jueves, 19 de mayo de 2011
Marticheleti, Micheneli y Lobimarticheli en su misma guarida
Vos el Soberano
Por Víctor Manuel Ramos
Dios los crea y el diablo los junta, reza el refrán popular. Y esto es precisamente lo que ha ocurrido en Panamá, con motivo de la inauguración de una sucursal del Banco FICOHSA. Marticheleti, Presidente de Panamá, un dueño de supermercados que llega a la conducción del pueblo de Omar Torrijos que no ha tenido empacho para reunir al golpista Micheleti y a Lobo Sosa y para elogiar, en ese encuentro, públicamente, al ex dictador hondureño. “Presidente Micheleti – le ha dicho- gracias por todo lo que Usted hizo por Honduras”.
Y es lógico que Martineli, más bien Marchileti por esa simbiosis natural entre tiranos, actúe así, pues uno de los pocos mandatarios latinoamericanos que apoyaron el golpe de Estado y que pidieron a la comunidad internacional no aislar a quienes habían usurpado el poder en Honduras por la fuerza de las armas y mediante atropello a la voluntad de la mayoría de los hondureños.
Micheleti -mejor dicho Micheneli, por razones de la misma simbiosis que arriba mencioné- respondió agradecido a tan excepcionales elogios, pero más al apoyo que el gobernante panameño prestó a la pandilla golpista de Honduras ofreciéndose como amigo, dándole algún respiro al atosigado régimen fraudulento. Seguidamente Micheleti exige el retorno de Honduras a la OEA porque para él “ya todo pasó”.
El pueblo de Panamá, por supuesto, no acuerpa este entusiasmo de Martineli por el tiranuelo y ladronzuelo hondureño y el líder de la oposición le ha salido al paso, advirtiendo que Martineli no piensa para hablar y que es un personaje del mismo talante que Micheleti.
Estaba ahí, en ese acto lleno de golpistas hondureños, el Señor Lobo Sosa, quien parece se sumó a quienes aplaudieron las intervenciones de Martineli y de Micheleti, es decir que Lobo, que ha aceptado que aquí hubo un golpe de Estado, hace migas con el delincuente que ha roto la Constitución de Honduras.
Pero, ¿qué es lo que tiene que agradecer a Martineli a Micheleti? Sencillo, se hizo público que Micheleti, mientras usurpaba el poder en Honduras ha dado protección a un pariente de Martinelli, perseguido por la justicia norteamericana por estar involucrado en el tráfico de drogas, y se dice que las venidas casi clandestinas de Martinelli a Honduras, tienen el mismo propósito, buscar protección para parientes suyos que están evadiendo la justicia con la tolerancia del gobierno de Honduras.
Y, ¿qué es todo lo que hizo Micheleti por Honduras, para merecer el agradecimiento de Martinelli? ¡Ah, sencillo! Cometió una violación a la ley al apropiarse de la Presidencia de la República sin haber sido escogido para tal por el pueblo hondureño, más bien después de haber sufrido un revés monumental en las urnas en sus aspiraciones presidenciales. Pero eso no es todo, se dice que Micheleti robó a manos llenas durante su efímera gestión dictatorial al frente del Estado de Honduras, delitos por los cuales no ha sido juzgado. Pero lo más grave es que para mantenerse en el poder envió a los militares y a la policía a la calle para callar la protesta popular del pueblo hondureño que se mantuvo en permanente y heroica manifestación, sin fallar un tan solo día, durante más de un año. De esa represión y persecución en contra de quienes se opusieron al golpe de Estado resultó un número de hondureños asesinados, encarcelados, exiliados, garroteados, gaseados y perseguidos. Por estos crímenes de lesa humanidad, Micheleti también está pendiente de acudir a la justicia que, no cabe duda, le aplicará una pena ejemplar para enviar un mensaje a los políticos de que, a estas alturas del siglo XXI, ya no es tolerable la violación de los derechos humanos fundamentales de ningún pueblo de la tierra.
Así que Martinelli, con estas declaraciones, simplemente se retrata como otro golpista más, como un irrespetuoso de la dignidad de los hondureños que rechazamos el atropello a la ley por parte de Micheleti, como alguien que está al margen de la corriente democratizadora que recorre el continente destinada a instaurar en nuestros países nuevos sistemas políticos que aseguren, por fin, liberarnos de la demagogia y de la tiranía de las oligarquías, para acceder a regímenes que permitan la participación del pueblo en la decisión de cual es el destino que quiere para el país y para todos, sin excepción.
Por eso las declaraciones de Martinelli son ofensivas para los hondureños dignos, y Micheleti, al asegurar que aquí, en esa desventurada Honduras, “todo pasó”, pretende hacernos creer de que sus crímenes han sido olvidados, y está queriendo esconder, como el avestruz, su cabeza, para ignorar la voz populi que pide su juzgamiento por haber roto el orden constitucional, por haber traicionado las esperanzas del pueblo hondureño y por haber aplastado la protesta popular y ser responsable de los asesinatos y demás crímenes que se cometieron durante su régimen usurpador y espurio. Señor Micheleti, señor Martinelli, señor Lobo, aquí no ha pasado todo, aquí sigue un pueblo en pie de lucha, determinado a rescatar a Honduras y a poner tras las rejas a quienes son responsables de la miseria, el atraso, la corrupción y el asesinato.
No está lejano el momento en que Martineli agradezca a Hitler lo que hizo por los judíos y por el pueblo alemán.
Por Víctor Manuel Ramos
Dios los crea y el diablo los junta, reza el refrán popular. Y esto es precisamente lo que ha ocurrido en Panamá, con motivo de la inauguración de una sucursal del Banco FICOHSA. Marticheleti, Presidente de Panamá, un dueño de supermercados que llega a la conducción del pueblo de Omar Torrijos que no ha tenido empacho para reunir al golpista Micheleti y a Lobo Sosa y para elogiar, en ese encuentro, públicamente, al ex dictador hondureño. “Presidente Micheleti – le ha dicho- gracias por todo lo que Usted hizo por Honduras”.
Y es lógico que Martineli, más bien Marchileti por esa simbiosis natural entre tiranos, actúe así, pues uno de los pocos mandatarios latinoamericanos que apoyaron el golpe de Estado y que pidieron a la comunidad internacional no aislar a quienes habían usurpado el poder en Honduras por la fuerza de las armas y mediante atropello a la voluntad de la mayoría de los hondureños.
Micheleti -mejor dicho Micheneli, por razones de la misma simbiosis que arriba mencioné- respondió agradecido a tan excepcionales elogios, pero más al apoyo que el gobernante panameño prestó a la pandilla golpista de Honduras ofreciéndose como amigo, dándole algún respiro al atosigado régimen fraudulento. Seguidamente Micheleti exige el retorno de Honduras a la OEA porque para él “ya todo pasó”.
El pueblo de Panamá, por supuesto, no acuerpa este entusiasmo de Martineli por el tiranuelo y ladronzuelo hondureño y el líder de la oposición le ha salido al paso, advirtiendo que Martineli no piensa para hablar y que es un personaje del mismo talante que Micheleti.
Estaba ahí, en ese acto lleno de golpistas hondureños, el Señor Lobo Sosa, quien parece se sumó a quienes aplaudieron las intervenciones de Martineli y de Micheleti, es decir que Lobo, que ha aceptado que aquí hubo un golpe de Estado, hace migas con el delincuente que ha roto la Constitución de Honduras.
Pero, ¿qué es lo que tiene que agradecer a Martineli a Micheleti? Sencillo, se hizo público que Micheleti, mientras usurpaba el poder en Honduras ha dado protección a un pariente de Martinelli, perseguido por la justicia norteamericana por estar involucrado en el tráfico de drogas, y se dice que las venidas casi clandestinas de Martinelli a Honduras, tienen el mismo propósito, buscar protección para parientes suyos que están evadiendo la justicia con la tolerancia del gobierno de Honduras.
Y, ¿qué es todo lo que hizo Micheleti por Honduras, para merecer el agradecimiento de Martinelli? ¡Ah, sencillo! Cometió una violación a la ley al apropiarse de la Presidencia de la República sin haber sido escogido para tal por el pueblo hondureño, más bien después de haber sufrido un revés monumental en las urnas en sus aspiraciones presidenciales. Pero eso no es todo, se dice que Micheleti robó a manos llenas durante su efímera gestión dictatorial al frente del Estado de Honduras, delitos por los cuales no ha sido juzgado. Pero lo más grave es que para mantenerse en el poder envió a los militares y a la policía a la calle para callar la protesta popular del pueblo hondureño que se mantuvo en permanente y heroica manifestación, sin fallar un tan solo día, durante más de un año. De esa represión y persecución en contra de quienes se opusieron al golpe de Estado resultó un número de hondureños asesinados, encarcelados, exiliados, garroteados, gaseados y perseguidos. Por estos crímenes de lesa humanidad, Micheleti también está pendiente de acudir a la justicia que, no cabe duda, le aplicará una pena ejemplar para enviar un mensaje a los políticos de que, a estas alturas del siglo XXI, ya no es tolerable la violación de los derechos humanos fundamentales de ningún pueblo de la tierra.
Así que Martinelli, con estas declaraciones, simplemente se retrata como otro golpista más, como un irrespetuoso de la dignidad de los hondureños que rechazamos el atropello a la ley por parte de Micheleti, como alguien que está al margen de la corriente democratizadora que recorre el continente destinada a instaurar en nuestros países nuevos sistemas políticos que aseguren, por fin, liberarnos de la demagogia y de la tiranía de las oligarquías, para acceder a regímenes que permitan la participación del pueblo en la decisión de cual es el destino que quiere para el país y para todos, sin excepción.
Por eso las declaraciones de Martinelli son ofensivas para los hondureños dignos, y Micheleti, al asegurar que aquí, en esa desventurada Honduras, “todo pasó”, pretende hacernos creer de que sus crímenes han sido olvidados, y está queriendo esconder, como el avestruz, su cabeza, para ignorar la voz populi que pide su juzgamiento por haber roto el orden constitucional, por haber traicionado las esperanzas del pueblo hondureño y por haber aplastado la protesta popular y ser responsable de los asesinatos y demás crímenes que se cometieron durante su régimen usurpador y espurio. Señor Micheleti, señor Martinelli, señor Lobo, aquí no ha pasado todo, aquí sigue un pueblo en pie de lucha, determinado a rescatar a Honduras y a poner tras las rejas a quienes son responsables de la miseria, el atraso, la corrupción y el asesinato.
No está lejano el momento en que Martineli agradezca a Hitler lo que hizo por los judíos y por el pueblo alemán.
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