sábado, 21 de mayo de 2011

Un lobo cuidando ovejas…


Vos el Soberano

Por Galel Cárdenas

El régimen de Porfirio Lobo Sosa, el porfiriato, se caracteriza por la ambigüedad en la palabra para la negociación y la certeza en sus acciones represivas de tortura, persecución y asesinato, incluyendo a periodistas que indagan la verdad en cualquiera de sus aristas ligadas a la realidad.

Otro elemento muy específico es el cinismo de su personalidad. Con toda la frescura posible declara su apego a la defensa de los derechos humanos, mientras ordena el descalabro del Inpremah, la represión financiera y política a los maestros del país, el asesinato de los campesinos no sólo del Aguán, si no de otras regiones de la nación.

Su negociación con Santos y Chávez desde la perspectiva internacional pareciera un acto de sinceridad y mea culpa, ante los acontecimientos de violación continua a los derechos humanos, pero, en la práctica esa negociación pareciera sólo tener como objetivo: el ingreso a la OEA a fin de obtener dinero fresco para la salvaguarda de un estado financieramente decrépito y en franco deterioro que conduce a la bancarrota inminente.

Por lo demás, en el patio interno sigue su intolerancia política con los maestros, con los campesinos o con cualquier otro segmento de la población que se anteponga a sus intereses oligárquicos.

Entre tanto junto a su cuadro consentido, el Presidente del Congreso Nacional, lanza una carrera legislativa de blindaje para la clase poderosa de la nación con la aprobación de leyes que cercan cada vez más las posibilidades de mejoramiento de la calidad de vida de los hondureños que luchan denodadamente por salir del profundo abismo a que ha sido sometido desde el golpe de estado de 2009.

La negociación Santos-Chávez-Lobo tiene varios senderos políticos de aprovechamiento y beneficio mutuo.

Por una parte existe un camino que conduce al porfiriato a la OEA, y con ello, a la oligarquía nacional y al imperio de superar el castigo continental que es moral esencialmente, pero a la vez es una calzada que permite al régimen porfirista la obtención de recursos financieros que le acceda respirar un aire menos contaminado por la crisis económica. En términos concretos se puede observar el escándalo de la crisis en el precio de los derivados del petróleo que finalmente llegarán a los cien lempiras (5 dólares) con lo cual está destruyendo la canasta básica y por ende produciendo una inflación nunca antes experimentada por el pueblo hondureño.

Sin embargo, la política interna de Lobo Sosa prosigue su camino impúdico de ambiguación y cinismo, negocia al exterior y al interior reprime.

La negociación para el gobierno del comandante Hugo Chávez implica el afianzamiento de su liderazgo y tolerancia política latinoamericana, ya que reinsertar al Presidente Mel Zelaya en Honduras, exactamente a la mitad del camino hacia las elecciones nacionales hondureñas, insufla en el proceso de resistencia del Frente Nacional, un camino de potencialidad electoral si no expedito al menos más abierto a la perspectiva política de la democracia participativa. Con ello logra el descongelamiento político hondureño.

Para el presidente Manuel Santos, la situación es similar a la del porfiriato, negocia hacia el exterior y reprime hacia el interior, y obtiene de Chávez beneficios financieros y económicos como diplomáticos de alta factura provechosa.

La llegada del Presidente Mel, realmente tiene perspectivas de muy diferente índole.

Alguna parte de la población, la más humilde, cree que con Mel en Honduras todo el espectro económico habrá de cambiar a su favor. Para la oligarquía esta llegada del ex presidente es un trago muy amargo pero necesario si deseaba reincorporarse al concierto internacional de América Latina y obtener la capacidad de las transacciones bilaterales, multilaterales y demás canonjías pertinentes al grupo OEA. Al FNRP tal acontecimiento lo pone de inmediato en un cambio de velocidad de lenta y amodorrada, a rápida y de una dinámica excelente para las pretensiones políticas ya conocidas.

Ahora bien, la pregunta para las ovejas de la ciudadanía general, siempre manipuladas por el régimen de Lobo Sosa y acólitos asociados, es la siguiente: ¿Cambiará el modus operandi de este régimen y sus socios oligarcas?

La respuesta es no, dado que su negociación es un simple intercambio de monedas en donde no existe compromiso político determinado. El seguirá jugando al cinismo y a la ambiguación, tal y como ha sido su comportamiento durante su período presidencial.

Deviene entonces un período de estira y encoge, en el cual Mel Zelaya deberá jugar un papel de alta imaginación política para corregir entuertos tales como: quitar de la dirección del PL a los golpistas, reunir a la incrédula izquierda nacional en derredor del proyecto político ya conocido por todos, conversar con sectores de la burguesía nacional no golpista y aglutinarlos en derredor de su propuesta estratégica, organizar el Frente Amplio y desarrollar en todos los rincones de la patria las 25 mil estructuras de base para enfrentar el reto en el cual el voto es un arma poderosa de carácter soberano.

Es claro que quedan en el tintero una cantidad de detalles no necesariamente públicos que habrá de dilucidarse en el decurso de los días que están por venir.

Entre tanto el Lobo seguirá cuidando ovejas pasándose el palillo de dientes entre sus colmillos para ir quitando algunas hebras de tan sabrosa carne al decampado…

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