sábado, 15 de septiembre de 2012

Las “Contratas Bananeras” y las Ciudades Modelo



Por Enrique Flores Valeriano

Se dice y con razón, que la historia se repite. Por ello es que debemos estudiarla, para aprovechar sus enseñanzas o no volver a repetir o cometer los mismos errores. En 1979 y reimpreso en 1987, escribimos un libro de investigación y denuncia titulado “La explotación bananera en Honduras”.

En el estudiamos las famosas “contratas bananeras” que dieron origen a los llamados “enclaves bananeros”, porque a través de tales concesiones se entregaron las mejores tierras, aguas y recursos naturales de la Costa Norte a transnacionales. Se trató de una enajenación del territorio nacional por periodos de noventa y nueve años, dentro de los cuales las compañías United Fruit Company y Standard Fruit Company gozaron de los privilegios de disponer de las tierras, aguas, materiales y demás elementos dentro de sus territorios debidamente acotados; de poder importar todos los artículos que consideraran necesarios libres de impuestos, asi como la exención de cualquier otro gravamen o derecho, incluyendo el impuesto sobre la renta.

El señuelo o trampa para que nuestros gobiernos otorgaran dichas concesiones era que se desarrollarían polos importantes agroindustriales, con el consiguiente beneficio para el país en forma de fuentes de trabajo, divisas y lo mas significativo, que se construiría el ferrocarril interoceánico, de norte a sur, integrando a la economía hondureña vastas regiones que se beneficiarían con el transporte de personas y sus productos.

Desde luego, y así lo registra la historia, los altos funcionarios que suscribieron estas “contratas”, fueron descaradamente sobornados por las “compañías”. A los diputados del Congreso Nacional que las aprobaron se les entregaron cheques en blanco para que los rellenaran a su conveniencia, y algunos de ellos lo hicieron por sumas tan bajas y ridículas que dieron pie para que se dijera respecto de ellos, que eran más caras las mulas de Pespire o de Comayagua que los diputados. El principal abogado de la United Fruit Compañy, Juan Manuel Gálvez, que otorgó la última concesión de 1948 sobre palma africana, cacao y abaca, fue electo Presidente de la Republica, con la venia y auspicio de dichos trusts.

Ahora bien, no obstante todas las promesas y compromisos de dichas empresas para con el gobierno y el pueblo, estos no recibieron ninguna ventaja o beneficio de los ofrecidos. Antes bien, sus tierras fueron explotadas y agotadas, sus trabajadores enfermaron y se les arrebataron sus salarios mediante los altos precios de los artículos que les vendían por medio de los comisariatos; y, el tal ferrocarril de costa a costa nunca se construyó, o lo que se construyó fue en función del recogimiento de las frutas en las plantaciones para ser depositada en sus barcos, ya que también administraban los ferrocarriles, las aduanas y los puertos.

Pero a estas alturas el lector se preguntará ¿a qué viene tanta lamentación y lloriqueo?, pues tal como reza el título de este ensayo: las “contratas” bananeras y las ciudades modelo, que la historia está a punto de repetirse. Que en Honduras después de cientos de años de inmisericorde explotación, esta habrá de continuar de otra forma y engaño.

Ciertamente, las llamadas ciudades modelos son o constituyen la versión moderna, sutil, sofisticada y bien publicitada de las contratas bananeras a las que nos hemos referido anteriormente. Los protagonistas son los mismos, gobierno y empresas norteamericanas por medio de sus hombres de paja criollos; los ofrecimientos de un gran desarrollo económico y social, de apertura de fuentes de empleo, pago de impuestos, construcciones bellas, etc., son los mismos; los plazos de duración de casi un siglo son los mismos; la pretensión de los políticos de llegar a la presidencia, como una compensación de los servicios prestados al Imperios, es la misma. En fin, la misma película, pero en tecnicolor y aditamentos de la tecnología moderna. Y hablando en términos de la pantalla, podríamos concluir diciendo, que cualquier semejanza con hechos y personajes reales, es pura coincidencia.

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