domingo, 22 de noviembre de 2009
RAZONES PARA NO VOTAR: NO BOTES TU VOTO: NO VOTES
Vos El Soberano
Por Juan Tallapiedra
El voto es considerado como un derecho ciudadano para poder elegir a las autoridades del país, los gobiernos municipales, diputados al Congreso Nacional y de una forma extraña también se eligen a los diputados del Parlamento Centroamericano. En Honduras, con una democracia tan insipiente y frágil, el voto es la única forma de participación ciudadana ya que no existen otros mecanismos de consulta popular para la toma de decisiones estatales.
Siendo esto así, y considerando que las elecciones primarias y generales son las pocas oportunidades del pueblo de expresar su voluntad, el voto se ha considerado más un deber que un derecho, pues no habrá otra ocasión en que se escuche la voz popular durante el periodo del gobierno que resulte electo. Y nos vemos en la obligación de elegir al menos malo.
Pero desde el golpe de estado del 28 de junio, las elecciones en el país han tomado un matiz diferente porque el simple hecho de vivir bajo un régimen de hecho y no de derecho, que ha violentado nuestra ya mancillada Constitución el acto de votar se vuelve ilegitimo, inmoral y absurdo. Esto anterior es consecuencia de que la mayoría del pueblo no integra el juego político de los golpistas por lo que el abstencionismo ahora es un deber y no un acto de indiferencia a los sucesos políticos de la nación.
He aquí algunas razones por las que nadie debe votar:
1. A pesar de que los magistrados fueron escogidos por el Congreso Nacional (de forma autocrática) para integrar el Tribunal Supremo Electoral durante el gobierno constitucional depuesto, estos no cumplían con los requisitos legales para integrar este organismo ya que dos de sus tres magistrados lo tenían prohibido por la Ley por ocupar cargos de elección popular y militar activamente en política partidaria. David Matamoros es diputado al Congreso Nacional y miembro activo del Partido Nacional y Enrique Ortez del Partido Liberal es regidor de la municipalidad de Tegucigalpa. En consecuencia todos sus actos son nulos y no tienen fuerza legal.
2. Otro antecedente nefasto que obstruye la democracia es la manipulación y violación de las leyes que han hecho ambos candidatos de los partidos tradicionales. Y es que en una elección anterior el señor Porfirio Lobo no podía aspirar la Presidencia de la República por ser en ese momento el titular del Congreso Nacional, pero a base de artimañas y recursos oscuros logro vencer a la ley y colarse como candidato del poco noble Partido Nacional. Pero también el actual candidato del Partido Liberal ha violado la ley, pues fue electo popularmente como vice-presidente de la República y en su afán de lograr la primera magistratura del país (por una casualidad política porque era un total desconocido) renuncio a su posición rompiendo así la forma de gobierno presidencial lo cual es un delito y desatendió la obligación ciudadana de cumplir con el mandato popular que se le había encomendado en las urnas. Esta renuncia no reunía ni reúne los requisitos exigidos por la ley para abandonar su cargo público por lo que debe ser inhabilitado por diez años para optar nuevamente a un cargo de elección popular, al igual que los dos magistrados mencionados en el punto anterior.
3. El golpe de estado del 28 de junio rompió el estado de derecho y condujo al país a un abismo de ilegalidad lo que hace imposible que se celebren elecciones libres, pues existe un régimen opresor que manipulara los resultados electorales por no contar con la observación internacional que garantice la transparencia de los resultados. Además, el régimen espurio sometió el poder civil al poder militar, impidiendo de esta manera la vigilancia cívica de las urnas antes y después de la elección.
4. Ante la imposibilidad de avalar los resultados de forma legítima, por no contar con la presencia de organismos internacionales ni el reconocimiento de la comunidad internacional, sumado al resquebrajamiento de los partidos políticos en sus estructuras, el régimen golpista hará esfuerzos enormes por hacer aparentar la participación masiva de electores inclinando los resultados a favor de los candidatos afines al golpe de estado. Esto solamente permitirá el continuismo de aquellos caudillos políticos que se han aprovechado de sus posiciones para eternizarse en puestos de poder.
5. Al ir a votar no se respetara la voluntad del ciudadano, pues el fraude ya está montado y favorecerá a los candidatos que el régimen de facto elija, por lo que se cerraran los nuevos espacios políticos dando un zarpazo mortal a la “democracia”. Además, es preciso considerar que el fraude ya está listo, por lo que ejercer el sufragio no haría cambiar bajo ninguna circunstancia los resultados.
6. Aunque el votante quiera dar “un voto de castigo” al régimen usurpador, no es en las elecciones que se deben castigar ya que no fueron electos por esa vía. Este régimen asaltó el poder por la fuerza cometiendo delitos graves lo que hace imperativo que su castigo sea exigido y pagado con cárcel.
Este último domingo de noviembre ningún hondureño decente y consciente del futuro de la Patria debe salir a votar, nadie puede acompañar a los golpistas en su “fiesta pagana”, las calles deberán estar vacías para que el régimen de terror no tenga la oportunidad de justificar una votación masiva. No permitamos mas burlas al pueblo, no permitamos que los mismos corruptos de siempre, saqueadores del estado, creadores de la miseria continúen perpetuándose en el poder o heredándolo a su prole.
El abstencionismo es el derecho a no estar de acuerdo y bajo las circunstancias actuales del país, no implica un acto de apatía cívica por el contrario es la manifestación legitima de un pueblo que no comparte los crímenes históricos contra la Patria.
Por Juan Tallapiedra
El voto es considerado como un derecho ciudadano para poder elegir a las autoridades del país, los gobiernos municipales, diputados al Congreso Nacional y de una forma extraña también se eligen a los diputados del Parlamento Centroamericano. En Honduras, con una democracia tan insipiente y frágil, el voto es la única forma de participación ciudadana ya que no existen otros mecanismos de consulta popular para la toma de decisiones estatales.
Siendo esto así, y considerando que las elecciones primarias y generales son las pocas oportunidades del pueblo de expresar su voluntad, el voto se ha considerado más un deber que un derecho, pues no habrá otra ocasión en que se escuche la voz popular durante el periodo del gobierno que resulte electo. Y nos vemos en la obligación de elegir al menos malo.
Pero desde el golpe de estado del 28 de junio, las elecciones en el país han tomado un matiz diferente porque el simple hecho de vivir bajo un régimen de hecho y no de derecho, que ha violentado nuestra ya mancillada Constitución el acto de votar se vuelve ilegitimo, inmoral y absurdo. Esto anterior es consecuencia de que la mayoría del pueblo no integra el juego político de los golpistas por lo que el abstencionismo ahora es un deber y no un acto de indiferencia a los sucesos políticos de la nación.
He aquí algunas razones por las que nadie debe votar:
1. A pesar de que los magistrados fueron escogidos por el Congreso Nacional (de forma autocrática) para integrar el Tribunal Supremo Electoral durante el gobierno constitucional depuesto, estos no cumplían con los requisitos legales para integrar este organismo ya que dos de sus tres magistrados lo tenían prohibido por la Ley por ocupar cargos de elección popular y militar activamente en política partidaria. David Matamoros es diputado al Congreso Nacional y miembro activo del Partido Nacional y Enrique Ortez del Partido Liberal es regidor de la municipalidad de Tegucigalpa. En consecuencia todos sus actos son nulos y no tienen fuerza legal.
2. Otro antecedente nefasto que obstruye la democracia es la manipulación y violación de las leyes que han hecho ambos candidatos de los partidos tradicionales. Y es que en una elección anterior el señor Porfirio Lobo no podía aspirar la Presidencia de la República por ser en ese momento el titular del Congreso Nacional, pero a base de artimañas y recursos oscuros logro vencer a la ley y colarse como candidato del poco noble Partido Nacional. Pero también el actual candidato del Partido Liberal ha violado la ley, pues fue electo popularmente como vice-presidente de la República y en su afán de lograr la primera magistratura del país (por una casualidad política porque era un total desconocido) renuncio a su posición rompiendo así la forma de gobierno presidencial lo cual es un delito y desatendió la obligación ciudadana de cumplir con el mandato popular que se le había encomendado en las urnas. Esta renuncia no reunía ni reúne los requisitos exigidos por la ley para abandonar su cargo público por lo que debe ser inhabilitado por diez años para optar nuevamente a un cargo de elección popular, al igual que los dos magistrados mencionados en el punto anterior.
3. El golpe de estado del 28 de junio rompió el estado de derecho y condujo al país a un abismo de ilegalidad lo que hace imposible que se celebren elecciones libres, pues existe un régimen opresor que manipulara los resultados electorales por no contar con la observación internacional que garantice la transparencia de los resultados. Además, el régimen espurio sometió el poder civil al poder militar, impidiendo de esta manera la vigilancia cívica de las urnas antes y después de la elección.
4. Ante la imposibilidad de avalar los resultados de forma legítima, por no contar con la presencia de organismos internacionales ni el reconocimiento de la comunidad internacional, sumado al resquebrajamiento de los partidos políticos en sus estructuras, el régimen golpista hará esfuerzos enormes por hacer aparentar la participación masiva de electores inclinando los resultados a favor de los candidatos afines al golpe de estado. Esto solamente permitirá el continuismo de aquellos caudillos políticos que se han aprovechado de sus posiciones para eternizarse en puestos de poder.
5. Al ir a votar no se respetara la voluntad del ciudadano, pues el fraude ya está montado y favorecerá a los candidatos que el régimen de facto elija, por lo que se cerraran los nuevos espacios políticos dando un zarpazo mortal a la “democracia”. Además, es preciso considerar que el fraude ya está listo, por lo que ejercer el sufragio no haría cambiar bajo ninguna circunstancia los resultados.
6. Aunque el votante quiera dar “un voto de castigo” al régimen usurpador, no es en las elecciones que se deben castigar ya que no fueron electos por esa vía. Este régimen asaltó el poder por la fuerza cometiendo delitos graves lo que hace imperativo que su castigo sea exigido y pagado con cárcel.
Este último domingo de noviembre ningún hondureño decente y consciente del futuro de la Patria debe salir a votar, nadie puede acompañar a los golpistas en su “fiesta pagana”, las calles deberán estar vacías para que el régimen de terror no tenga la oportunidad de justificar una votación masiva. No permitamos mas burlas al pueblo, no permitamos que los mismos corruptos de siempre, saqueadores del estado, creadores de la miseria continúen perpetuándose en el poder o heredándolo a su prole.
El abstencionismo es el derecho a no estar de acuerdo y bajo las circunstancias actuales del país, no implica un acto de apatía cívica por el contrario es la manifestación legitima de un pueblo que no comparte los crímenes históricos contra la Patria.
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