viernes, 23 de julio de 2010

Las balas terminaron con un solidario abogado de la Resistencia

Por Dina Meza

Marco Tulio Amaya, le puso alma, vida y corazón a la defensa de más de un centenar de personas perseguidas políticas desde el golpe de Estado, sus asesinos mataron su cuerpo la tarde del 20 de julio de este año, pero su ejemplo de solidaridad se quedó con el pueblo de Honduras.

El abogado de la resistencia fue asesinado junto a dos personas a quienes defendió en un juicio en el oriente del país. Fueron acribillados con AK-47 y con balas de acero en la carretera que conduce a la Villa de San Francisco al oriente de Tegucigalpa, según la información de la policía.

El cuerpo de Amaya estaba siendo velado en una funeraria de la capital,  decenas de amigos, amigas, familiares y colegas abogados llegaron a decir el último adiós a una persona cuyo aporte legal dejó fuera de las rejas a campesinos y campesinas; hombres, mujeres y jóvenes de la resistencia y dirigentes del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, SITRAUNAH, perseguidos por la actual rectora, Julieta Castellanos.

Desde que iniciaron los juicios por persecución política  a finales de julio de 2009, cuando la dictadura de Roberto Micheletti y los patrocinadores del golpe de Estado, decidieron aplicar el látigo de la injusticia para detener las ansias de libertad del pueblo en resistencia, el abogado Amaya dijo presente para defender a quienes estaban en completa indefensión ante la militarización de la justicia.

El abogado Marco Tulio era un estratega del Frente de Abogados contra el Golpe de Estado, peleó ante jueces que torcieron la justicia, por la libertad de los y las perseguidas políticas que fueron encarceladas por levantar la voz contra el golpe de Estado, 24 de estas personas fueron detenidas ilegalmente el 12 de agosto del año pasado, sus cuerpos presentaban serias torturas las cuales fueron aplicadas en los bajos del Congreso Nacional por policías y elementos COBRAS y aunque el COFADEH presentó la denuncia ante la Fiscalía de los derechos humanos, hasta ahora ninguno de sus agresores ha sido castigado.

Una colega abogada que llegó al velatorio se lamentó de la pérdida de esta valiosa vida, “él entregó mucho tiempo a la defensa de las personas que eran apresadas por la dictadura, realmente perdimos a una persona clave”.

La abogada Kenia Oliva, del Área de Acceso a la Justicia del COFADEH dijo “Que terrible la noticia, estoy impactada, tuve la oportunidad de conocer al abogado Amaya y de participar en la defensa de varios compañeros y compañeras que fueron acusados por delitos políticos”.

Para ella el abogado era una persona muy consciente pese a que no pertenecía a ninguna organización de DDHH  estaba muy preocupado por todas las violaciones que se dieron a las garantías procesales y judiciales en el marco del golpe de Estado.

Lo describió como un hombre calmado, muy observador y sobre todo muy conocedor de la materia penal, “es una lástima que ya no esté más con nosotros, no conozco las circunstancias de la muerte pero cualquiera que sea, solo demuestra lo vulnerables que somos los que trabajamos y nos ganamos el pan de cada día honradamente”.
 
Su aporte a la resistencia

El trabajo silencioso del abogado Marco Tulio amaya fue un valioso aporte para el Frente de Abogados contra el Golpe, su pensamiento estaba dirigido a ganarle la partida a la injusticia. Es necesario que rescatemos la memoria, la cual quieren borrar los violadores de los derechos humanos.

El 22 de septiembre cuando los cuerpos represivos desalojaron violentamente a miles de personas de las afueras de la Embajada de Brasil, que llegaron para apoyar al presidente Manuel Zelaya Rosales que se alojó en esa sede diplomática, la cacería policial-militar capturó de centenares de personas, unas fueron dejadas en libertad, a otras les abrieron expedientes con delitos inventados por la fiscalía, entre ellos el de sedición.

Uno de los detenidos ese día fue Antonio Porta Álvarez junto a su novia Antolina, uno de los defensores fue el abogado Amaya, quien señaló que las pruebas presentadas en contra de los detenidos no tenían sustento, al final se logró una medida cautelar que sacó de las rejas a ambos.

El 30 de septiembre de 2009 unos 54 campesinos y campesinas, fueron desalojadas del Instituto Nacional Agrario, INA, por policías que les llevaron apresados, después la fiscalía los acusó de sedición, allí estuvo Marco Tulio Amaya, junto a otros y otras colegas del Frente de Abogados contra el Golpe, de Vía Campesina y del COFADEH.

Su estrategia de lucha en el ámbito legal era milimétricamente estudiada para vencer en los tribunales de justicia. Aunque su muerte aparenta estar vinculada con la delincuencia común, varias personas comentaron que podría haberse aprovechado las circunstancias para asesinar al abogado y deshacerse de alguien que era clave en los juicios por persecución política.

Dirigentes del SITRAUNAH llegaron con arreglos flores para rendir tributo a su defensor que logró jugarle con inteligencia a jueces y fiscales coludidos con el poder.

También Alba Ochoa, Coordinadora del Comité de Presos, Perseguidos y Exiliados Políticos, entregó un comunicado a los familiares del abogado Amaya.
Ochoa fue detenida junto a más de 20 personas más por policías y COBRAS que dispersaron una enorme manifestación que se movilizaba hasta el centro de la capital.

Ella fue golpeada salvajemente en su rostro y otras partes del cuerpo por policías hombres y mujeres que la arremetieron contra ella porque protestó cuando agredían a otra persona. y tomó una fotografía.

Fue llevada a los bajos del Congreso Nacional donde se ensañaron contra ella dejándole fuertes golpes, después fue llevada con los demás al escuadrón COBRAS, un lugar no legal para encarcelar personas. En la plana de defensores y defensoras suyos estaba el abogado Marco Tulio Amaya.

Al velatorio también llegó una delegación del COFADEH para solidarizarse con la esposa y demás familiares de la víctima, que no podían dar crédito a esta trágica realidad de perder a su pariente.

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