Por Camila Queiroz
Periodista de ADITAL
El 28 de junio de 2009, Honduras sufrió un golpe de Estado que depuso al entonces presidente, Manuel Zelaya, electo democráticamente. Desde aquel entonces y hasta ahora, el pueblo no paró de organizarse de muchas maneras y de resistir la creciente militarización de su territorio. Para expresar repudio a la situación y buscar alianzas que le hagan frente, movimientos sociales y populares de América Latina realizan la ‘Jornada continental de solidaridad con el pueblo hondureño’, como parte de la campaña América Latina y el Caribe, una región de paz: Fuera bases militares extranjeras.
La acción es pertinente no sólo por el aniversario de los dos años del golpe, sino por el hecho de que Estados Unidos mantiene en operación, desde 1981, la base militar aérea de Soto Cano, también conocida como Palmerola. El lugar comenzó a funcionar durante el gobierno del presidente estadounidense Ronald Reagan.
"Convocamos esta jornada para demandar que se detenga la militarización (...); por el fin de la criminalización de las luchas sociales, la persecución de líderes y las innumerables violaciones flagrantes a los derechos humanos, con la debida responsabilización de sus responsables”, aclaran.
Sumado a eso, exigen el "desmantelamiento de las estructuras golpistas”, mediante la anulación de los acuerdos, decretos y leyes aprobados desde el golpe y el reconocimiento del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) como importante referencia político-social de Honduras.
Las acciones de solidaridad con el país se realizarán en las calles, frente a embajadas y consulados. "Organizaremos debates, realizaremos audiencias con autoridades para afirmar que no olvidamos y que no aceptamos en nuestro continente un golpe militar, llevado a cabo una vez más con la ayuda de Estados Unidos”, declaran, solicitando que movimientos de todos los países repudien las bases militares extranjeras.
En Honduras, como parte de la Jornada, se realizará el Encuentro Internacional contra la Militarización en La Esperanza y Comayagua, entre los días 26 y 28. En la ocasión, se lanzará la Autoconvocatoria para la Asamblea Nacional Constituyente.
El Encuentro tiene el objetivo de analizar la coyuntura hemisférica y nacional en relación con la militarización y el intervencionismo. Los organizadores pretenden, por medio de debates e intercambio de experiencias, definir ejes de acción y articulación para combatir al militarismo.
Desde ya, exigen el cierre de las bases militares extranjeras, el no reconocimiento de las deudas contraídas después del golpe, el fin de la criminalización de los movimientos sociales y de las violaciones de los derechos humanos, además de castigo para los autores de estos delitos, "que son parte de las estructuras golpistas que deben desmontarse”.
Con la consigna "¡La resistencia hondureña no está sola!”, los movimientos sociales de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), capítulo Argentina, también se manifestarán con la realización el día 28, a las 20h, de un acto político-cultural en solidaridad con el pueblo hondureño, en la Casa de la Amistad Argentino-Cubana (calle Alsina 1744, Buenos Aires).
A comienzos de este mes también se desarrollaron algunas acciones. El 1º de junio, activistas organizaron la Conferencia Continental sobre la Militarización Imperial: Comando Sur, Usaid y "Cultura Estratégica”, y el día 31 de mayo, se realizó el Tribunal Ético sobre Bases Militares Extranjeras en América Latina y el Caribe.
Breve historial
En junio de 2009, el entonces presidente Manuel Zelaya divulgó la intención de realizar una consulta al pueblo hondureño para saber si apoyaban la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente con el propósito de aprobar una nueva Constitución. Sin embargo, el 28 de junio, antes que la consulta se llevara a cabo, una alianza entre el Congreso Nacional (que desautorizó la consulta), la oligarquía, la embajada estadounidense y el ejército ejecutó un golpe de estado y Zelaya fue deportado a Costa Rica.
Al día siguiente, la población pasó a organizarse en lo que hoy es el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP). El cuatro de julio, el país fue expulsado de la Organización de Estados Americanos (OEA) como forma de repudio por la caída de la democracia en el país.
Desde el golpe, Zelaya hizo varios intentos frustrados para retornar al país, consiguiendo esto definitivamente recién en mayo de este año, cuando firmó, con el actual presidente, Porfirio Lobo, el acuerdo de Cartagena de Indias. A comienzos de junio, la OEA reintegró a Honduras aún bajo constantes reclamos de los movimientos sociales, que hasta hoy denuncian las violaciones de los derechos humanos realizadas durante y después del golpe.
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