sábado, 30 de septiembre de 2017

Julieta: Legado y cuentas pendientes



Por Javier Suazo

“La participación directa de la comunidad universitaria en la toma de decisiones es legítima y útil” Noam Chomsky

El 25 de Septiembre de 2017 termina el periodo de ocho años de Julieta Castellanos como Rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), teniendo la Junta de Dirección Universitaria (JDU) que nombrar un Rector Interino por seis (6) meses hasta que se elija uno definitivo en marzo de 2018 y cuando el Consejo Universitario se integre con los representantes genuinos de las asociaciones docentes y alumnos.
Para las autoridades universitarias que acompañaron a Julieta Castellanos, su obra es incomparable, ya que ningún Rector (a) obtuvo tantos logros como ella. Igual, algunos académicos como el sociólogo Pablo Carias, destacan que la reforma universitaria iniciada no podrá echar marcha atrás ya que los dirigentes que la adversan, caso de los militantes del Movimiento Estudiantil Universitario (MEU), profesores y políticos serán derrotados.
Entre los logros de su gestión, destacan los siguientes: a) Mejoramiento y ampliación de la infraestructura física y equipamiento, como ser la reparación y construcción de nuevos edificios y laboratorios a nivel nacional, b) Creación de nuevas carreras universitarias, c) Mejoramiento de los procesos de enseñanza y formación técnica de los docentes, d) Recuperación de bienes de la UNAH, e) Gestión directa del Hospital Escuela, el principal hospital público de atención en el país; f) El control de la asistencia a clases por  los docentes (reloj marcador con huella digital y chequeo diario de docentes en el aula), g) La invisibilidad del Sindicato de Trabajadores de la UNAH (SITRAUNAH), y eliminación de actos de corrupción g), Fortalecimiento de la Investigación Científica, h) Las pruebas de aptitud aplicadas a los nuevos aspirantes a ingresar para cursar una carrera universitaria, i) Mejora en las relaciones con el gobierno central para la transferencia efectiva de los recursos financieros; j) Mayor apertura de la UNAH con la suscripción de convenios con otras universidades; k) Aumento del fondo de becas en más de 40  millones de lempiras; l)  Fortalecimiento de la seguridad interna; ll) Aumento del índice global de rendimiento académico promedio de los alumnos de 38% a 68% , m) La aprobación de una reforma académica donde se aumenta el porcentaje de aprobación de una materia de 60% a 70% en una primera fase; n) Honrar la deuda con el INPREUNAH por más de 675 millones de lempiras.
Del otro lado, donde se incluyen catedráticos de la Asociación de Docentes Universitarios (ADUNAH), dirigentes del MEU, intelectuales y políticos, la gestión de Julieta no fue tan buena como la pintan. En primer lugar, se cuestiona el poco apoyo a la reforma de los planes de estudios exigidos por los docentes, y la eliminación de todo pensamiento crítico en la UNAH, incluyendo en las actividades de investigación científica. Se sabe que después del golpe de Estado, los gobiernos del Partido Nacional tienen en ejecución un modelo de corte neoliberal, sustentado en el creciente debilitamiento de la institucionalidad publica y privatización de las empresas y servicios públicos, extractivismo de los recursos naturales y venta del territorio nacional, uso insdicrimado de los recursos de las instituciones de previsión social y creciente endeudamiento externo, corrupción, autoritarismo y violaciones sistemáticas de los derechos humanos. Hubo muy poco cuestionamiento desde la Academia a este modelo y poca investigación científica sobre su vigencia, secuelas e impactos negativos a futuro.
La no integración del gobierno universitario con los actores reales con base a procesos democráticos es otro de los cuestionamientos. Se sabe que un gobierno universitario democrático tiene que contar con dicha representación, para que las decisiones de más alto nivel sean colegidas y por consenso. Uno de los pilares de las luchas del MEU es este, o sea el derecho a ser incorporado y respetar sus opiniones y discutir sus propuestas. Aunque cierto sector del MEU tiene parte de culpa, le corresponde a la autoridad universitaria promover y garantizar procesos de diálogo con los demás actores del gobierno universitario.
La represión estudiantil y criminalización de la protesta pública. Siempre las autoridades universitarias hablaron de un grupito MEU, y eso se trasmitió a la prensa mediática y tarifada. Pero, como explicar la solidaridad del estudiantado cuando los dirigentes de MEU eran gaseados, golpeados y apresados, donde el “grupito” subía rápidamente en número. Esta fue una mala lectura de la Señora Rectora y sus asesores, ya que cuando se intervenía la UNAH violando la autonomía universitaria, el MEU se fortalecía.
Ligado a lo anterior, se cuestiona el enfrentamiento de la Rectora Castellanos con los defensores de los derechos humanos, a los cuales acusó también de estar no solo apoyando a los encapuchados, sino también de promover la toma de Edificios. Con ello, sin querer o queriendo se sumó al discurso de funcionarios del gobierno, de que los defensores de derechos humanos son obstáculo al desarrollo, en especial de las inversiones en sectores como energético, forestal y turismo.
Hubo avances en la creación de nuevas carreras, pero la UNAH sigue siendo una de las universidades con menos carreras de doctorado y revistas certificadas a nivel internacional de investigación científica, que la ponen a la cola. Se crearon posgrados a nivel de Maestría en Sociología, Ciencias Políticas, Derecho Constitucional y Políticas Publicas, siendo evidente una mayor demanda de carreras de Doctorado, y la circulación de revistas científicas con aporte de maestros y alumnos de estos postgrados. La producción científica visible en la UNAH es muy poca, sobre todo en temas económicos, ambientales y sociales, y a nivel de países y universidades de la región no se conoce.
No hubo una descentralización de la educación a las regiones y departamentos, más allá de la infraestrura y equipamiento. La ausencia de más carreras y diplomados cortos, en los centros universitarios, fortaleció el centralismo académico e incluso el éxodo de alumnos del interior del país a la capital, con los efectos colaterales que ello conlleva ( mayores gastos para los padres de familia, inseguridad y presión sobre demanda de servicios públicos), pero también, tal como manifiesta el exalcalde de Santa Rosa de Copan,  Rafael Elvir, volvió ingobernable la UNAH y orilló a padres y alumnos a buscar las universidades privadas, que muestran un ascenso impresionante en cuanto a alumnos en los últimos años; se habla de 20,000 alumnos que migraron de la UNAH a las privadas.
Algo contradictorio, los profesores por Hora “precaristas” y amigos de la reformas neoliberales, llamados a eliminar los vicios de la enseñanza o academia tradicional, para dar paso a una enseñanza moderna sin perjuicios e ideologías trasnochadas, han sido tratados con los “Pies” por la Señora Rectora en cuanto a sus pocos derechos laborales. Se le niega el pago de su salario (desde el mes de mayo no tienen paga), esconde los contratos de trabajo suscritos, acusa de estar coludidos con el MEU y amenaza con expulsarlos de la UNAH sino se presentan a clase y consiguen alumnos para impartirla.
Los concursos para optar a un plazo de docente en la UNAH son poco transparentes, y todavía se sigue violando la Constitución de la Republica, Ley Orgánica y Estatuto del Docente, en cuanto a las disposiciones para la contracción de docentes y la promoción de plazas. Hay profesores por hora que tienen más de 5 años de laborar en la UNAH, y todavía no han sido promovidos a profesores permanentes.
El nuevo Rector Interino de la UNAH tiene que ser un hombre o mujer de diálogo, conocedor de las leyes universitarias y cumplirlas, así lo exige la comunidad universitaria, nacional e internacional, el presidente Juan Orlando Hernández e incluso la Embajada de EEUU.  Hay que valorar y sopesar los logros, y analizar los cuestionamientos a la gestión de Julieta Castellanos, para poder avanzar.

No hay comentarios: