lunes, 23 de noviembre de 2009

El boicot activo es la consigna



Socialismo o Barbarie

Por José Luis Rojo


“A Unificación Democrática
que dijo ser la resistencia”

“Ya vienen a decirlos ‘¡ni un paso atrás!’
¡Jajajaja!
Acaso no sos tú
El que estás siempre de cangrejo
Acaso no sos tú
El que ha vendido sueños
Rapiña de doble mira
De ilustradísima consigna revolucionaria
Con vestidura de mártir o héroe
¡a laaaaa mierda!Aquí solo el ocote se raja
Para encender la esperanza
Aquí no pasas ni ellos, ni tú
Aquí la lucha no será en vano
Vete con tú máscara falsa a la madriguera
De las cobardes ratas.
Ahora que te ha tocado la posición
No sabes qué pito tocar
Pues te diré:
Los que luchamos por la dignidad hondureña
No andamos con ese jueguito de ir a votar[1].
Finalmente, ocurrió lo que tenía que ocurrir: Mel Zelaya, dirigente burgués de la resistencia hondureña contra el golpe gorila, terminó como tenía que terminar: entregando todo a cambio de nada. Al firmar el acuerdo de “Gaymuras-San José” (auspiciado por el gobierno de Barack Obama), lo que hizo fue entregar su propia cabeza. Está claro que el gobierno norteamericano le propuso un acuerdo de “doble estándar”: que firme una cosa por un lado... y acepte de palabra una vana promesa de eventual “restitución” por el otro...
Pero la letra escrita del acuerdo en nada obligaba a Micheletti a restituirlo: esto quedaba ad-referéndum del mismo Congreso de los golpistas que por abrumadora mayoría había resuelto a fines de junio pasado su destitución. Congreso al que, para colmo, no se le fijó plazo alguno para expedirse: “Que ese aspecto crucial (el de la supuesta restitución) haya sido colocado en quinto lugar sobre siete tópicos, y no en el primero, y que haya tenido una redacción tan intrincada, revela que Zelaya hizo demasiadas concesiones a la hora de firmar los papeles”[2].
En fin, Zelaya salió a vender al mundo un acuerdo que no decía, en ninguna parte, lo que interpretaba: que había entregado hasta los “calzoncillos” para ser repuesto...
Crónica de una muerte anunciada
Está claro que no era entonces en la letra escrita del texto donde Zelaya creyó encontrar satisfacción a su reclamo: era por la boca del principal enviado de Obama y Clinton, Thomas Shannon: éstos le habrían prometido de palabra su retorno. “La pregunta que se impone es por qué Zelaya se dejó embretar con ese documento en cuyos vericuetos se extravió su regreso al poder: al desechar una resistencia combativa, y en vista de la tozudez de Micheletti, a Zelaya le pareció que la única vía abierta era firmar aquel papel. Quien más lo presionó en esa dirección fue EEUU, en particular la Secretaria de Estado Hillary Clinton y su representante para Latinoamérica, Thomas Shannon”[3].
Sin embargo, a partir de este simple engaño de “niños” (hacer una cosa y decir otra...) se montó toda una parafernalia internacional acerca de que “se había llegado a un acuerdo en Honduras”, que se trataba de una salida “a la hondureña”.
Pero, en el fondo, no se trató más que de un simple ardid donde el gobierno de Obama obtuvo lo que fue a buscar: encontrar una vía de escape para poder legitimar las elecciones golpistas del 29 de noviembre... incluso si Zelaya no fuera a ser restituido. En todo caso, la restitución o no, sería materia “de decisión soberana de los mismos hondureños”.
Micheletti, claro está, sin un pelo de sonso, se aferró a la letra escrita del acuerdo, que a nada lo obliga y llegó a conformar un “gobierno de unidad nacional” a su medida...


En esas condiciones, Mel Zelaya estalló de pura impotencia y declaró dejar sin efecto alguno el susodicho “acuerdo”. En el camino quedó un profundo bajón en una heroica resistencia que una y otra vez se vio sometida (y subordinada) a los enjuagues de la sucia diplomacia burguesa en las alturas y que quedó prácticamente desarmada luego de meses y meses de idas y vueltas, significando un peligro cada vez menor para los golpistas.
En este contexto, la oligárquica y gorila clase dominante hondureña cerró filas detrás del montaje de la farsa electoral del 29-11 a la cabeza del cual quedó Porfirio “Pepe” Lobo, el candidato del Partido Nacional y seguro beneficiario –en última instancia­– de la movida.
Una “sombra” llamada Mel Zelaya
La agonía e impotencia final de Zelaya lo retratan de cuerpo entero como un “enano” entre los enanos de los políticos burgueses con alguna veleidad de independencia respecto del imperialismo. En realidad, Zelaya, siquiera llegó nunca jamás a eso: si en algún momento entró a Petrocaribe y el ALBA... nunca se fue del TLC, ni echó a los marines yanquis de Palmerola[4]. Estos hechos deberían ser suficiente antecedente para medir su “estatura” política...
Sin embargo, su destitución (y la lucha popular por su reinstalación), podría haber creado en algunos la ilusión de que lo catapultaría al rango de un “dirigente burgués que quizá pudiera dar cierta pelea”.
Nada de eso ha ocurrido: con la firma de Gaymuras (y toda la trayectoria de estos meses), lo que se revela, en realidad, es su medida de “enano” frente al imperialismo: muchos chavistas se han quejado de que lo hemos catalogado de “lamebotas” del imperio por el acuerdo firmado, pero no queda otro apelativo incluso si por esta vía no ha logrado nada y, post morten, ha salido a “quejarse” del rol del gobierno de Obama.
¿Pero a qué se debe tanta genuflexión llegando casi al suicidio político? Se debe, en todo caso, a la naturaleza de clase del mismo Zelaya. Y a lo que en el “aire” quedó respecto de su propia clase social (la burguesía, para qué decirlo) luego del golpe de Estado del 28 de junio pasado.
Nos explicamos: el hecho es que Zelaya fue quedando, cada vez más, como la mera “sombra” de su propia clase social, un caso en todo caso “dramático” proviniendo de una familia tradicional de hacendados ganaderos y que es propietaria de las tierras de una buena porción del país “catracho”.
En todo caso a “Mel” sólo le quedó el apoyo del movimiento de masas: ni su propio partido Liberal (el mismo partido de Micheletti), ni sector alguno de las FFAA, ni ninguna otra institución, ni capitalista alguno lo apoyan.
Al mismo tiempo, al señalado rechazo de la totalidad de las FFAA, se le agrega el no disfrutar tampoco de un aparato de Estado sólido a su disposición: la Honduras de Zelaya no llegó en ningún momento a configurar elementos de un capitalismo de Estado tipo Venezuela de Chávez aunque haya entrado en sendos negocios con éste.
En estas condiciones, e impedido por su carácter de clase burgués a apoyarse consecuentemente en la Resistencia, lo menos que se puede decir es que muchas “cartas” en la mano no tenía salvo los supuestos favores de la “comunidad internacional”...
De Zelaya a Obama
“Su gobierno ha fallado a la hora de transformar sus palabras en hechos con respecto al golpe de Estado en Honduras, y como resultado, EEUU se aísla una vez más en el continente”[5].
Lo anterior nos lleva entonces al rol clave en toda esta historia del gobierno de Obama. Su devenir está más que claro: un corrimiento permanente hacia la derecha no habiendo cumplido punto alguno de su supuesta agenda “reformista”. Obama rescató Wall Street… pero el país tiene la tasa de desempleo más alta en generaciones[6]. Obama se retiró parcialmente de Irak... pero sólo para adentrarse en la guerra de Afganistán extendiendo la misma a los propios territorios de Pakistán. Obama ahora dice que va a cerrar Guantánamo en el “transcurso del 2010”... y no en enero como se había comprometido. Obama había prometido una legislación para facilitar la sindicalización de los sectores de la clase obrera yanqui que trabajan en la “informalidad”... sólo para dejar sin efecto esta iniciativa en menos de lo que “canta un gallo”. Barack Obama no ha sido más que un montaje en gran escala mediático (dicho en lo que tiene que ver con su faz supuestamente “reformista”) sólo para disfrazar muy malamente un continuismo malamente disfrazado de la gestión del mismísimo George W. Bush.
¿Cómo ha funcionado esta “evolución” en el terreno mismo de Honduras? Muy simple: desde muy rápido y aun a pesar de la condena verbal al golpe hondureño, fue alineándose cada vez más con los golpistas. Ya el hecho de poner al frente de la negociación al archi-pro-imperialista Oscar Arias[7], presidente neoliberal de Costa Rica, fue un indicativo de para dónde estaba evolucionando su gobierno en el caso de Honduras. Pero este curso se fue profundizando más y más: Hillary Clinton llegó a condenar más veces al mismo Zelaya que a los golpistas...
Así las cosas, la dinámica fue moviéndose más y más hacia la derecha. Cada vez fue quedando más en evidencia que la prédica de los republicanos en el sentido de que “Obama le estaba cediendo a Chávez a través de Zelaya”, y que el “chavismo es el principal problema de los EEUU en la región”, llevaron a que se inclinara, casi abiertamente, por los golpistas. Esto no sin antes emitir una serie de cínicas declaraciones del tipo: “siempre estuvieron en contra de que intervengamos en los asuntos latinoamericanos y ahora nos piden que condenemos el golpe”.
Sin embargo, EEUU sí acaba de intervenir –y con todo su peso– en la crisis hondureña: ¡ha dicho que de cualquier manera reconocerá la legitimidad de las elecciones del 29 de noviembre y san se acabó!




En fin: el gobierno de Obama es, hoy por hoy, el más firme sostén internacional para que la burguesía hondureña haga “borrón y cuenta nueva” con las elecciones capitalizando para sí todas las “ganancias” de haber borrado de un plumazo las concesiones que hizo Zelaya al movimiento de masas bajo su gestión como si en el país nada hubiera pasado...
La negativa a convocar a la Huelga General
Desde el principio la resistencia hondureña tuvo una contradicción. Por un lado, desarrolló una actividad heroica e inédita bajo el golpe militar: prácticamente no ha pasado día desde el 28 de junio sin que la misma resistencia desafiara a los golpistas en las calles. A la vez, llegó a poner en pié una serie de instancias organizativas que a partir, en gran medida, de la experiencia de la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular, dio lugar al Frente Nacional de Resistencia que por todo un período logró coordinar y/o centralizar la lucha antigolpista.
Pero desde el principio esta misma resistencia tuvo una serie de contradicciones, la más obvia: el concentrar todas las reivindicaciones en el reclamo del retorno de Mel Zelaya... dejando todo lo demás de lado. Porque estaba claro que si todo se resumía al retorno de Zelaya evidentemente éste no podría dejar de ser el jefe político de la misma. Liberales y dirigentes del movimiento popular “melistas” se subordinaron así completamente a Zelaya. Y Zelaya mismo subordinó la resistencia a las ideas y venidas de su recorridas por las capitales del mundo a la búsqueda de que la susodicha “comunidad internacional” lo restituyera.
Por este camino se perdieron varias oportunidades de derribar a los golpistas: una de las primeras (y más importantes) fue la del domingo 5 de julio cuando una multitud estimada en 150.000 personas se abalanzó sobre el aeropuerto internacional de Tegucigalpa a la espera que el mandatario hondureño hiciera bajar su avión...
Meses después también se perdió el impacto que la aparición sorpresiva de Zelaya en Honduras produjo: su discurso fue, desde que se mostró en la embajada de Brasil, de “reconciliación” con los golpistas y no el llamado a la más amplia movilización de masas para ser repuesto.
Claro que, además, fallaron las estrategias de la misma resistencia: nunca jamás abandonaron la “estrategia” de movilizar sólo en las calles. Con un cretinismo anti-trabajadores característico de este tipo de direcciones burguesas y pequeño burguesas ¡jamás tomaron en serio el planteo de que para echar a los golpistas había que paralizar el país!
Veinte veces en la dirección del Frente Nacional los compañeros del PST H, miembros de la corriente SoB, plantearon la necesidad de poner en pié una Huelga General para acabar con los gorilas y veinte veces este compromiso fue postergado... Lamentablemente esta dirección no pudo nunca ser realmente desbordada dada la carencia de instancias de verdadera democracia de las bases[8].
En estas condiciones, a la resistencia se le fueron “acabando los cartuchos”: mediatizada hasta el hartazgo por los zigs zags de las negociaciones y falsas expectativas en las alturas, fue deshilachándose a lo largo de los días, semanas y meses sin llegar sin embargo a ser derrotada del todo.
Por esto mismo, no habría ahora que descartar una jornada del 29 de noviembre con amplísima abstención y un retorno posterior, con más fuerza, de la lucha contra la legitimidad de los golpistas y el nuevo gobierno. Sobre todo en momentos en los cuales la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular ha vuelto a reunirse y está llamando a un Paro Cívico para la semana anterior a las elecciones que habrá que ver qué fuerza real podrá tener.
El retiro de la candidatura independiente como paso revolucionario
Lo anterior nos lleva al escenario electoral. El pasado 9 de noviembre se retiró formalmente (ante el Tribunal Supremo Electoral) la candidatura independiente de Carlos H. Reyes.
El anuncio del retiro en el programa político más visto del país, “30-30”, el domingo 8 de noviembre, cayó como una verdadera “bomba” política. No sólo el golpismo intentó minimizar el hecho saliendo a decir que “Reyes se retiraba porque se quedó sin votos”[9]... También está el hecho que a nivel de la amplísima vanguardia de la resistencia del país, la salida de Reyes de las ilegitimas y fraudulentas elecciones de los gorilas, le ha granjeado un prestigio impresionante. En el país del que “se doble pero que no se rompa” el que la candidatura independiente haya asumido una posición principista y revolucionaria (no meramente táctica) de la mano del PST-H, no deja de ser un antecedente de inmensa importancia para la puesta en pié de un polo de independencia de clase en el país.
Además, está clarísimo que el retiro de la candidatura independiente le está metiendo una presión feroz a la formación centroizquierdista Partido de la Unificación Democrática. Porque vergonzosamente este partido, a la cabeza de su dirigente y candidato presidencial, César Han, a estas horas parece decidido, contra viento y marea, a presentarse a las elecciones con el argumento de que en caso contrario perdería la personería electoral (y el ingreso de jugosos fondos en sus arcas...): “¿Por qué es tan difícil para la dirigencia oficialista de la UD, que se precia ser de ‘izquierda y revolucionaria’, tomar una decisión tan sencilla si los parámetros siempre han estado claros? ¿Por qué no siguieron el ejemplo de la candidatura independiente de Carlos H. Reyes que a tiempo se retiró del show electorero en cumplimiento de su palabra? Sólo hay una respuesta es estas preguntas: porque la dirigencia de la UD es una dirigencia oportunista”[10].
Pero atención: aquí se trata solamente de la dirigencia máxima de la UD; por la base parecen estar emergiendo repudios y fracciones que podrían romper con esta dirigencia y evolucionar hacia la izquierda[11].
El retiro de Carlos H. Reyes (bajo el planteo de construir un Instrumento Político de Trabajadores en Honduras) al tiempo que el comportamiento verdaderamente traidor de la UD de César Han, está abriendo entonces la posibilidad de una recomposición política a la izquierda del melismo en Honduras.
A partir del paso de haber plantado una bandera principista –con amplísimo impacto– por parte de la candidatura independiente, es posible entonces sentar las bases para un punto de referencia de clase en Honduras. Se trata de la oportunidad histórica de poner en pié un polo revolucionario de independencia de clase a la cual nuestros compañeros del PST-H se van a jugar con todo.
Una tradición abstencionista que podría cumplir un papel muy progresivo
Luego del retiro de Reyes, la novedad es que se acaba de volver a reunir –como tal– la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular. Y ésta acaba de fijar posición no sólo por el boicot a las elecciones del 29 sino más que eso: se acaba de resolver la posibilidad de convocar a un Paro Cívico Nacional contra las elecciones fraudulentas la semana previa al día de las elecciones.
Éste no es un dato menor: podría ser un punto de apoyo mayúsculo en la batalla por una verdadera campaña de boicot a las elecciones fraudulentas que las hicieran estallar por los aires...
Pero hay algo más que podría ir contra los golpistas (amén del atraso político general de las masas hondureñas). Es que la ilegitimidad de la democracia hondureña viene de años atrás. Sin ir más lejos, digamos que en las últimas elecciones presidenciales del año 2005 (donde fue electo por estrecho margen el propio Zelaya), el abstencionismo electoral llegó a rozar el 50% del padrón...
Está claro que en esas condiciones este abstencionismo seguramente fue más una manifestación de apatía que otra cosa (aunque atención, en ese año no había alternativa electoral independiente alguna, y todavía Zelaya era un hacendado cuyo padre había asesinado –treinta años atrás– 15 campesinos y sacerdotes de la liberación por un mero reclamo de tierras).
Sin embargo, en las condiciones de politización que la misma resistencia ha implicado, esto podría bascular. Es decir, en el caso actual, el abstencionismo (que medios independiente cifran en 5 de cada diez votantes) podría ser muchísimo más político expresando un repudio de masas a los gorilas. Esto a pesar de que las maquinarias electorales del régimen están a pleno, de que los medios de comunicación han inundado de propaganda electoral el país y de que es un hecho que un sector importante de las masas seguramente va a ir a votar...
Preparar la contraofensiva obrera, campesina y popular
En síntesis: en el momento actual, desde la candidatura independiente y el PST-H, estamos llamando al boicot activo electoral: lo hacemos con el bien ganado reconocimiento de que cumplimos la palabra y retiramos a Carlos Reyes de estas elecciones fraudulentas. En ese camino, hay que concretar el Paro Cívico Nacional y poner en pié la más amplia campaña por el rechazo activo a las elecciones.
Porque de expresarse un sector de masas importante de esta manera, el nuevo gobierno de Pepe Lobo podría emerger herido de muerte y abrirse una coyuntura de contraofensiva del movimiento popular de la mano de la consigna más sentida: la de la Asamblea Constituyente (y el gobierno de la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular).
[1] “A Unificación Democrática que dijo ser la resistencia”. Poesía dedicada a denunciar al Partido Unificación Democrática por su decisión de presentarse a las elecciones de los golpistas.
[2] Emilio Martín, 16 de noviembre del 2009.
[3] Emilio Martín, idem.
[4] “Palmerola” también llamada “Soto Cano” es la enorme base norteamericana en Honduras (queda a muy pocos kilómetros de la capital, Tegucigalpa, base que fue montada en oportunidad de la lucha contra la revolución nicaragüense en la década de los ’80.
[5] Declaración de 240 académicos de los EEUU que le exigen a Obama que no reconozca las elecciones del 29 de noviembre.
[6] Teniendo en cuenta lo que están reconocidos como desempleados oficiales, los subempleados y los que ya están desalentados de buscar trabajo, la tasa de desempleo en los EEUU gira en torno a algo parecido al 20%, una cifra (a este respecto) no tan alejada de los índices de la Gran Depresión...
[7] Ficha clave de la negociación de los años ‘80 que entregó la revolución centroamericana.
[8] En este sentido el PST H empujó con todo el fenómeno que se dio por momentos de resistencia desde los barrios populares de Tegucigalpa y su coordinación. Pero esta experiencia no llegó a madurar del todo. Ni que decir tiene las dificultades que hay a la hora de hacer pie entre sectores de la clase obrera hondureña que no sean los docentes...
[9] Informamos a los lectores que Reyes marchaba tercero en las elecciones y que la propia OEA llegó a reconocer guarismos del 18% para su candidatura...
[10] Tomas Andino Mecía.
[11] Ver a este respecto la declaración de la fracción de la UD “Trabajadores al Poder” llamando a repudiar el fraude electoral.

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