Por Carlos Moisés del Cid García
A partir de 1982 y promovida por los intereses geopolíticos de Estados Unidos funciona en Honduras una democracia formal, capitalista, dependiente, conservadora, bipartidista, oligárquica, caudillista, corrupta, mafiosa y explotadora. Una democracia, en gran parte fallida.
Pero el golpe de Estado dado en Honduras el 28 de junio de 2009 por el general Romeo Vázquez y el oligarca Roberto Micheletti, acabó con el gobierno constitucional y progresista de Manuel Celaya, revertiéndose los moderados acuerdos favorables a los trabajadores del campo y la ciudad de Honduras, así como el suave acercamiento al ALBA de Latinoamérica. La respuesta internacional y nacional no se hizo esperar. Menos el gobierno de Estados Unidos, fue rechazado el golpe por países y partidos del exterior, así como partidos políticos, sindicatos y movimientos sociales del interior.
Con la intención de conseguir mayor claridad expositiva, vamos a analizar el golpe de Estado en Honduras, por sus hechos, protagonistas, efectos y causas.
Hechos
El golpe de de Estado
Motivación del golpe: Las reformas emprendidas
Los sectores oligárquicos y conservadores de Honduras, desaprobaron las suaves medidas del gobierno de Manuel Zelaya, para aumentar las “migajas” económicas y sociales que perciben los sectores humildes.
En realidad las mejoras de Mel, no lo eran tanto. Los beneficios y ganancias de los sectores privilegiados del régimen permanecían intactos. No se tocaba la estructura de producción y reparto desproporcional, que mantienen en la pobreza al 75% de los hondureños.
El presidente Zelaya con su gobierno, aumentó ligeramente el salario a los trabajadores, trató de dar tierra a los campesinos que ya estaban acordadas legalmente, impulsó el cumplimiento del Estatuto del docente, entre otras mejoras sociales.
Quiso beneficiar al pueblo hondureño con su acercamiento al Alba y Petrocaribe, pues de esta forma conseguiría mejoras petroleras, económicas y comerciales, así como la reducción de la deuda externa de Honduras. Asimismo, pretendió un moderado control del poder e impunidad de las multinacionales extranjeras que operan en este país. Había que ir reduciendo el saqueo de las riquezas de Honduras, pues estos conglomerados económicos se llevan más del 85% de los beneficios de la explotación minera, agrícola, industrial y financiera, dejando al gobierno y a los trabajadores apenas un 5% aproximadamente.
Para beneficio e independencia del pueblo, Mel pretendió poner orden y evitar privilegios y robos a negocios del petróleo, medicinas, y armas. También, para favorecer la libertad de información, decidió regular el uso de los medios de comunicación de la televisión, la radio y la prensa escrita.
Pero lo que sacó todavía más de quicio a los sectores pudientes del país, es el intento de añadir una cuarta urna a las tres que se usan en las elecciones generales, si el pueblo así lo decidía. La cuarta urna iría encaminada a promover una Asamblea Nacional Constituyente que desembocaría en la reforma de la Constitución vigente para beneficiar al bien común. Mel consideraba que con un pueblo empobrecido y con escasa educación, es muy difícil salir del subdesarrollo en el que se encuentra sumida Honduras desde su origen como nación.
En realidad, al gobierno de Mel se le puede considerar progresista moderado dentro del capitalismo dependiente. Pero las multinacionales, la oligarquía y la empresa privada se indignaron contra el gobierno de Mel; pues según ellos, sus timoratas reformas afectaban a sus intereses egoístas y privilegios injustos. No pensaron ni en el bien ni en el desarrollo del país, sino solamente en su enriquecimiento personal y familiar, a costa del empobrecimiento del pueblo.
A los sectores económicos hegemónicos, se sumaron y decidieron el golpe los políticos, los militares, los jueces y los partidos políticos que atienden los tres poderes del Estado, en gran medida por las ventajas (dineros, regalos, privilegios) que obtienen de aquellos. Las autoridades de las iglesias, en parte por sus respectivas ideologías conservadoras, en parte por los donativos y consideraciones que reciben de los sectores económicos, simpatizaron con los ejecutores del golpe de Estado.
Como planificador principal del golpe está la Administración de Estados Unidos a través de su embajada, la CIA y sus militares. Había que frenar las reformas que perjudicaban a sus multinacionales, así como la integración de Honduras al ALBA por ser una estructura de Latinoamérica que se escapa al control Norteamericano. También el progresismo de Mel, por acercarle a una concepción social-demócrata, fue considerado peligroso por el Imperio.
Significado (político y ético)
En el golpe de Estado que triunfó en Honduras promovido por los sectores oligárquicos establecidos en Honduras, fue actor principal el gobierno Norteamericano, aunque Obama disimuló y trató de lavarse las manos como Pilato. Ese golpe no lo hubieran ejecutado los militares hondureños con el acuerdo del Congreso, los partidos y los jueces, si Estados Unidos se hubiera opuesto.
El golpe de Estado hondureño rompió con el orden constitucional; por lo que el nuevo gobierno de Pepe Lobo es ilegal. Además fue elegido en unas elecciones con la abstención del 70% de ciudadanos. Las elecciones se realizaron con el ejército y la policía en las calles y con detenciones, amenazas y amedrentamientos. La oposición se encontró sin libertad de acción ni de expresión. Son elecciones fraudulentas.
El golpe de Estado en Honduras, inconcebible hoy en nuestro continente democrático, fue rechazado por la comunidad internacional, europea y latinoamericana. Sienta un precedente para otros posibles golpes a la democracia que puedan intentarse en el futuro.
El golpe de Estado que triunfó en Honduras, hay que enmarcarlo en otros intentos de golpes de Estado –fracasados–, promovido por la Administración Norteamericana en alianza con las respectivas oligarquías y sectores conservadores que operan en Venezuela y Bolivia. El último intento de golpe de Estado, que también fracaso, se dio en Ecuador. Es evidente que Estados Unidos no acepta ninguna autodeterminación de los países latinoamericanos.
Estados Unidos trata de evitar que se despeguen de su mando ninguno de los pueblos considerados integrantes de su “patio trasero”. Para hacer frente a los gobiernos social-demócratas y socialistas que han ido surgiendo democráticamente en Latinoamérica, a puesto en funcionamiento la IV Flota, proyecta construir siete bases militares en Colombia, añadir otra base más en Honduras y mandar miles de marines a Costa Rica (país sin ejército) para “protegerlo”, dice, del narcotráfico. Incluso USA proyecta más medidas intimidatorias contra los países al sur de Río Grande.
Protagonistas
En resumen, los sectores participantes en el golpe de Estado en Honduras, se pueden clasificar en golpistas y opositores.
Golpistas
Entre los golpistas están:
- Ejecutores
Los realizadores del golpe de Estados fueron las Fuerzas Armadas hondureñas al mando del general Romeo Vázquez y el congresista Liberal Roberto Micheletti, quien asumió ilegalmente la presidencia del gobierno una vez que a Mel Zelaya le expulsaron por la fuerza a Costa Rica. La aprobación, ayuda, estrategia y táctica la proporcionaron agentes de la CIA y militares del Pentágono, entre los que se encontraban los destinados en la base de Palmerola.
- Promotores
Entre los promotores del golpe de Estado en Honduras, están la embajada de Estados Unidos y la CIA, con la aprobación del Departamento de Estado norteamericano.
Asimismo, en defensa de sus privilegios económicos, participaron en la promoción, la oligarquía, la empresa privada y las multinacionales.
A este grupo de promotores hay que añadir las representaciones de la Corte Suprema de Justicia, de la mayoría de congresistas y de los partidos políticos.
- Adhesiones
Entre las adhesiones hay que destacar el papel muy importante que jugó el Cardenal y arzobispo de Tegucigalpa Oscar Rodríguez Madariaga, al que le apoyaron varios obispos católicos y sacerdotes.
También entre los sectores conservadores de las iglesias protestantes y evangélicas, se señalaron por su protagonismo en el apoyo al golpe, los pastores: José Oswaldo Canales, de la Confraternidad Evangélica de Honduras y de la Comisión Nacional Anticorrupción; Evelio Reyes, de la Iglesia Vida Abundante, que de partidario del “Movimiento Amplio por la Justicia” se cambió a partidario de los golpistas; Misael Arguiñal, de la Iglesia Cosecha, que controla un canal de TV y una Universidad; fue organizador de las marchas por la “paz”, más bien caminatas de la guerra contra la Resistencia.
Asimismo, vieron con simpatía a los golpistas, bastantes autoridades, sacerdotes y pastores, tanto de la Iglesia Católica como de las iglesias reformadas y evangélicas. No faltaron los creyentes de clase media y cristianos ingenuos.
Tuvieron un papel beligerante y destacado en el golpe de Estado, los grandes medios de comunicación de prensa, radio y televisión que se dedicaron a confundir al pueblo. Máxime cuando a los medios alternativos se les perseguían y clausuraban; asesinando, encarcelando y amenazando a sus periodistas.
Los golpistas desencadenaron una brutal represión contra los sectores populares que se oponían pacíficamente haciendo uso de sus derechos.
Opositores
Entre los valientes sectores opositores al criminal golpe de Estado y que han formado el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), se pueden señalar:
Junto al dirigente nacional de la Resistencia, Mel Zelaya, destacan por su entrega a la causa de la refundación del Estado, entre otros, Carlos H. Reyes y Juan Barahona.
- Políticos
Parte de los miembros del Partido Liberal, así como de algún otro partido político; siendo congresistas unos cuantos.
- Organizaciones
Entre las que se encuentran las organizaciones gremiales, sindicales, campesinas, solidarias, pacifistas y feministas.
Asimismo se opusieron al golpe las asociaciones progresistas de jueces, fiscales, abogados, maestros y periodistas. Destacan entre los medios opositores, Radio Progreso, Radio Uno y Radio Globo. Entre las revistas están: El Libertador, Envío, A Mecate Corto y Vida Laboral.
- Religiosos
Una minoría de pastores y pastoras, sacerdotes y religiosas, decididamente se opusieron y denunciaron el golpe de Estado como contrario a la ética y al Evangelio.
La actuación de Mons. Santos fue encomiable; asimismo las declaraciones de congregaciones religiosas, tales como las de los dominicos y de los jesuitas.
Hubo muchos cristianos conscientes de las Iglesias que consideraron el golpe de Estado un atropello al pueblo y se unieron a la Resistencia. Sin pretensiones exhaustivas y a modo de testimonio ejemplar, están los pastores, el Dr. Rigoberto Ulloa y el Lic. David del Cid, pertenecientes a la Iglesia Cristiana Ágape, y también el Lic. Víctor Ortiz, de La Iglesia Amor, Fe y Verdad. Entre los presbíteros de la Iglesia Católica se encuentran: Ismael Moreno (Melo), Fausto Millas y José Tamayo, junto con varios más.
Errores de las Iglesias
Hay que considerar que las respectivas autoridades de la Iglesia Católica, las iglesias reformadas y las denominaciones evangélicas que apoyaron el golpe, al menos, cometieron tres errores.
- Humano. El golpe de Estado supuso una agresión a la Constitución y a las leyes hondureñas, al sistema democrático reconocido en Honduras y en el mundo y a la declaración de los Derechos del hombre. Ha aislado más a Honduras del concierto de las Naciones y perjudicado a su desarrollo; a su vez, ha perdido prestigio hacia dentro y hacia afuera del país.
- Moral. Fue error ético de las autoridades de las iglesias, pues el golpe supuso una acción de fuerza bruta que impidió el acercamiento de las posturas diversas en diálogo pacífico. Las jerarquías oficiales de las iglesias han estado calladas ante la represión que se desató posteriormente. No han defendido a las víctimas ni a los represaliados ni a sus familiares. Incluso hoy, siguen silenciosas ante la persecución selectiva de dirigentes de la Resistencia, ante el robo de tierras y asesinatos de campesinos y obreros. No se manifiestan en la brutal represión y asesinatos contra los campesinos que en el Aguán reclaman su derecho a la tierra. El pueblo ha quedado, con el golpe de Estado y con los continuos controles policiales y militares, más empobrecido de lo que estaba y más asustado. Las libertades de expresión, reunión y asociación de las organizaciones que forman la Resistencia, se conculcan y se dificultan.
- Creyente. Es evidente que el golpe de Estado que únicamente favorece a la Administración imperial, a la oligarquía nacional y al capital trasnacional, junto con sus beneficiarios y corruptos políticos, militares, jueces y periodistas, es contrario al mensaje y proceder de Jesús. El golpe de Estado es contrario al Evangelio de la paz, la humildad, la fraternidad y el amor. El golpe de Estado en vez de servir para liberar a los oprimidos, los ha perjudicado mucho más. “No se puede servir a dos señores”. Al menos eso decía Jesús. Hoy el pueblo está más empobrecido, más aterrado, más oprimido.
¿Serán capaces las oficialidades de las iglesias en general y de la católica en particular, reconocer el pecado cometido apoyando al golpe de Estado…? Hasta ahora, ya pasado más de un año, no están dando muestras de arrepentimiento. Se han transformado en “guías ciegos”, al menos en este aspecto.
Efectos
Una vez reflexionado sobre los hechos y los protagonistas del golpe de Estado acaecido el 28 de junio del 2009, vamos a analizar someramente los efectos producidos, tanto a nivel político y económico como religioso. Citaremos someramente los efectos a nivel internacional, y la mayor represión y aumento del empobrecimiento que sufre el pueblo.
Políticos
En el aspecto político, dado que los sectores activos de Honduras, desde el golpe, han quedado divididos en dos grandes grupos, informaremos de los efectos en ambos.
- Golpistas
Si ya el Estado de Honduras presentaba muestras de desorden, injusticia y violencia, después del golpe de fuerza militar, se ha acrecentado su ingobernabilidad. Ahora es más descarado que el poder político lo hegemoniza la oligarquía, siendo el gobierno de la nación un mero servidor de los poderes económicos nacionales y extranjeros. Se ha agudizado la injerencia militar en las instituciones políticas de la nación. Además el nuevo gobierno heredero del golpista, se encuentra debilitado a nivel internacional, pues muchos países de Latinoamérica y del mundo mantienen la condena del golpe de Estado.
En el aspecto económico, la toma del poder de los golpistas, a partir del mayor desorden nacional y el rechazo internacional, ha perjudicado el crecimiento y desarrollo económico del país.
- Oposición
Hay un refrán popular que dice: “No hay mal que por bien no venga”. Antes del golpe de Estado, las diversas organizaciones sindicales, campesinas, solidarias, feministas, pacifistas y cristianas, se mantenían concentradas en sí mismas y en sus tareas, sin vislumbrar un proyecto emancipador a escala nacional. Les era difícil la coordinación y las acciones comunes frente a las grandes injusticias que existían en el país. Pero la indignación que ha producido el golpe de Estados en todos los sectores y grupos políticos y sociales ha sido tal, que los ha despertado de su adormecida lucha.
Las organizaciones populares para enfrentar a los golpistas, se han unido y coordinado, creando el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que cada vez tiene más fuerza y popularidad entre las bases. Aun a pesar de la gran represión desatada por las fuerzas golpistas, el FNRP ha sabido encauzar, dirigir y animar las luchas populares contra los golpistas. Los obreros, campesinos y estudiantes, se han sentido con fuerza en sus manifestaciones y huelgas, por la acertada y ética actitud de los dirigentes del FNRP.
Hoy se podría afirmar, que no hay movimiento popular en Centroamérica más fuerte y luchador que el que se integra en el FNRP de Honduras. Se mantiene y progresa el programa estratégico, que en embrión, trataba de poner en marcha el gobierno de Zelaya: participación de las bases a todos los niveles, desde el local hasta el nacional; promoción de la Asamblea Nacional Constituyente que va aumentando la conciencia de su oportunidad entre los sectores populares; la necesidad de un diálogo y pacto nacional que haga posible la vuelta a la democracia constitucional rota por el golpe de Estado; y la necesaria refundación del Estado sobre bases éticas de justicia, igualdad, libertad, solidaridad y paz.
A su vez, las organizaciones populares y gobiernos progresistas de Latinoamérica y del mundo, mantienen y desarrollan comités y comisiones de solidaridad con el pueblo hondureño. Honduras, hoy, es cada vez más conocida gracias al carácter luchador y protagónico del FNRP.
Religiosos
Las instituciones religiosas en general, pero especialmente la Iglesia Católica, han quedado divididas entre simpatizantes y contrarios a los golpistas. Asimismo hay un gran sector que vive al margen o están sin saber qué es lo mejor.
- Institucionales
La jerarquía de la Iglesia, antes del golpe tenía un gran prestigio y reconocimiento, incluso entre gente no creyente, agnóstica y alejada de la religión. Pero la actitud del cardenal Oscar A. Rodríguez Madariaga, con sus declaraciones públicas apoyando a los golpistas, ha causado gran frustración en muchos creyentes. No se esperaban del principal responsable de la Conferencia Episcopal Hondureña y arzobispo de Tegucigalpa, que defendiera a militares, jurídicos y políticos corruptos que protagonizaron el golpe de Estado.
Asimismo causa frustración y desaliento la aparente indiferencia, cuando no apoyo consciente de otros obispos y sacerdotes a los golpistas.
También provoca el alejamiento de muchos cristianos, el silencio de obispos y sacerdotes ante los crímenes políticos y la represión contra los líderes y militantes de las organizaciones populares, así como el rechazo clerical a las manifestaciones y concentraciones populares de obreros, campesinos y estudiantes pidiendo justicia y el restablecimiento del orden constitucional.
Los sectores oficiales de la Iglesia, han escandalizado a muchos creyentes y gente de buena voluntad. Lo mejor que podían hacer es pedir disculpas y cambiar de opción.
- Proféticos
Pero hay otros sectores cristianos, más minoritarios pero consecuentes con el Evangelio de Jesús que denunciaron el golpe de Estado, se siguen manifestando en contra de los golpistas y denuncian la represión desatada contra el pueblo. A estos creyentes los podemos llamar proféticos. Son los partidarios de la Iglesia de los pobres que exigía el Concilio Vaticano II. Para ellos, los cristianos proféticos, no solamente no hay contradicción entre ser creyente (en la Iglesia) y ser militante (en la Resistencia), sino que es la única manera, hoy día en Honduras, de llevar a cabo la opción preferencial por los pobres y la liberación de los oprimidos que Jesús comenzó en la Tierra. Para reducir la pobreza en Honduras, hay que refundar el Estado.
Solidaridad internacional
Hubo gobiernos que colaboraron y se pusieron a favor de los golpistas, tales como Estados Unidos, Colombia, Israel y otros de ideología de extrema derecha.
Sin embargo, fue más masivo el número de gobiernos y organizaciones de muchos países, que condenaron el golpe de Estado, entre los que citamos algunos: Brasil, Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, México, Guatemala, Argentina, Francia, España, Uruguay y Holanda.
Otros gobiernos mantuvieron una actitud equidistante o no se pronunciaron.
Entre las instituciones internacionales que denunciaron el golpe de Estado dado en Honduras, se encuentran la Asamblea General de la ONU y la OEA. Mencionamos por su firmeza condenatoria contra los golpistas, a las organizaciones ALBA y MERCOSUR, así como a los países que las integran.
Represión
Aunque no hay estadísticas fiables, se calcula en más de doscientos asesinados por militares, policías y guardias privados de seguridad. Son innumerables los heridos, golpeados, encarcelados, desaparecidos, torturados, amenazados, exiliados al extranjero y refugiados en otros departamentos.
El terror se ha impuesto en Honduras a raíz del golpe de Estado. Entre las víctimas están campesinos, trabajadores, líderes y militantes de organizaciones populares y participantes en las manifestantes; también periodistas, jueces, fiscales, cristianos, pequeños comerciantes y hasta empleados; añadimos a defensores de los derechos humanos y miembros de organizaciones solidarias.
El ejército y la policía entraban y siguen entrando en los barrios humildes y comunidades rurales intimidando, golpeando y encarcelando a inocentes. Es decir, infundiendo miedo. A veces se mata a cualquiera solamente para amedrantar a la población; y el gobierno golpista, para justificarse hipócritamente, echa la culpa al crimen organizado y sin que haga nada para juzgar a los culpables.
Empobrecimiento
Antes del golpe Honduras era el pueblo más pobre después de Haití y seguido de Nicaragua. Con los efectos perniciosos del golpe de Estado, la miseria en Honduras ha crecido y se ha agravado. Se calcula en más de 4,5 millones de hondureños que subsisten en extrema pobreza, a los que hay que añadir 1,5 millones más en pobreza. Lo que significa que de unos 8 millones de habitantes hondureños, 6 millones están empobrecidos, es decir el 75 % de los habitantes. Un escándalo tan mayúsculo que clama al cielo. Los sistemas de salud y educación, han perdido calidad; los derechos humanos se violan sin cesar; están mermadas las libertades ciudadanas, entre las que se encuentran las libertades de expresión, reunión y asociación de las organizaciones de la oposición a los golpistas.
La pobreza se ha agravado más por el aislamiento internacional, la suspensión de las mejoras sociales que introdujo Mel y los beneficios económicos que proporcionaba el ALBA, Petrocaribe y Mercosur.
A todo ello hay que añadir las repercusiones en Honduras, del agresivo empobrecimiento de los pueblos que están causando la voraz ambición de riquezas de los poderes financieros y trasnacionales mundiales que, en el marco de la globalización capitalista neoliberal, han llevado a la humanidad a una crisis económica y sistémica de grandes proporciones.
Causas
Toca ahora analizar las causas del golpe de Estado, una vez que hemos relatado los hechos, los protagonistas y los efectos del mismo. Entra las diversas causas por la que se ha producido el escándalo golpista, veremos las políticas y las religiosas.
Políticas
- Honduras, país golpista
Honduras tiene una tradición golpista. Tan solo en el siglo XX se han producido en este pequeño país empobrecido por una oligarquía explotadora, unos nueve golpes de Estados o pronunciamientos militares.
Entre las principales sonadas militares están: 1903-1907, con el general Manuel Bonilla; 1907-1911, con Francisco Bertrand; 1920-1924, guerra civil al fallecimiento de Rafael L. Gutiérrez; 1924-1925, el general Vicente Tosta derrotó la sublevación del ministro de la guerra; 1932-1948, el general Tiburcio Carías, fue Dictador militar durante 16 años; 1963-1971, golpe del general Oswaldo L. Arellano; 1972, nuevo golpe con el general Oswaldo L. Arellano; 1975-1978, con el general Juan Alberto Melgar; y 1978, con Policarpo Paz García.
La democracia bipartidista surgida a partir de 1982 e impuesta por Estados Unidos, tiene el inconveniente de estar vigilada por el establecimiento militar. Las Fuerzas Armadas tienen poder constitucional de intervenir para mantener el orden democrático.
Es evidente que el poder Norteamericano sobre Honduras, los intereses de multinacionales y oligarcas, junto a la tradición histórica golpista y la autoridad legal del Ejército para intervenir cuando peligra el orden constitucional, facilitaron el golpe de Estado del 28 de junio del año pasado.
Religiosas
- Modelos de Iglesias
Las autoridades de la Iglesia apoyaron el golpe de Estado, al estar condicionadas: a) por los modelos eclesiásticos históricos favorables a las élites políticas y burguesías económicas; b) por el conservadurismo tradicional de las jerarquías y sus intereses económicos; c) por el rechazo visceral a las ideologías progresistas, socialistas y comunistas.
Por todo ello la Iglesia jerárquica, ayudada de una estructura piramidal y la exigencia de obediencia a los laicos creyentes, impide constantemente el desarrollo de la Iglesia de los pobres y la necesidad de un Estado que favorezca el bien común, en contradicción con su doctrina social.
- Conservadurismo eclesial
Desde el siglo IV, las Iglesias cristianas a medida que han ido surgiendo en la historia, tanto la Católica y las Ortosas, como las Reformadas y las Evangélicas, se han distinguido por: alianzas con los poderes económicos y políticos poderosos; sacralización de autoridades religiosas para aumentar su hegemonía; y, obtención de privilegios económicos, sociales y religiosos. También el afán de someter a las mayorías populares a su dominio con el pretexto de que eso es la voluntad de Dios dada a sus jerarquías elegidas por la divinidad.
- Contradicción en las iglesias
Cristo nos dejó su Evangelio para dar buenas noticias. Pero lo que hemos desarrollado los hombres ha sido la religión autoritaria. El Evangelio nos impulsa a defender a los pobres y establecer la justicia; sin embargo, la religión nos exige el servicio a las autoridades y las prácticas rituales.
Según que nos guiemos por el Evangelio de Jesús (liberador) o por la religión de los hombres (conservadora), centraremos nuestras preferencias de distinta manera.
Preferencias según: A) Evangelio (de Jesús) B) Religión (de hombres)
En el compromiso: Seguimiento Culto, Clero
Damos importancia: Los pobres Las doctrinas
Pretensiones: Igualdad de todos Diferencia Clero laico
El porcentaje: Minoría Mayoría
La historia es: Profética Institucional
La Palabra está: En la vida de las personas En los símbolos eclesiásticos
La actitud será Renuncia al poder Alianza con poder
En las Iglesias, se van formando a los creyentes más para realizar prácticas religiosas que acciones humanitarias. Se entiende que se apoyen movimientos políticos y sociales conservadores que favorecen a las oligarquías.
Resistencia
El golpe de Estado, como hemos visto, tuvo unos trágicos efectos motivado por unas causas negativas. Pero ello provocó un gran movimiento de oposición popular con sus organizaciones coordinadas en el FNRP, exigiendo la vuelta al orden constitucional y la asamblea nacional constituyente que desembocase en un nuevo pacto social para que, a su vez, acabe en la refundación del Estado de Honduras.
Dado que el tema fundamental de este escrito es “Cristianismo y Resistencia”, vamos a observar algunos aspectos de estos dos grandes movimientos que componen el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP).
Cristianos proféticos
- Un testimonio ejemplar
Cuenta el teólogo José Comblin un bonito testimonio. Flavio Carpio, obispo de Bahía, Brasil, hizo dos huelgas de hambre contra un proyecto faraónico del gobierno basado en mentiras, para así privilegiar a poderes económicos. Más adelante le invitaron a dar unas conferencias en Alemania; por ellas, varias empresas le donaron 100.000 dólares. Mons. Flavio no aceptó el donativo, al provenir de dinero robado a los trabajadores de sus salarios.
Otra Iglesia tendríamos si obispos y sacerdotes procedieran como don Flavio Carpio y de acuerdo con Sant. 5. Es verdad que la Iglesia tiene necesidades de templos, capillas y locales para realizar los sacramentos, las eucaristías, las catequesis y las pastorales. Es también cierto, que la institución eclesiástica dedica mucho esfuerzo a obras sociales al servicio y promoción de los pobres. Todo ello no se podría realizar sin la necesaria financiación. Pero los responsables de la Iglesia deben saber previamente de donde proceden los donativos, deben evitar venderse al gran capital por un puñado de dólares, aunque sea para obras buenas.
Los cristianos de las comunidades de base, en consonancia con el Evangelio de Jesús, más que aceptar dinero de los promotores del capitalismo, consideran ética, la denuncia de ese sistema y sus ricos beneficiarios.
En la Iglesia, pues, hay dos grandes corrientes: una que pacta con los ricos y otra que denuncia a los ricos. En la primera (los partidarios de la Iglesia institución), aunque sean perfectos y hagan obras humanitarias, están en contradicción pues defienden a un sistema opresor y antihumano. En la segunda (los defensores de la Iglesia profética), aunque sean imperfectos, renuncian al dinero de los ricos al estar manchado de la sangre de sus víctimas empobrecidas, denunciando al sistema opresor capitalista.
- Espiritualidad de base
Los cristianos proféticos, ofrecen al pueblo el testimonio de Jesús sin exigir nada a cambio. Tratan de realizar, en la teoría y en la práctica, la opción por los pobres y por la sociedad sin clases. Están abiertos al diálogo con otras concepciones, evitando el proselitismo y favoreciendo el convencimiento libre.
Los cristianos de las comunidades de base, son partidarios de un ecumenismo desde el profetismo que impulsa a la liberación de los empobrecidos y los marginados. El ecumenismo resulta deficiente si se basa en los intereses de autoridades, instituciones y doctrinas eclesiásticas.
Al estar inmerso entre los creyentes, con sus palabras y acciones, van levantando una nueva Iglesia consecuente con el Evangelio de Jesús, siendo como levadura en la masa. No se van de la Iglesia, pues la Iglesia es el pueblo de Dios, sino que tratan de reformarla, de renovarla. Asumen la misión de infundir conciencia profética en la conciencia ingenua de los sencillos y los humildes.
Los cristianos partidarios de la Iglesia profética en Honduras, para la realización histórica del Reino de Dios en la etapa en la que se encuentran, se incorporan críticamente a las luchas populares del FNRP, para construir una nueva sociedad.
Sectores populares
Los miembros y dirigentes de las organizaciones populares, asumen, entre otros proyectos, los siguientes: mantener la unidad en la diversidad del FNRP; animar las movilizaciones a favor de la justicia; abrir un debate amplio sobre la identidad del FNRP; luchar por la Asamblea Nacional Constituyente y un nuevo Pacto Nacional.
Para acabar con la explotación y la opresión, ven necesario una reforma constitucional como fundamento para la refundación del Estado. Para ello, es imprescindible la participación de las bases campesinas, obreras, mujeres, jóvenes, estudiantes, indígenas e intelectuales, encargados de la elaboración colectiva de una estrategia liberadora y con sus tácticas correspondientes, que lleven al FNRP a una reforma social encaminada a la edificación del nuevo socialismo.
Otra Iglesia y otra Honduras son posibles.