viernes, 2 de diciembre de 2016
Reelección en Honduras: Prueba del fracaso institucional
En Honduras hablar de reelección presidencial es sinónimo de secuestro institucional. El proceso continuista del Presidente Juan Orlando Hernández es una prueba de la fragilidad judicial que vive el país.
En 2009 proponer la reelección fue motivo o excusa para un golpe de Estado en pleno siglo XXI. Todo cambió, el terror a la reelección se acabó y los que antes eran sus detractores ahora se convirtieron en sus impulsores.
Todo inició en abril de 2015, cuando un grupo de diputados liderados por el expresidente Rafael Leonardo Callejas, quienes a través del movimiento Monarca del Partido Nacional, pidieron a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que se declarara inaplicable el artículo 239 de la Constitución de la República, y así, tener luz verde para hablar de reelección presidencial. Ese mes, la CSJ falló a favor de la propuesta, dejando el proceso abierto para concretar las intenciones de Hernández.
“Yo no estoy interesado en reelegirme, cada ciudadano es libre de plantear lo que quiera, yo continuaré haciendo mi trabajo y preocupándome por el país”, fueron las declaraciones del Presidente Juan Orlando Hernández en abril del 2015, tras conocer el fallo de la CSJ sobre la reelección.
Fragilidad institucional
“Parece que en Honduras no existe una institución que pueda responder a la aplicación de justicia. Está todo secuestrado, todo lo tiene en sus manos el Presidente”, dijo el diputado del Partido Anticorrupción Walter Banegas.
La desesperanza se apoderó de los legislativos, de las organizaciones defensoras de la democracia y de derechos humanos. La pérdida de fe se da al ver un escenario complejo para hacer que la institucionalidad actúe con la misma fuerza que en el 2009 contra la reelección.
“Todo quedó en el pasado, creo que esperar a que el Ministerio Público y la CSJ actúe contra la reelección es una utopía. Acá ya todo está hablado”, dijo el analista Eugenio Sosa.
El pasado domingo seis de noviembre, Juan Orlando Hernández desarrolló una concentración política para hacer público que aceptaría la candidatura por dos movimientos del Partido Nacional para reelegirse por un periodo más.
“El presidente no quería reelegirse, había que convencerlo. Él es un hombre que está concentrado en su trabajo; un trabajo que para nosotros ha sido positivo y le ha dejado cosas buenas al país, por eso nuestro deber era exigirle que asumiera y que siga al frente del Partido Nacional y también del país para un proceso más”, dijo en una entrevista a Radio Progreso el diputado nacionalista por el departamento de Yoro, Jeffrey Flores.
En ese sentido, la reelección ya es casi un hecho: por una parte el Partido Nacional afirma que es cosa juzgada y por otra la oposición sostiene que es una ilegalidad y que el oficialismo se aprovecha de la falta de justicia para hacer lo que se les antoje.
Mauricio Oliva Presidente del Congreso Nacional, dijo que la reglamentación de la reelección presidencial es cosa de tiempo, y que tarde o temprano los opositores acuerparán la iniciativa.
Siguiendo los términos legislativos, lo que le falta al proceso reeleccionista es la reglamentación de esa figura en el Congreso Nacional. La moción debe ser aprobada por mayoría calificada, es decir 86 votos para que entre en vigencia de inmediato.
“La oposición tiene dos opciones: una es que vote a favor de reglamentar la reelección, eso significaría que la limitan a que solo se aplique por un periodo nada más y la otra es votar en contra, dejándola aprobada y de carácter indefinido”, recalcó Oliva.
El diputado Walter Banegas lamenta que se maneje de esta forma el poder en Honduras. “Lo correcto es que si se quiere reelección lo hicieran respetando los procedimientos, pero acá como no hay nadie quien los juzgue ellos hacen lo que quieren, la institucionalidad no existe en Honduras”, manifestó.
La institucionalidad con toda su estructura judicial, es la gran ausente en el proceso de reelección presidencial que atraviesa el país.
Acuerdos y alianzas
La meta del oficialismo son 86 votos, pero ellos aunque no lleguen a ella, siempre saldrán ganando y es que Mauricio Oliva lo dejó claro: “Si votan a favor la aprobamos por un periodo y si votan en contra va indefinida, es decir ya es cosa juzgada”.
En la previa a la votación sobre la reglamentación de la reelección, las opiniones, sospechas, alianzas y oposiciones se presentan en la mesa del debate legislativo. Por una parte hay diputados que consideran que ya está todo arreglado y que los recientes nombramientos en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y el Registro Nacional de las Personas (RNP), han sido un pacto concreto para recibir apoyo de algunas bancadas en el Congreso.
“A Libertad y Refundación (LibRe) y al Partido Nacional, les gusta el mismo plato, ambos promueven la reelección, uno abierto y el otro no tanto, pero se da porque ambos son dirigidos por caciques, que en su nivel de caudillismo mandan en sus institutos políticos”, dijo el diputado liberal Darío Banegas al referirse al papel de LibRe y el Partido Nacional en miras de la reelección.
Para Banegas es probable que el Partido Nacional consiga los votos suficientes, porque desde su perspectiva Libre tiene los mismos intereses y al final se unirán para reglamentar la reelección.
“Empezaron a mostrarse las evidencias de ese cariño, con los nombramientos en el Tribunal Supremo Electoral y el Registro Nacional de las Personas”, denunció Banegas.
Por su parte el Partido LibRe, ha dejado claro que ellos están en contra de la reelección, pero haciendo la excepción que si la base de su partido respalda a Manuel Zelaya, le apostarán a la reelección para enfrentar a Juan Orlando Hernández en las urnas.
La dirigencia de LibRe ha dicho en repetidas ocasiones que ellos están promoviendo una alianza con los partidos de oposición. “Nosotros estamos listos para cualquier alianza, invitamos al Partido Anticorrupción, al Partido Liberal a que hagamos una alianza y enfrentemos a Juan Orlando en el próximo proceso electoral”, dijo el coordinador de LibRe, Manuel Zelaya.
La propuesta tampoco ha causado eco en los demás partidos y ante tal situación el diputado liberal Darío Banegas, afirmó que las alianzas solo pueden ser posibles cuando hay intereses en común y confianza y en este caso lo que no existe es confianza.
La discusión sobre la reelección sigue abierta, la reglamentación de la misma parece ser cosa de tiempo y la lucha legislativa es estéril ante la inexistencia institucional.
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