Por Xavier Caño
La casi totalidad de medios, así como ‘tertulias’ radiofónicas y televisivas (y no sólo las de extrema derecha del TDT) se han cubierto de estiércol al “informar” o comentar desde las alturas de sus torres de marfil los incidentes acaecidos alrededor del parque de la Ciudadela.
Lo que ocurrió fue que unos energúmenos protagonizaron incidentes de falta de respeto y de violencia absolutamente rechazables. Absolutamente, que quede claro. Unos energúmenos eran provocadores profesionales infiltrados por la propia policía catalana (como aportan algunos vídeos que se encuentran en Internet) y otros eran pretendidos indignados (ellos quizás crean que lo son) a los que delata su pequeñez moral y su mediocre resentimiento que confunden con luchar por un mundo mejor.
Pero les ha faltado tiempo a esa legión de mezquinos y estómagos agradecidos de los medios o portavoces políticos para condenar sin matices al movimiento de los ‘indignados’, sin atender que los incidentes (incluso los protagonizados por los que no eran policías), fueron provocados por una minoría. Pero es igual, les va de perlas para intentar deslegitimar el movimiento del 15 de mayo. Lo estaban deseando.
Uno de los medios que más vergüenza ajena provoca ha sido El País (¡quien le ha visto y quien le ve!) que ha titulado en portada “Grupos radicales bloquean con violencia el Parlament”. ¡Qué valor! Pero no es extraño. Ya lo dijo en cierta ocasión el desaparecido Polanco, creador del imperio Prisa, cuando la guerra de este grupo empresarial con Álvarez Cascos (a la sazón ministro de Fomento del gobierno Aznar) por las plataformas digitales: Que tenga mucho cuidado quien perjudique nuestros intereses, dijo. Y los intereses de Prisa (editora de El País) hace tiempo que no parecen ser los de una democracia plena con contenido ni tampoco la justicia.
A la mayoría de medios y “tertulianos” les ha dado igual que tanto portavoces del 15 de Mayo como de Democracia Real Ya, hayan condenado enseguida sin paliativos la violencia ejercida (la que fuera), reafirmando con contundencia su compromiso con la no violencia, su opción indiscutible por la acción pacífica. Les da igual. Ahora creen que les cuadra todo, porque en su necedad dolosa sueñan que esto es el principio del fin y que el movimiento 15 de Mayo empieza aquí su declive.
Yerran. Se equivocan de medio a medio, porque esto no ha hecho más que empezar.
No se han enterado de casi nada. Porque además todo esto sucede cuando Intermón Oxfam aporta un hecho estremecedor -en un reciente informe-, según el cual más de dos millones de ciudadanos y ciudadanas en España no posee los medios mínimos para poder comer cada día. ¿Se imaginan? Mientras continúan los desahucios de viviendas (que además no cancelan las deudas hipotecarias porque PP y PSOE han tumbado la propuesta legislativa presentada en el Congreso para ello) y nos enteramos más con pelos y señales, de los privilegios indecentes de los políticos profesionales, en tanto que los presidentes del Congreso y del Senado se niegan a ampliar las incompatibilidades de los parlamentarios.
¿De verdad creen todos esos mercenarios de la ‘no información’ y de la opinión confusa gratuita, que es más intolerable un incidente de violencia (rechazable del todo, por supuesto) que esa violencia perpetuada del hambre que ya afecta a dos millones en este país; o la de quedarse en la calle sin casa y encima deber de por vida a los bancos? ¿En serio están convencidos de que son peores unos empujones, verter pintura sobre personas e insultos (que ciertamente es una actuación de fascistas, aunque no de las peores), que el hecho incontestable de que la mayoría de jóvenes del reino de España no tengan ni el menor atisbo de futuro ni de presente?
El nuevo alcalde de Barcelona, el señor Trías, al dar su opinión a los medios sobre el incidente comentado, repitió varias veces el adjetivo ‘intolerable’ aplicado al hecho ocurrido frente al parque de la Ciudadela. Estoy de acuerdo en que insultar o empujar a cualquier ciudadano (da igual que sea diputado o un indigente), es intolerable. Pero desearía ver al señor Trías con la misma santa indignación ante la pobreza, la desigualdad y la corrupción o ante la obscenidad del incremento de ingresos de políticos de alto nivel, ejecutivos de banca y grandes empresas mientras el desempleo no cesa y aumentan las personas que viven en pobreza. No en Haití o Perú. Aquí.
Uno ya está harto de tanta hipocresía, de tanta desfachatez, de tanta poca vergüenza y encima con pretensión de dignidad herida.
La única dignidad herida es la provocada por la vulneración sistemática de los Derechos Humanos, cuyo articulado de su declaración universal empieza diciendo que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos” . Y esto no son sólo palabras. No lo pueden ser. Porque si restamos siquiera una leve traza de legitimidad, de obligatoriedad, de lo que significan los derechos humanos, entonces nada es legítimo, nada obliga. El Caos.
Como dicen en Amnistía Internacional: Nada está ni puede estar por encima de los derechos humanos. Ni los intereses de la banca o de las grandes empresas, ni los privilegios de los políticos profesionales.
Que millones de personas no puedan vivir vivir con dignidad sí es un escándalo. Y el Movimiento 15 de Mayo (y todas las entidades y movimientos que lo integran y sobre él convergen), trabaja y lucha precisamente por ese fin: una vida digna para todos. Sin violencia, pacíficamente.
¡A ver si se enteran!
Xavier Caño. Escritor y periodista. http://xacata.wordpress.com
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