Cáceres sostuvo que “vamos a documentar bien este crímen, no se va a quedar impune, vamos a luchar porque se aplique justicia, vamos a acudir ante instancias nacionales e internacionales”.
La dirigenta del Copinh acompañó a los familiares de Sorto Hernández quienes presentaron la denuncia ante el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh) de los hechos ocurridos en Llano Grande, Colomoncagua, departamento de Intibucá en donde su pariente fue vilmente asesinado.
El martes 18 de mayo, Olayo Sorto Hernández se encontraba con su familia cuando recibió varias llamadas telefónicas a su celular de parte de una persona que le insistió que se reuniera en un lugar en las afueras de Llano Grande, muy cercano a su casa en Colomoncagua, en donde fue emboscado a tiros por desconocidos.
Posterior al ataque su cuerpo fue conducido a un lugar conocido como Quebrachitos, donde en la década de los años ochenta en plena aplicación de al doctrina de Seguridad Nacional, se ubicó a un campamento de refugiados salvadoreños en la frontera honduro-salvadoreña.
“Al darse cuenta del asesinato la población salió porque él era una persona muy querida, muy apreciada, él no tenía problemas con nadie y desde niño realizó trabajos de armería con su papá, arreglaba radios e instrumentos de trabajo para la agricultura”, relató a defensoresenlínea.com Bertha Cáceres.
Agregó que a finales de febrero y a finales de marzo Olayo Sorto Hernández había sido detenido por la policía a solicitud de personajes que apoyaron el golpe de estado y que habían estado asediando a varios miembros de la resistencia popular.
“Incluso su esposa Erlinda había sido detenida por la policía, entonces ya hay antecedentes, sabemos que los golpistas lo habían estado acusando de que él tenía armas en la comunal para la resistencia, que estaba armando a la resistencia, bueno un montón de calumnias, por lo que sabemos que el fondo del asesinato de Olayo es un crímen político, es por de el Copinh, por se indígena, por ser de la resistencia y por su lucha”.
La dirigenta del Copinh denunció que en hay presencia en la zona de vehículos militares H1 que son utilizados por las tropas estadounidenses acantonadas en la Base Aérea de Palmerota, Comayagua.
“Nosotros responsabilizamos a estas tropas gringas de Palmerota que son las que asedian el Centro de Encuentros y Amistad Utopía, que es del Copinh y sabemos pues que aquí no solo se está usando a orejas y a agentes de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) o al Décimo batallón que ha hecho despliegues contínuos cuando hay movilizaciones, trabajos y capacitaciones de nuestra organización”, detalló.
Cáceres sostuvo que es importante señalar que todo este asedio y hostigamiento militar-policial ha afectado a los jóvenes y a las jóvenes indígenas, “sobre todo ahora que se están recogiendo las firmas por la Declaración Soberana por la Constituyente, ha crecido la represión, tenemos compañeros y compañeras que han sido amenazadas mediante anónimos en Santa Elena, Marcala, La Esperanza, San Marcos de la Sierra, Colomoncagua y otras partes.
Después del golpe de estado “están agarrando nuestra zona, como una zona muy particular donde se pretende intimidar a los indígenas lencas que están en un proceso de lucha junto a la resistencia popular, entonces hay asedio a nuestras emisoras, a nuestras oficinas, hay procesos que han impuesto las transnacionales que tienen intereses en nuestros recursos, en la riqueza de nuestra zona y sabemos que son de las empresas Terra, Enersa, Inversa, Ríos Power y están detrás de eso Miguel Facussé, Chukry Kafie, Fredy Nasser”.
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