Defensores en Línea
Por Marvin Palacios
La instalación de la Asamblea Nacional Constituyente que de vida a una nueva Constitución, la investigación de los crímenes políticos cometidos a partir del golpe de estado y en la continuación del actual régimen, así como el retorno incondicional del ex presidente Manuel Zelaya Rosales al país, fueron entre otras, las demandas de miles de personas durante la movilización del día internacional de los trabajadores y las trabajadoras.
La movilización convocada por las centrales obreras y el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) se inició a las 9:00 de la mañana en el boulevard Miraflores y culminó (12:30 pm) en la plaza Isis Obed Murillo primer mártir de la lucha social que condenó el golpe de estado del 28 de junio de 2009 y que se ha convertido en la principal fuerza de oposición política del actual régimen.
La jornada multitudinaria se desarrolló con un despliegue de alegría, colorido y música, en donde hombres, mujeres, niños, niñas y jóvenes demandaron el retorno al país del ex presidente Manuel Zelaya (depuesto por un golpe de estado) y la convocatoria a una asamblea nacional constituyente que redacte una nueva constitución.
En torno a las peticiones que plantearon los obreros y obreras del país, el dirigente y coordinador del Frente Nacional de Resistencia Popular, Juan Barahona expresó que nuestras demandas son concretas y entre ellas están la exigencia a la convocatoria de la asamblea nacional constituyente, el retorno inmediato y sin condiciones del ex presidente Manuel Zelaya Rosales a Honduras.
“El retorno del padre Andrés Tamayo que ha sido expulsado por los golpistas, también exigimos el respeto a la libre sindicalización, el respeto a la contratación colectiva y a la estabilidad laboral que con este régimen golpista todas estas conquistas están siendo amenazadas; también exigimos el cumplimiento del Convenio 187 del cual Honduras es signataria porque se está violando el derecho a la libre organización sindical”, detalló Barahona.
Los miles de trabajadores expresaron que quieren una nueva constitución en el país
En torno a la persecución que sufren dirigentes indígenas, radios comunitarias y maestros que han participado en la resistencia popular, el dirigente sostuvo que toda la represión que se inicia el 28 de junio con el golpe de estado no ha desaparecido, se mantiene porque ahí están las estructuras que dieron el golpe de estado, intactas”.
Ahí están el Ministerio Público, la Corte Suprema de Justicia, la Policía, las Fuerzas Armadas que son el aparato de represión del estado y la represión continúa con la captura de miembros de la resistencia, encarcelamientos al margen de la ley, torturas y la persecución se mantiene porque esta es la continuación del golpe de estado, este régimen es producto y continuación del golpe, recalcó Barahona.
Por su parte Julian Manzanares dirigente del Sindicato de Trabajadores del Instituto Hondureño de la Niñez y la Infancia (Sitraihnfa) dijo que la consigna principal de los trabajadores y de todo el frente popular es la constituyente, “queremos una nueva constitución en el país, estamos en las calles exigiendo el respeto a los convenios internacionales en materia laboral, ya que muchas de nuestras organizaciones han sido atacadas en estos momentos como el caso del sindicato de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
“Estamos pidiendo la no privatización de todos los entes estatales y queremos el retorno de nuestro presidente Manuel Zelaya Rosales, sin condiciones así como el regreso del padre Tamayo, ellos son hondureños y como hondureños necesitan estar en el país y el pueblo ha demostrado que quiere cambios y el presidente inflado Porfirio Lobo tiene que escuchar al pueblo y convocar a una constituyente que sea participativa”, expresó el dirigente obrero.
Entretanto la joven Reyna Véliz que trabaja en el negocio de bienes raíces dijo que se sumó a la movilización en forma espontánea porque considera que el actual régimen no tiene poder y la clase trabajadora exige el retorno de Manuel Zelaya Rosales.
El Cofadeh llevó en estandarte con los rostros de las personas que fueron víctimas mortales del golpe de estado “Esta movilización no solo es para celebrar el día de los trabajadores, sino para que el pueblo exija una asamblea nacional constituyente”, dijo Véliz.
En el manifiesto de las centrales obreras (Central General de Trabajadores de Honduras CGT, Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras FUTH y Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras CUTH), la clase trabajadora expresa que los acontecimientos producidos el 28 de junio de 2009 han marcado la historia de Honduras.
“La incipiente democracia que después de 28 años apenas empezaba a consolidarse, fue nuevamente rota por la oligarquía retrógrada que todavía no entiende que el mundo ha cambiado, que las condiciones políticas son nuevas y que los pueblos de América Latina avanzan hasta lograr mejores condiciones de vida”, expresa el manifiesto.
Refiriéndose al actual régimen el manifiesto señala que “es un régimen que llegó al poder con un proceso electoral amañado y fraudulento, preparado por quienes planificaron, financiaron y ejecutaron el golpe de estado. El FNRP, las centrales obreras y el pueblo hondureño rechazaron esos falsos comicios y rechazan a este régimen porque es ilegal, usurpador, represor y fascista”.
Las centrales obreras demandaron la implementación de una política de apoyo económico y financiero de parte del estado para la economía solidaria y asociativa de pequeños y medianos productores, así como una política que contribuya al desarrollo del mercado interno.
El acceso al agua es un derecho humano y no una mercancía, por lo tanto los trabajadores y trabajadoras exigieron al Congreso Nacional la suspensión de la Ley General de Agua, para formular una nueva ley con la participación de los pueblos, en la que se inserte la no privatización del agua.
El manifiesto exige del estado hondureño, la derogación de la Ley de Modernización del Sector Agrícola y una respuesta inmediata y satisfactoria a las demandas planteadas por las organizaciones campesinas, en relación directa con la aprobación de una nueva ley de reforma agraria, que permita alcanzar la soberanía alimentaria.
“Exigimos la inmediata libertad de los campesinos detenidos en la comunidad Guadalupe Carney y el fin de los procesos judiciales en su contra, detener de forma inmediata los desalojos de grupos campesinos y demandar la libertad de los campesinos presos en la lucha por la tierra, devolución de las tierras a los campesinos de Zacate Grande y el inmediato cumplimiento de los acuerdos logrados por el Movimiento Campesino del Aguán (MUCA)”, reza el manifiesto.
Demandamos una salud pública integral, oportuna y gratuita.
En materia de justicia y derechos humanos, las centrales obreras demandaron el cese a la persecución de ciudadanos y ciudadanas que se han identificado con la resistencia popular y el esclarecimiento de los crímenes políticos, acontecidos después del golpe de estado.
El Día Internacional de los Trabajadores y Trabajadoras o Primero de Mayo, es la fiesta por antonomasia del movimiento obrero mundial. Desde su establecimiento en la mayoría de países (aunque la consideración de día festivo fue en muchos casos tardía) por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago.
Estos sindicalistas fueron ejecutados en Estados Unidos por su participación en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. En la actualidad es una fiesta reivindicativa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras en sentido general, se celebra muchos de los países.
Llamativamente, en los Estados Unidos no se celebra esta conmemoración. En su lugar se celebra el Labor Day el primer lunes de septiembre desde 1882 en un desfile realizado en Nueva York y organizado por la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo (Knights of Labor, en inglés). El presidente Grover Cleveland, auspició la celebración en septiembre por temor a que la fecha de mayo reforzase el movimiento socialista en los Estados Unidos.
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