realidad como lo hiciste cuando te fuiste a Francia.
Tú hablas de Chávez y de su paraíso. Por lo que veo eres un demócrata convencido, sin embargo no aceptas que Chávez dirija a Venezuela, a pesar de que ese es el deseo de los venezolanos porque él ha ganado las elecciones en innumerables ocasiones y las va a volver a ganar. ¿Sabes por qué? Pues porque se ha identificado con el pueblo y porque ha recuperado las riquezas nacionales para ponerlas al servicio de todos los venezolanos. Antes el petróleo llenaba las cuentas de unos pocos y de las compañías extranjeras que lo explotaban. Ahora es de los venezolanos. Llena las arcas del Estado y con ese dinero se hace justicia social. Chávez quiso imponer un sistema de salud que favoreciera al pueblo, los médicos venezolanos, no todos, se opusieron; Chávez trajo médicos de Cuba y, si vieras como funciona. Uds. dicen que Chávez regala el petróleo, que queda bien con países pobres y con los pobres norteamericanos que no tienen para la calefacción; militantes cristianos Uds., no agradecen esos gestos de solidaridad de un gobierno que además de entender los problemas de su pueblo tiende las manos a los pueblos hermanos olvidados hasta por Dios. Venezuela contribuyó con Honduras más de lo que aportaban los norteamericanos y teníamos acceso a combustibles más baratos, Ahora la ESSO, la TEXACO y otras han vuelto a ponernos la soga en el cuello con sus precios exorbitantes. Pero compara Rigoberto: las casas dignas que hace el alcalde de Tegucigalpa (ya quisiera que Álvarez se fuera a vivir a eso que él llama casas dignas) con las casas que entrega el gobierno de Venezuela. Quizá cuando viviste en Tegucigalpa no tuviste los arrestos de ver la miseria que pulula en la capital.
Bueno que más decirte: que todavía estás a tiempo de incorporarte a las filas del cambio. Que Honduras y los hondureños merecemos una suerte mejor y si eso lo empujamos todos: mejor.
* El Dr. Díaz Estrada es un neurocirujano afiliado al hospital privado Del Valle en San Pedro Sula
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