martes, 4 de mayo de 2010

La Razón y su crónica fallida de las elecciones cubanas


Laboratorio de Noticias

Por Rubén G. Herrera

Aunque hemos encontrado algunas páginas web muy interesantes donde se critican a los medios españoles (1) por su falta de rigor en la cobertura informativa de las elecciones cubanas, los votantes en Tercera Información seleccionan esta noticia para ser desmontada. Y cada vez nos lo ponéis más fácil, porque una lectura rápida ya conlleva a cualquier persona con algo de criterio, a tirarse de los pelos o morderse el labio de impotencia.

Ángel Sastrte (si es que realmente ese apellido existe), escribe supuestamente desde Buenos Aires, el pasado 25 de abril de 2010 lo que se supone que es una crónica electoral. Para todo buen periodista, una crónica electoral implica una serie de requisitos e informaciones mínimas contrastadas, para, si acaso después (o durante, si el periodista no puede aguantar tres o cuatro párrafos sin soltar una de las suyas), arrojar una visión subjetiva. La Razón sólo ofrece su regocijo opinativo. Si para colmo, hablamos de un sistema electoral distinto al que está habituado el enviado o corresponsal, implica un esfuerzo mayor. Pero esto ya lo comentaba Pascual Serrano: «La primera complicación es comprender el sistema electoral para un extranjero, para ello el mejor modo es hacerse la siguiente pregunta: ¿Cuál es el procedimiento para que un ciudadano normal pueda ser representante municipal en Cuba?» (2) Si sólo leyéramos La Razón podríamos hacernos las siguientes preguntas (por falta de información)

¿Quién ha ganado las elecciones? ¿Porcentajes? ¿Estadísticas? ¿Abstención? Hay que acudir a fuentes oficiales (algo necesario aunque no de mi agrado), para obtener algunos datos. EleccionesenCuba.cu dice, por ejemplo: «El 94,69% del electorado [ha votado], más que en el proceso de 2007, datos que hablan por sí solos del respaldo popular no solo a los candidatos propuestos para integrar los órganos locales del Poder Popular, sino a su sistema político. A la tranquilidad con que transcurrieron los comicios, hay que sumarle que solo el 4,58% de las boletas depositadas aparecieron en blanco y resultaron anuladas el 4,33%, según datos que serán validados en los próximos días.» (3).

La Razón tilda a las elecciones de un país como “parodia”, lo cual es un insulto muy grave, que además define como “pantomima electoral”. No sabemos muy bien cómo unas elecciones podrían reírse de sí mismas, pero intuimos que tal vez sea el periódico el que quiere burlarse del sistema cubano, sin haberlo comprendido, pero al no ser tan tecnológico, tan moderno. Algo que critica inmediatamente: «Los candidatos no aparecen en los medios de comunicación, no hacen debates entre sí, tampoco realizan mítines ni encuentros con los electores». La Razón piensa que nuestro sistema (democracia española, europea, tal vez occidental) es superior porque se ampara en los medios de comunicación, y en la técnica. Ese dogma maléfico que impone que “el medio es el mensaje” sigue presente, incluso como argumento crítico.

Pero la postura no es exclusiva, La Razón (todos los grandes medios españoles) suele no respetar los problemas de 12.000.000 de cubanos, tratando sus problemas a coña, con titulares como La última víctima del castrismo es su industria más emblemática: Cuba se queda sin «¡azuuuúcar...!» (4), continuando luego con el peor comienzo posible para una noticia «La próxima desaparición en Cuba del Ministerio del Azúcar no sorprende a nadie en absoluto» (¿Entonces para qué lo publicáis?). Es una mentira elevada a sí misma, una mentira al cuadrado.

Ese binomio insostenible informamos-peronoinformamos se demuestra analizando el uso de las fuentes. Se cita a un disidente y un escritor; dos personajes pintorescos (para el caso) que sólo aportan una visión crítica, no hay una tercera fuente que esté a favor de este sistema, o contribuya con otra visión, para posteriormente ofrecer un balance de opiniones o algo así. Pero en cualquier caso, el tal Ángel Sastrte, pese a estar allí para comprobarlo por sí mismo, ha tirado de fuentes de archivo. Incomprensible. Irrespetuoso.

Las críticas a la credibilidad democrática de las elecciones cubanas son muchas y algunas con bastante peso. Para los medios es fácil y económico jugar con esos argumentos, pero La Razón, por motivos que no alcanzamos a comprender, no ha querido hacer uso de la razón (valga la “repugnancia”) para establecer críticas fundamentadas, y desde luego, respetables.

Todavía si discrepase de temas a menudo criticados como la prohibición de cualquier partido político excepto el comunista a acceder al poder, o el sistema de voto a mano alzada para la designación de candidatos a delegados, o tal vez de las actividades reguladoras de los Comités de Defensa de la Revolución, pues la crónica hubiera tenido al menos una opinión funcional… Pero se limita a simplificar Cuba como unipartidista.

No es una cuestión ideológica, es una cuestión de falta de habilidad para dedicarse a esto de la información electoral, donde El País, con sus pros y sus contras, sí que realiza este tipo de coberturas. Probablemente, no sean, como dicen los Castro, las elecciones más democráticas del mundo, pero sí da que pensar el hecho de que el mundo entero considere corruptas a unas elecciones con ínfimo margen de abstención.

Pascual Serrano (quien sí sabe cultivar ese género periodístico) concluye: «Y en cuanto a la metodología electoral, no es perfecta, y tampoco podemos pensar que deba ser aplicable en otros países. Lo que es indiscutible es que nadie puede decir que los países capitalistas son más democráticos. Nosotros nos hemos limitado aquí a explicar una jornada electoral en Cuba, que cada uno valore. Y de paso que compare con la abstención en su país».

Notas:
0) Noticia analizada: http://www.larazon.es/noticia/8966-...
1) http://librexpresion.org/algunos-di...
2) http://www.rebelion.org/noticia.php... (Texto muy recomendable)
3) http://www.eleccionesencuba.cu/noti...
4) http://www.larazon.es/noticia/9292-...

No hay comentarios: