lunes, 13 de diciembre de 2010
Coyuntura en Honduras y en el FNRP (II)
Delfina Bermúdez
Parte 2
El horizonte del FNRP: Democratización y Negociación Política Pragmática
La dirigencia del Frente es una estructura en construcción que poco a poco está ampliando su democracia interna, desbordada por las mayorías que en barriadas y pueblos está obteniendo espacios con más delegadas y delegados en la estructura nacional; dando paso a la legítima representación del poder popular y reduciendo poco a poco el peso de las dirigencias sindicales y gremiales poco representativas de las mayorías. Estos nuevos liderazgos, frescos, urgidos de cambios darán paso a nuevos estadios en el desarrollo del movimiento social en Honduras.
La actual dirigencia definió como meta del Frente y la sociedad hondureña la realización de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) como símbolo y forma de concretar una renovación en la forma de hacer política, en la representación y fundamentalmente en la visión de país y sociedad en Honduras. Es más el Frente ha condicionado cualquier negociación y reconocimiento al actual gobierno de facto y posibilidad de diálogo a la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente.
Ahora bien, esta posición tiene ciertas limitaciones: en primer lugar, las utopías son puntos de referencia para una sociedad pero al mismo tiempo las personas comunes y corrientes necesitamos logros, conquista y contar con pasos claros y alcanzables en un proceso de negociación política. En segundo lugar, esta posición absoluta de ANC o nada, da poco espacio a la negociación. Si hemos definido la ANC como referente en el futro debemos alimentar la negociación y facilitar el diálogo si es que confirmamos una vocación de salida negociada, dejamos de lado cualquier opción por las armas y planteamos que con la movilización social en las calles y la negociación en la mesa vamos a arrancar espacios de poder a este régimen de facto. En tercer lugar, se ha mantenido una posición ambivalente ya que mientras se declara a nivel de dirigencia que no se va a negociar; cada una de las organizaciones y gremios –y sus dirigentes– que forman las estructuras del Frente han venido negociando con el gobierno de facto en distintos espacios: de salarios, contratos colectivos, leyes, políticas y otros de las federaciones sindicales, gremios, organizaciones de productoras y otros.
Ahora bien, si vamos a suspender cualquier diálogo con el gobierno de parte del Frente y sus organizaciones integrantes, léase bien: de cualquiera de sus organizaciones, de los sindicatos, gremios, de los frentes municipales y barriales con las autoridades locales en los municipios, con la desobediencia a las autoridades, con el llamado a no pagar impuestos ni servicios públicos –entre otras opciones-; si hiciéramos algo de esto de manera consistente; de igual manera necesitaríamos proponer al Jefe de Estado Pepe Lobo unas condiciones políticas para el diálogo duras pero posibles y no simplemente insistir en un diálogo atado indisolublemente a la realización de una Asamblea Nacional Constituyente.
En tal sentido sugiero al FNRP, a sus estructuras a todo nivel desde los colectivos hasta la dirigencia nacional; a plantear al gobierno de facto de Lobo las siguientes condiciones mínimas para iniciar un diálogo político serio, a las que debería dársele una amplia difusión a nivel nacional e internacional en los medios de comunicación y a través de las estructuras locales del FNRP. Estas condiciones son:
1.- El FNRP reconoce como “Jefe de Estado” a Lobo Sosa y al gobierno de facto como interlocutor para la negociación con control del poder del Estado, sus recursos y las armas; y no como un gobierno legítimo surgido de un proceso de elección libre y democrático,
2.- El gobierno de facto y su Jefe de Estado deben reconocer al FNRP como fuerza política beligerante a nivel nacional e internacional, mediante resolución de Consejo de Ministros publicada al menos en diarios y espacios en la radio; y a nivel internacional en comunicaciones oficiales en espacios de los foros multilaterales como OEA, ONU; y a nivel bilateral con todos los gobiernos del mundo,
3.- El gobierno de facto debe retirar a personas clave del golpe de estado de los puestos de dirección del poder ejecutivo y el cuerpo diplomático de Honduras incluyendo a políticos y militares que formaron parte activa del golpe.
4.- Se debe concretar la renuncia o destitución de alrededor de 70 diputados que formaron parte activa en la aprobación del nombramiento de Roberto Michelletti como presidente de facto en Junio de 2009 y que votaron en contra del acuerdo político de salida negociada firmado antes de las elecciones de Noviembre de 2009,
5.- Se debe concretar la renuncia o destitución de los miembros de la Corte Suprema de Justicia y el Ministerio Público que ordenaron la expulsión del Presidente Constitucional José Manuel Zelaya,
6.- El gobierno de facto debe eliminar la ley de empleo temporal y debe manifestar la voluntad de una inmediata revisión de las políticas nacionales claves para la reactivación económica urgente en respeto de los derechos laborales con medidas masivas de empleo enmarcadas en las políticas de la OIT de empleo digno a nivel internacional,
7.- El gobierno de facto debe derogar la ley de modernización agrícola, tal como Pepe Lobo ofreció, durante su campaña, a las organizaciones campesinas y la restitución con plena vigencia de los artículos constitucionales agrarios y la ley de reforma agraria en Honduras. En ese sentido, se deberá concretar la entrega con plenos derechos de la tierra a las campesinas y campesinos del Aguan y el desarme de las fuerzas para militares de Miguel Facussé Barjum.
8.- El nombramiento de una comisión de gobierno y de la Coordinadora de DDHH, con apoyo internacional de organismos de DDHH de NNUU e independientes. Esta comisión estará a cargo de concretar en breve que las Fuerzas Armadas y la policía pongan a disposición para su revisión y posterior destrucción de los expedientes e información que las estructuras de seguridad han venido juntando de las personas que formamos parte del FNRP y que sirven para vigilarnos, perseguirnos, detenernos, torturarnos, desaparecernos y matarnos.
9.- El gobierno de facto debe expresar su disposición a emprender una reforma política que permita la inscripción de una coalición amplia o frente amplio de movimientos sociales de base, sindicatos, gremios y partidos políticos – y el compromiso de la revisión de la ley electoral y la realización de unas elecciones altamente supervisadas por parte de NNUU y organismos independientes con experiencia en la materia,
10.- El gobierno de facto debe expresar la manifiesta disposición a emprender las reformas políticas y las acciones y acuerdos necesarios para la convocatoria en breve a la elección de alrededor de 70 diputaciones que quedarían vacantes, con la participación de una coalición amplia del FNRP; y de la discusión de los mecanismos de elección y los plazos claros para realizar elecciones para una ANC que incluya, con la mayor amplitud y el menor nivel de restricciones; además de los partidos políticos a todas las fuerzas sociales desde el nivel comunitario hasta el nivel nacional; y que garantice el acceso igualitario y controlado a los medios de comunicación en el proceso de propaganda y difusión de ideas previas a la elección de la ANC.
Sólo bajo el cumplimiento de estas condiciones es posible INICIAR un diálogo. En consecuencia, el FNRP debe profundizar las acciones y llamados a los gobiernos y las fuerzas políticas progresistas en todo el mundo para que se manifiesten públicamente en foros y espacios nacionales e internacionales reconociendo al FNRP de Honduras como fuerza política beligerante y en apoyo al cumplimiento y condicionalidad de parte de gobiernos y foros al cumplimiento de estas condiciones mínimas para el diálogo. Este reconocimiento servirá para legitimar al Frente, obtener apoyo y obligar al gobierno de facto a reconocer al FNRP y a caminar a tomar las medidas antes indicadas para establecer las bases de un diálogo político sincero y realista en la mesa de negociación que se profundiza con la movilización social.
Delfina Bermúdez, Profesora en Resistencia
Parte 1: Coyuntura en Honduras y en el FNRP
Parte 2
El horizonte del FNRP: Democratización y Negociación Política Pragmática
La dirigencia del Frente es una estructura en construcción que poco a poco está ampliando su democracia interna, desbordada por las mayorías que en barriadas y pueblos está obteniendo espacios con más delegadas y delegados en la estructura nacional; dando paso a la legítima representación del poder popular y reduciendo poco a poco el peso de las dirigencias sindicales y gremiales poco representativas de las mayorías. Estos nuevos liderazgos, frescos, urgidos de cambios darán paso a nuevos estadios en el desarrollo del movimiento social en Honduras.
La actual dirigencia definió como meta del Frente y la sociedad hondureña la realización de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) como símbolo y forma de concretar una renovación en la forma de hacer política, en la representación y fundamentalmente en la visión de país y sociedad en Honduras. Es más el Frente ha condicionado cualquier negociación y reconocimiento al actual gobierno de facto y posibilidad de diálogo a la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente.
Ahora bien, esta posición tiene ciertas limitaciones: en primer lugar, las utopías son puntos de referencia para una sociedad pero al mismo tiempo las personas comunes y corrientes necesitamos logros, conquista y contar con pasos claros y alcanzables en un proceso de negociación política. En segundo lugar, esta posición absoluta de ANC o nada, da poco espacio a la negociación. Si hemos definido la ANC como referente en el futro debemos alimentar la negociación y facilitar el diálogo si es que confirmamos una vocación de salida negociada, dejamos de lado cualquier opción por las armas y planteamos que con la movilización social en las calles y la negociación en la mesa vamos a arrancar espacios de poder a este régimen de facto. En tercer lugar, se ha mantenido una posición ambivalente ya que mientras se declara a nivel de dirigencia que no se va a negociar; cada una de las organizaciones y gremios –y sus dirigentes– que forman las estructuras del Frente han venido negociando con el gobierno de facto en distintos espacios: de salarios, contratos colectivos, leyes, políticas y otros de las federaciones sindicales, gremios, organizaciones de productoras y otros.
Ahora bien, si vamos a suspender cualquier diálogo con el gobierno de parte del Frente y sus organizaciones integrantes, léase bien: de cualquiera de sus organizaciones, de los sindicatos, gremios, de los frentes municipales y barriales con las autoridades locales en los municipios, con la desobediencia a las autoridades, con el llamado a no pagar impuestos ni servicios públicos –entre otras opciones-; si hiciéramos algo de esto de manera consistente; de igual manera necesitaríamos proponer al Jefe de Estado Pepe Lobo unas condiciones políticas para el diálogo duras pero posibles y no simplemente insistir en un diálogo atado indisolublemente a la realización de una Asamblea Nacional Constituyente.
En tal sentido sugiero al FNRP, a sus estructuras a todo nivel desde los colectivos hasta la dirigencia nacional; a plantear al gobierno de facto de Lobo las siguientes condiciones mínimas para iniciar un diálogo político serio, a las que debería dársele una amplia difusión a nivel nacional e internacional en los medios de comunicación y a través de las estructuras locales del FNRP. Estas condiciones son:
1.- El FNRP reconoce como “Jefe de Estado” a Lobo Sosa y al gobierno de facto como interlocutor para la negociación con control del poder del Estado, sus recursos y las armas; y no como un gobierno legítimo surgido de un proceso de elección libre y democrático,
2.- El gobierno de facto y su Jefe de Estado deben reconocer al FNRP como fuerza política beligerante a nivel nacional e internacional, mediante resolución de Consejo de Ministros publicada al menos en diarios y espacios en la radio; y a nivel internacional en comunicaciones oficiales en espacios de los foros multilaterales como OEA, ONU; y a nivel bilateral con todos los gobiernos del mundo,
3.- El gobierno de facto debe retirar a personas clave del golpe de estado de los puestos de dirección del poder ejecutivo y el cuerpo diplomático de Honduras incluyendo a políticos y militares que formaron parte activa del golpe.
4.- Se debe concretar la renuncia o destitución de alrededor de 70 diputados que formaron parte activa en la aprobación del nombramiento de Roberto Michelletti como presidente de facto en Junio de 2009 y que votaron en contra del acuerdo político de salida negociada firmado antes de las elecciones de Noviembre de 2009,
5.- Se debe concretar la renuncia o destitución de los miembros de la Corte Suprema de Justicia y el Ministerio Público que ordenaron la expulsión del Presidente Constitucional José Manuel Zelaya,
6.- El gobierno de facto debe eliminar la ley de empleo temporal y debe manifestar la voluntad de una inmediata revisión de las políticas nacionales claves para la reactivación económica urgente en respeto de los derechos laborales con medidas masivas de empleo enmarcadas en las políticas de la OIT de empleo digno a nivel internacional,
7.- El gobierno de facto debe derogar la ley de modernización agrícola, tal como Pepe Lobo ofreció, durante su campaña, a las organizaciones campesinas y la restitución con plena vigencia de los artículos constitucionales agrarios y la ley de reforma agraria en Honduras. En ese sentido, se deberá concretar la entrega con plenos derechos de la tierra a las campesinas y campesinos del Aguan y el desarme de las fuerzas para militares de Miguel Facussé Barjum.
8.- El nombramiento de una comisión de gobierno y de la Coordinadora de DDHH, con apoyo internacional de organismos de DDHH de NNUU e independientes. Esta comisión estará a cargo de concretar en breve que las Fuerzas Armadas y la policía pongan a disposición para su revisión y posterior destrucción de los expedientes e información que las estructuras de seguridad han venido juntando de las personas que formamos parte del FNRP y que sirven para vigilarnos, perseguirnos, detenernos, torturarnos, desaparecernos y matarnos.
9.- El gobierno de facto debe expresar su disposición a emprender una reforma política que permita la inscripción de una coalición amplia o frente amplio de movimientos sociales de base, sindicatos, gremios y partidos políticos – y el compromiso de la revisión de la ley electoral y la realización de unas elecciones altamente supervisadas por parte de NNUU y organismos independientes con experiencia en la materia,
10.- El gobierno de facto debe expresar la manifiesta disposición a emprender las reformas políticas y las acciones y acuerdos necesarios para la convocatoria en breve a la elección de alrededor de 70 diputaciones que quedarían vacantes, con la participación de una coalición amplia del FNRP; y de la discusión de los mecanismos de elección y los plazos claros para realizar elecciones para una ANC que incluya, con la mayor amplitud y el menor nivel de restricciones; además de los partidos políticos a todas las fuerzas sociales desde el nivel comunitario hasta el nivel nacional; y que garantice el acceso igualitario y controlado a los medios de comunicación en el proceso de propaganda y difusión de ideas previas a la elección de la ANC.
Sólo bajo el cumplimiento de estas condiciones es posible INICIAR un diálogo. En consecuencia, el FNRP debe profundizar las acciones y llamados a los gobiernos y las fuerzas políticas progresistas en todo el mundo para que se manifiesten públicamente en foros y espacios nacionales e internacionales reconociendo al FNRP de Honduras como fuerza política beligerante y en apoyo al cumplimiento y condicionalidad de parte de gobiernos y foros al cumplimiento de estas condiciones mínimas para el diálogo. Este reconocimiento servirá para legitimar al Frente, obtener apoyo y obligar al gobierno de facto a reconocer al FNRP y a caminar a tomar las medidas antes indicadas para establecer las bases de un diálogo político sincero y realista en la mesa de negociación que se profundiza con la movilización social.
Delfina Bermúdez, Profesora en Resistencia
Parte 1: Coyuntura en Honduras y en el FNRP
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