Por Defensoresenlinea.com
Thomás Loudon, secretario ejecutivo de la Comisión de Verdad
En las últimas horas, el secretario ejecutivo de la Comisión de Verdad – Thomás Loudon – remitió una carta urgente a los embajadores de los 34 países de América acreditados ante la OEA.
La Comisión pide a los Estados Miembros que esperen al menos otros seis meses, hasta que el informe de la Comisión oficial de la Verdad y Reconciliación – que preside Eduardo Stain --haya publicado e implementado su informe.
“Junio es demasiado temprano para que el sistema interamericano pueda adoptar las recomendaciones” de recomposición del estado de Derecho que hará la Comisión que preside el político guatemalteco.
Dice la carta que la readmisión de Honduras a la OEA pasa, obligatoriamente, por constatar in situ las sistemáticas violaciones a los derechos humanos en el país, agravadas en el último año.
En forma directa la carta subraya que “readmitir a Honduras en la OEA, pasando por alto las violaciones a los derechos humanos, es lavarle el rostro a una sucia conspiración política-militar que usurpó la voluntad de un pueblo y que, sin dudas, profundizará las divisiones en el país”.
La urgencia de la carta está motivada en la insistencia de la Secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, de imponer su diplomacia autoritaria para reincorporar antes de tiempo a Honduras al seno del organismo de donde fue expulsada el 4 de julio de 2009.
Utilizando la delegación de El Salvador acreditada en Washington y a su canciller, Estados Unidos cabildea duro en el Consejo Permanente de la OEA una sesión extraordinaria del organismo continental antes de su asamblea en San Salvador el 5 de junio próximo.
Por esa vía anticipada, según sus cálculos el tema Honduras quedaría cerrado la próxima semana antes del acuerdo final de la mediación política de los presidentes Santos de Colombia, Chávez de Venezuela y el dictador hondureño, para asegurar el regreso de Manuel Zelaya al territorio nacional.
Con esa movida el imperio no solamente sabotea el proceso diplomático de Cartagena de Indias, sino que baja la presión social regional sobre San Salvador, al quitar la disputada cereza del pastel en la Asamblea General que finaliza el 7 de junio en esa capital centroamericana.
El argumento imperial de Clinton es que las exigencias de la comunidad internacional – incluida la eliminación de los juicios políticos contra Zelaya—ya fueron cumplidas y que, por tanto, Honduras hace tiempo debió estar de regreso.
Dice la carta, al respecto, que “una decisión como esa que tendrá impacto directo en el futuro de las democracias en el hemisferio no debe adoptarse con suma ligereza, porque los actores del golpe verían en ello una bendición añadida a sus canonjías e impunidad”.
Además, argumenta, que los futuros golpistas enemigos de las democracias entenderían que el castigo por romper el orden constitucional es infinitamente menor a la ganancia geopolítica y económica y, lo más grave, los pueblos perderían confianza en los controles democráticos del sistema interamericano.
El Cofadeh, como una de las organizaciones de Derechos Humanos que apostó desde el comienzo a la Comisión de Verdad, respalda en forma absoluta esta carta enviada en su nombre a la diplomacia interamericana.
Solicita, al mismo tiempo, a todas las redes sociales y organizaciones con incidencia y participación directa en el sistema interamericano, que aseguren la llegada de estos argumentos a cada embajador ante la OEA.
Permitir que el Departamento de Estado impunemente lave ahora su golpe salvaje en Honduras con diplomacia washingtoniana, sería un acto indigno de todo americano.
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