Miles de hondureños
marcharon hasta el Juzgado donde Manuel Zelaya y
Juan Barahona (en la foto) acusaron el Poder Judicial
y sectores del golpismo por provocación política.
Foto: Mirian Emanuelsson
Honduras resistiendo más allá de amiguismos extraños…
Enrique Flores Lanza
Por Dick y Mirian Emanuelsson
Vídeo 11 min.: Manifestación de solidaridad con Enrique Flores Lanza y entrevista a Sonia Marlina Dubón, ex magistrada de la Corte Suprema de Justicia de Honduras y esposa de Enrique Flores Lanza: http://vimeo.com/25457197
El estado hondureño enjuicia a Enrique Flores Lanza, Ministro de la Presidencia durante el gobierno del derrocado presidente Manuel Zelaya Rosales. En peligro el acuerdo de Chávez y Santos, por lo tanto, en peligro el pueblo hondureño.
Casi no alcanzó a secar la tinta con que firmaron el acuerdo de Cartagena de Indias los presidentes Chávez y Santos, suscrito por el derrocado presidente Manuel Zelaya Rosales y el actual gobernante de Honduras, el señor Porfirio Lobo, cuando el Poder Judicial ataca frontalmente al acuerdo.
Esta institución es caracterizada como uno de los actores claves en el golpe de estado del 28 de junio de 2009. Introdujo la nueva modalidad del Departamento de Estado para deshacerse “legalmente” de gobiernos que no van acordes con los intereses estadounidenses.
Ordenó la detención de Zelaya
La Corte Suprema de Justicia fue el órgano que firmó la orden de arrestar al presidente Zelaya, aunque la Resistencia dice que la Corte fabricó la carta que fue suscrita dos días después del golpe de estado.
Ahora está actuando de nuevo, esta vez para entorpecer el ya de por sí, frágil acuerdo Chávez-Santos, acusado por sectores de la Resistencia hondureña de tener un ambiguo contenido. El acuerdo facilitó el regreso de Mel Zelaya, Flores Lanza y 200 exiliados el 28 de mayo. Fueron recibidos por medio millón de hondureños, la concentración popular más grande en la historia del país.
Provocación política
El comienzo de un juicio contra Enrique Flores Lanza, es considerado como una provocación política, no solamente contra Flores Lanza, sino, sobre todo, contra el Frente Nacional de Resistencia Popular, FNRP. Un juez le dio casa por cárcel y un mes para pagar la fianza de una suma astronómica; 1,4 millones de dólares. Flores Lanza está acusado por corrupción por lo que la Resistencia y Mel Zelaya contraatacan y dicen que todo responde a un burdo montaje del sector golpista.
Sonia Marlina Dubón, fue magistrada de la Corte Suprema de Justicia de Honduras durante siete años y esposa de Enrique Flores Lanza. Fue durísima su declaración cuando la entrevistamos dentro del Juzgado en la capital hondureña. Su esposo se encuentra al mismo tiempo, procesado en el mismo piso en una audiencia pública, pero donde la prensa o testigos no tenemos acceso.
Escuchamos los gritos de solidaridad de miles de hondureños que han tomado las calles en las afueras del Juzgado, una manifestación y marcha que hace media hora fue encabezada por Mel Zelaya y que es su primera marcha en Tegucigalpa en calidad de Coordinador General de la Resistencia hondureña.
– Es asqueroso y nauseabundo lo que está sucediendo en este país, exclamó la coordinadora de los jueces, esposa del político Rolando Dubón, que está en este momento recibiendo instrucciones en la Corte Suprema de Justicia, como siempre lo ha hecho y como hizo la noche anterior a la audiencia de Enrique Flores Lanza.
Es lamentable, que esta señora, entre en la rueda de manejos, rueda que a la vez arrastró a su esposo quien está siendo manipulado por Orlando Hernández (presidente del Congreso Nacional) el que a la vez también estuvo en la Corte en la noche del martes pasado. “Es asqueroso y vergonzoso lo que está sucediendo” subraya en una afirmación fuerte.
Patio trasero de los políticos
Por otra parte, agrega, que esta situación es más que un atropello contra los derechos humanos de Enrique Flores Lanza.
– El poder judicial sigue siendo el Patio Trasero de los políticos. Conozco perfectamente cómo funcionan el poder judicial y las maniobras de los políticos. Estuve siete años en la Corte y siempre recalqué que “cuando salga de la Corte Suprema de Justicia, quiero ser amiga de mí misma, no avergonzarme con actos desdeñables y bochornosos”.
El juicio contra la mano derecha de Zelaya e integrante de la Comisión Política de la Resistencia, es un duro golpe. Aunque la Resistencia no haya firmado ni apoyado el Acuerdo en Cartagena de Indias, es cierto que el pueblo resistente lo avaló, porque confió y porque tuvo como efecto que las grandes movilizaciones que caracterizaron el primer año desde el golpe de estado, volviera a tomar impulso en Honduras.
El mismo Zelaya ha hecho giras por varios departamentos y ha sido recibido como un verdadero líder nacional y popular por centenares de miles de hondureños que ven en él y la Resistencia una esperanza, en medio de un país destrozado en todos los sentidos; económico, social, de violencia sumado al deterioro del país como puede verse en las carreteras totalmente arruinadas y sin tener que buscar muy lejos.
¿Hacia un Frente Amplio político?
Es desde esa visión que el poder fáctico contraataca y comienza el juicio contra Flores Lanza, pretendiendo desestructurar la construcción de un Frente Amplio Político y minar las fuerzas del pueblo que resistió el Golpe de Estado.
Es también para provocar los sentimientos en los 1600 delegados que este domingo llegarán a Tegucigalpa para celebrar una Asamblea Nacional bajo la consigna “SÍ o NO a las elecciones”, plebiscito sobre una nueva Constituyente que marcará la acción de la Resistencia organizada para desarrollar sus planes tácticos y estratégicos en los próximos dos años.
Preocupa la gran decepción que existe en la Resistencia, respecto al presidente Chávez, quien prometió no abandonar al pueblo de Honduras y no aceptar al régimen hondureño en la OEA sin que se cumpla lo prometido en Cartagena.
En medio de esta vorágine, muchos ya están pensando que Chávez está más interesado en preservar el Pacto con Santos que en defender los intereses del pueblo hondureño. Nadie puede explicarse como el gobierno Bolivariano, aceptó el acuerdo de Cartagena de Indias y su contenido, sin previas garantías para el regreso de los exiliados.
Hasta ahora, en lugar de enjuiciarse a los golpistas, se dio vuelta la torta. El enjuiciamiento está cayendo sobre las propias víctimas de la dictadura cívico militar por lo que el Acuerdo Chávez-Santos, de Cartagena de Indias, puede convertirse en el verdugo de un pueblo que resiste más allá de amiguismos extraños.
Fuente: LATINAMERIKA I DAG / LATINOAMÉRICA DE HOY
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