sábado, 29 de septiembre de 2012

La élite pudiente



Radio Progreso

Los que se encuentran favorecidos por una determinada situación social suelen hablar bien de la independencia. Los que se encuentran perjudicados suelen a lo sumo repetir lo que dicen los discursos oficiales sobre las fiestas patrias.

Así ocurre con los grandes acontecimientos. Las elites pudientes se inflan el pecho cuando en septiembre cantan el himno nacional y saludan la bandera. Con el mismo fervor dicen que lo ocurrido el 28 de junio de 2009 no fue golpe de Estado y que fue algo necesario para frenar a los que amenazaban la estabilidad nacional. Por su parte, las organizaciones populares consideran que en septiembre no hay nada que celebrar sino una lucha entera por construir la patria que nunca hemos tenido, al tiempo que hablan con precisión sobre le golpe de Estado como una escandalosa violación de la dignidad y los derechos humanos de la ciudadanía hondureña.

La élite pudiente ve muy positiva la concentración de la tierra para el desarrollo de Honduras, y señalan de ilegales las tomas que realizan los campesinos, a quienes señalan como desestabilizadores y perturbadores sociales. Por su parte, los campesinos, cada vez más perjudicados y empobrecidos, identifican que la concentración de tierras es un acto de violencia en contra de la vida, y ven como obligación las tomas de tierra y la demanda de una reforma agraria que acabe con la escandalosa concentración de la tierra.

Las élites pudientes aseguran que las ciudades modelo traerán beneficios para toda la sociedad, y aplauden cuando los extranjeros se presentan con sus capitales para invertirlos en Honduras, porque así, se garantiza el crecimiento económico, dicen con mucha euforia. Por su parte, para cualquier ciudadano honrado, las ciudades modelo representan una propuesta indecorosa y humillante en contra de la patria.

Las élites pudientes hablan con excelencia de los procesos electorales y de las campañas políticas. Son un ejemplo de civismo y así se va consolidando la democracia. Mucha gente sin información y sin formación, suele repetir estos argumentos, y no poca gente sigue el alboroto de los políticos representantes de este pensamiento. La gente honrada, bien informada y formada, es cauta con las elecciones, cuestiona la costosa publicidad, mira los peligros de la manipulación y prioriza la movilización en torno a las grandes demandas sociales del pueblo.

Estas miradas diversas y distintas sobre una misma realidad, expresan los intereses que se cruzan y que se defienden en el marco de la polarización económica y social que existe en Honduras.

Las polarizaciones siempre existirán, lo que importa no es tanto acabar con las mismas sino identificar cuáles son las polarizaciones secundarias o ficticias y cuáles son las polarizaciones fundamentales o auténticas. La polarización fundamental en Honduras no es la de los azules y colorados ni es la de quienes aceptan participar en elecciones y los que dicen que no lo harán. Ni mucho menos es entre quienes son de un partido de fútbol y los que son fanáticos de otro equipo. La polarización fundamental y a la que hemos de hacer frente es la que tiene su raíz en los intereses de los grandes ricos y los intereses aplastados de la gente empobrecida. Sabernos situar en esta polarización es lo que nos permitirá hacer frente de raíz a nuestros conflictos y problemas. Y será lo que nos permitirá avanzar en la búsqueda de los auténticos consensos nacionales.

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