lunes, 23 de mayo de 2011
Honduras: El Pueblo derrota a la Dictadura
Vos el Soberano
Por Raúl Fitipaldi,
Director Editorial del Portal Desacato,
Florianópolis, Santa Catarina, Brasil
20 de Mayo de 2011
Cuando ayer, el camarada David Romero le dio pase a Juan Barahona, vicecoordinador de la Resistencia Popular, desde el Foro de San Pablo en Nicaragua, para que anunciase el retorno de Mel Zelaya, unos periodistas brasileños, cuatro o cinco locos tal vez, hemos llorado de emoción. Es necesario entender que esta victoria del pueblo hondureño, más allá del propio Zelaya, implica en una derrota a los poderosos y esa derrota precisa confirmarse con la construcción de una nueva Honduras. Este momento histórico es el preámbulo de una nueva forma de relación política y social que se precisa con urgencia, no sólo en Honduras, como en muchos países de la región que están azotados por males semejantes a los hondureños.
Más allá de dogmas y doctrinas, de creencias y descréditos, el pueblo hondureño está construyendo una forma nueva de relación que necesita, ahora, configurarse en poder político. Esto, a través de las herramientas que, entre todos, consideren mejores al modelo de nación conque rediseñar Honduras. Están frente a una chance histórica. El sistema dictatorial pretenderá lucrar en viejos organismos internacionales con esta inflexión, obligado por la situación brutal de la macro economía hondureña y ante la imposibilidad del imperio norteamericano de sustentar por más tiempo este desgaste colosal que se le revierte en su propio territorio, especialmente ante la crisis recesiva de los Estados Unidos. Es hora pues de que el pueblo hondureño asuma el control de la ofensiva política para desarrollar su nuevo modelo de convivencia democrática.
Este momento hondureño tal vez, en lo que va del siglo XXI, sólo se pueda comparar al momento mágico en el cual el pueblo venezolano rescató a su líder, Hugo Chávez Frías, de las garras de los opresores pitiyanquis. Los caraqueños bajaron de los cerros para resucitar el poder perdido dos días antes. Los hondureños ocuparán carreteras y avenidas para resucitar su derecho a la democracia y a un nuevo modelo de sociedad. Coincidentemente, el Comandante Chávez, les guste a muchos o no, es protagonista esencial de este paso histórico de Honduras y de Nuestra América.
El Pueblo Hondureño no puede esperar todo de Mel Zelaya. El pueblo hondureño debe construir desde sí, con sus líderes y liderezas, las condiciones socio-políticas capaces de renovar la forma de hacer política con justicia, fraternidad e igualdad. El Golpe de Estado deberá ser recordado en un momento dado como el estimulador de Otra Honduras Posible. Son 23 meses de lucha generosa, diferente, con grandes disensos dentro de la propia Resistencia, acosada, amenazada y perseguida dentro y fuera del territorio nacional, por las oligarquías y las multinacionales a las cuales se les ha regalado Honduras en estos últimos meses. No importan la OEA o la ONU, o cualquier otra institución que no representa los deseos legítimos del pueblo hondureño. Importa sumar a Honduras a este cambio de época, de cara a la Patria Grande que mira al Sur, y que aun con muchas cicatrices y conflictos, alienta un período renovador y fundacional en todo el planeta.
Finalmente hermanos queridos:
Mel Zelaya, Xiomara Castro y todos los líderes probados de Honduras, precisarán seguir resistiendo, osando, arriesgando y buscando con el conjunto del Pueblo, los nuevos rumbos que liquiden las viejas épocas que destituyeron a Honduras de la autoestima, del amor a la Patria y de separación de la familia nacional latinoamericana. No son apenas algunos colegas periodistas o un puñado de militantes políticos dirigiendo reuniones de gabinetes o de categorías específicas, los que constituirán La Nueva Honduras Independiente. Será el Pueblo Pobre, en su variado conjunto, el constructor de su futuro victorioso en la Gran Asamblea Constituyente de Refundación del País.
Aquí estaremos, atrás de estos renglones, de estos micrófonos y de estas pantallas, para acompañarlos desde el cercano Brasil, desde la hermana tierra latinoamericana.
Un abrazo afectuoso al hermano pueblo hondureño!
Por Raúl Fitipaldi,
Director Editorial del Portal Desacato,
Florianópolis, Santa Catarina, Brasil
20 de Mayo de 2011
Cuando ayer, el camarada David Romero le dio pase a Juan Barahona, vicecoordinador de la Resistencia Popular, desde el Foro de San Pablo en Nicaragua, para que anunciase el retorno de Mel Zelaya, unos periodistas brasileños, cuatro o cinco locos tal vez, hemos llorado de emoción. Es necesario entender que esta victoria del pueblo hondureño, más allá del propio Zelaya, implica en una derrota a los poderosos y esa derrota precisa confirmarse con la construcción de una nueva Honduras. Este momento histórico es el preámbulo de una nueva forma de relación política y social que se precisa con urgencia, no sólo en Honduras, como en muchos países de la región que están azotados por males semejantes a los hondureños.
Más allá de dogmas y doctrinas, de creencias y descréditos, el pueblo hondureño está construyendo una forma nueva de relación que necesita, ahora, configurarse en poder político. Esto, a través de las herramientas que, entre todos, consideren mejores al modelo de nación conque rediseñar Honduras. Están frente a una chance histórica. El sistema dictatorial pretenderá lucrar en viejos organismos internacionales con esta inflexión, obligado por la situación brutal de la macro economía hondureña y ante la imposibilidad del imperio norteamericano de sustentar por más tiempo este desgaste colosal que se le revierte en su propio territorio, especialmente ante la crisis recesiva de los Estados Unidos. Es hora pues de que el pueblo hondureño asuma el control de la ofensiva política para desarrollar su nuevo modelo de convivencia democrática.
Este momento hondureño tal vez, en lo que va del siglo XXI, sólo se pueda comparar al momento mágico en el cual el pueblo venezolano rescató a su líder, Hugo Chávez Frías, de las garras de los opresores pitiyanquis. Los caraqueños bajaron de los cerros para resucitar el poder perdido dos días antes. Los hondureños ocuparán carreteras y avenidas para resucitar su derecho a la democracia y a un nuevo modelo de sociedad. Coincidentemente, el Comandante Chávez, les guste a muchos o no, es protagonista esencial de este paso histórico de Honduras y de Nuestra América.
El Pueblo Hondureño no puede esperar todo de Mel Zelaya. El pueblo hondureño debe construir desde sí, con sus líderes y liderezas, las condiciones socio-políticas capaces de renovar la forma de hacer política con justicia, fraternidad e igualdad. El Golpe de Estado deberá ser recordado en un momento dado como el estimulador de Otra Honduras Posible. Son 23 meses de lucha generosa, diferente, con grandes disensos dentro de la propia Resistencia, acosada, amenazada y perseguida dentro y fuera del territorio nacional, por las oligarquías y las multinacionales a las cuales se les ha regalado Honduras en estos últimos meses. No importan la OEA o la ONU, o cualquier otra institución que no representa los deseos legítimos del pueblo hondureño. Importa sumar a Honduras a este cambio de época, de cara a la Patria Grande que mira al Sur, y que aun con muchas cicatrices y conflictos, alienta un período renovador y fundacional en todo el planeta.
Finalmente hermanos queridos:
Mel Zelaya, Xiomara Castro y todos los líderes probados de Honduras, precisarán seguir resistiendo, osando, arriesgando y buscando con el conjunto del Pueblo, los nuevos rumbos que liquiden las viejas épocas que destituyeron a Honduras de la autoestima, del amor a la Patria y de separación de la familia nacional latinoamericana. No son apenas algunos colegas periodistas o un puñado de militantes políticos dirigiendo reuniones de gabinetes o de categorías específicas, los que constituirán La Nueva Honduras Independiente. Será el Pueblo Pobre, en su variado conjunto, el constructor de su futuro victorioso en la Gran Asamblea Constituyente de Refundación del País.
Aquí estaremos, atrás de estos renglones, de estos micrófonos y de estas pantallas, para acompañarlos desde el cercano Brasil, desde la hermana tierra latinoamericana.
Un abrazo afectuoso al hermano pueblo hondureño!
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