domingo, 29 de noviembre de 2009

¿Qué contará usted esta noche?


Vos El Soberano

Por Samuel Trigueros

Domingo 29 de Noviembre de 2009 04:11


¿Qué hace usted, normalmente, antes de dormir?

¿Cuenta ovejas, cabritas o cabros grandes? ¿cuenta dinero o penas? ¿cuenta los pétalos caídos del desamor o las conquistas de la pasión? ¿cuenta los años que ha vivido o los que supone le quedan por vivir? ¿cuenta las horas que tarda en apagarse el grillo del insomnio bajo su almohada ? ¿cuenta el goteo interminable de la llave descompuesta o la sed de los que no tienen derecho siquiera a tubería? ¿cuenta sus diplomas o la suma de sus inutilidades? ¿cuenta los goles que ha metido o los que ha fallado David Suazo? ¿cuenta las bolitas del escapulario o las del cura? ¿cuenta cuentos o qué cuenta?
. . . . . . .

El problema es que esta no es una noche normal. El problema es que desde el 28 de junio no hay noches ni días normales, no hay vidas normales. Ni siquiera la muerte es normal, decente, natural.

¿Qué contará usted esta noche?


Empiece por contar los días de represión; cuente las mujeres y hombres torturados, cuente las balas que han nublado el día de la patria, cuente las nubes de gas que han hecho de los pulmones inocentes su cielo envenenado; cuente las víctimas, los mártires; cuente las familias enlutadas, cuente cada segundo de zozobra, cuente las detenciones ilegales, cuente las amenazas; cuente los millones de dólares gastados en armas y cuerpos sin alma, armados y desalmados; cuente las fosas ignoradas, cuente las veces que tantos han mediado para engañarnos, cuente los hilos sangrientos de la trama imperialista, cuente los convoys que interminables pasan, cuente las paletadas de terror con las que quieren sepultarnos e inmovilizarnos; cuente canallas, cuente traidores; cuente las delegaciones que han venido y siguen llegando, cuente los caracteres de fácil solidaridad electrónica; quédese el tiempo que quiera contando los abusivos toques de queda, cuente cadenas televisivas y radiales, cuente cadenas históricas, cuente queridas cadenas perpetuas para los culpables, cuente cuántos somos (cuéntenos bien); cuente las vueltas que habríamos podido darle al mundo si sumamos los kilómetros que la Resistencia ha marchado, cuente banderas libertarias, cuente esperanzas, cuente miguelitos, cuente candelas para iluminar la oscuridad, cuente a los hombres y mujeres que aún permanecen en la embajada, cuente los latidos de la ira popular, cuente las manos de la ternura popular, cuente su haber de amor en el banco de la liberación popular; cuente los niños y las niñas que ya sueñan con derribar al generalito, cuente acordes libertarios mientras se toma un café o asiste a un guancasco, cuente lo que hay al otro lado del puente, cuente fusiles doblados, cuente pueblos en insurrección; cuente con los dedos de su mano a los políticos que en la Resistencia no andan calculando algo extraño; cuente gorilas (no cuente ovejas, eso pasó de moda), cuentéle las costillas a los gorilas, cuénteles los días; cuente cocteles volando en sueños, cuente burgueses volando en sueños con cocteles; cuente con que no claudicaremos; cuente lo que nos han robado, cuente lo que recuperaremos; cuente lo incontable: la convicción que arde infatigable en nuestros pechos solidarios, la combustión popular que cruza inexorable por esta Honduras "magnífica y terrible"; cuente conmigo... ¡Hasta la victoria siempre!

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