miércoles, 12 de septiembre de 2012

Honduras intervenida por EE.UU




El viernes le tocó otra vez al Cofadeh en su plantón de septiembre enfrentar esos temas que no generan votos ni fama ni buen nombre ni reconocimiento público, sino por el contrario, generan ataques, persecuciones y malquerencias.

Igual que en 1982, después de su nacimiento, ahora le ha tocado denunciar la intervención política, económica y militar directa de Estados Unidos en Honduras.

Nunca como ahora fue más descarada esa intervención, que igual que en el pasado, genera graves violaciones a los derechos humanos y una pésima imagen de país lacayo en el exterior.

En la Plaza de Los Pañuelos Blancos el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras señaló al Comando Sur, la Agencia Antidrogas y la Embajada estadounidense como responsables de esa vulgar intervención.

La gerencia del golpe de estado, la realización de las elecciones bajo estado de sitio, la conformación del Congreso y el gabinete de Lobo, el paquete de leyes horribles que profundizan su neoliberalismo salvaje y la ocupación militar del territorio, son ejemplos de la intervención bruta de los gringos en Honduras.

Los discursos de Juan Orlando, Lobo, Corrales y otros apátridas locales dibujan a una élite política y militar famélica, desnutrida de dignidad y coraje, meros mandaderos sin vergüenza del imperio armado de La Florida y Washington.

Hablan de responsabilidades compartidas con Colombia y Estados Unidos en protocolos de intercepción de naves que ni siquiera conocen, dejando al descubierto su entreguismo atroz a los intereses de los narcos buenos y de los narcos malos.

No cabe ninguna duda que la remoción del comandante de la fuerza aérea hondureña por derribar una avioneta de narcos buenos es el colmo de esa injerencia brutal de los gringos en esta tierra.

Traspasaron los límites de la gendarmería para incursionar en la suplantación del Estado Nacional con efectos nefastos en materia de derechos humanos.

Esto mismo habían hecho en mayo pasado cuando obligaron al régimen de Lobo a guardar silencio frente a las víctimas de la DEA en Ahuás y ensayar luego ese discurso maje de yo no fui, fue teté.

Causar la muerte violenta de civiles desarmados con aparatos de guerra es una desproporción imperdonable que no quedará en el olvido en La Mosquitia.

Y esto de suplantar los mandos militares en la Fuerza Aérea y Fuerza Naval encima de la supuesta autoridad del Presidente que ellos impusieron en enero de 2010 junto con un gabinete variopinto, es un acto abominable.

Estados Unidos tiene metidas sus garras en el país, desangrando a la gente y humillando de nuevo a la nación. Eso no puede ser.

Es una vergüenza nacional ver, además, a los neo filibusteros estadounidenses firmando con el Congreso Nacional la ocupación de amplios territorios hondureños para construir republiquetas, zonas de exclusión y paraísos fiscales para lavar su decadencia en la ruta del narcotráfico, y vulgarizar la soberanía nacional.

Son unos embusteros y traidores a la Patria esos diputíteres que venden lo que no es suyo.

Frente a esta penosa realidad, el Cofadeh propuso ayer a la comunidad internacional no comprometida en la lógica perversa del imperialismo decadente, que cumpla el deber ético de observar a Honduras muy de cerca, para evitar que siga padeciendo la desigualdad, el empobrecimiento y la violencia de los interventores.

No es justo, dijo el Comité, que en medio de sus esperanzas por refundar con dignidad la nación destruida por los delincuentes de toda laya, vengan esos pillos de fuera a imponer a este pueblo su agenda geoestratégica como si fuera su patio.


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