Por Giorgio Trucchi
Con el propósito de hacerle frente a los graves problemas políticos, económicos y sociales que aquejan a Honduras, procurando encaminar el país hacia una sociedad libre y fundada en democracia participativa e incluyente, personalidades de diferentes sectores hicieron un llamado a la conciencia nacional.
“Nuestro llamado no es simplemente contra la reelección presidencial en cuanto inconstitucional y aprobada ilegalmente por instituciones controladas y cooptadas por el actual mandatario, sino porque representa el continuismo para la profundización del modelo neoliberal”, dijo Carlos H. Reyes durante el lanzamiento de la Convergencia contra el Continuismo.
“Un modelo que desmantela el estado de derecho, ahonda la pérdida de la soberanía nacional y la violación de los derechos humanos, económicos, políticos, sociales y culturales”, se lee en el documento[1] que reúne los puntos torales del planteamiento a la sociedad hondureña.
En 2005, la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, controlada por el partido gobernante, emitió dos fallos declarando la inaplicabilidad del artículo 239 de la Constitución, que prohíbe la reelección presidencial.
Por algo similar -aunque siempre negó que el movimiento por la IV Urna tuviese propósitos reeleccionistas- el ex presidente Manuel Zelaya sufrió un golpe de Estado que lo desterró por dos años.
Los supuestos “defensores de la Constitución y la institucionalidad” que, con el apoyo de los militares, orquestaron y llevaron a cabo aquel golpe, son los mismos que ahora pretenden asegurar la reelección del presidente Juan Orlando Hernández mediante triquiñuelas legales.
¡Vaya coherencia!
Del miedo a la acción
“Lo que necesitamos es juntar todas aquellas organizaciones, movimientos, personalidades que comparten esta preocupación. Y hay que ir más allá, convirtiendo el miedo en indignación y acción.
Porque sabemos que la reelección tiene un objetivo muy claro: profundizar el modelo neoliberal que ya ha destruido la institucionalidad de Honduras y ha precarizado nuestras vidas”, manifestó el histórico dirigente sindical.
“El modelo neoliberal ha traído severas y constantes violaciones a los derechos humanos. Quienes se oponen a estas políticas, que están en contra de un verdadero desarrollo para las grandes mayorías, son perseguidos y reprimidos”, aseveró Bertha Oliva, reconocida defensora de derechos humanos.
“Mientras el modelo neoliberal continúe en nuestra sociedad, las violaciones serán cada vez más crueles. En este sentido, el asesinato de Berta Cáceres es un ataque directo a quienes soñamos con una Honduras más justa y con dignidad; una Honduras no entregada.
Decimos ¡Basta ya! a este sufrimiento permanente y hacemos causa común para rescatar a este país”, concluyó Oliva.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el 2016 el 61 por ciento de las y los hondureños (4,8 millones de personas) vivía en pobreza, casi el 40 por ciento de ellos son indigentes.
El Foro Social de la Deuda Externa de Honduras (FOSDEH) advierte que a pesar de la supuesta multimillonaria inversión en políticas de reducción de la pobreza -unos 22.500 millones de dólares durante los últimos 15 años- no sólo no se han visto cambios significativos, sino que los hogares que están en pobreza casi se han duplicado.
Estos datos elevan hasta casi el 70 por ciento el sector de la población hondureña que vive bajo el umbral de la pobreza.
Nota
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