Decenas de miles de argentinos acongojados y portando cirios, banderas y flores desfilaron el jueves por la capilla ardiente del ex presidente argentino Néstor Kirchner, en la Casa Rosada, rodeada por una multitud, con muestras de apoyo a su viuda, la presidenta Cristina Kirchner.
En su primera aparición pública tras la muerte de Kirchner por un infarto, el miércoles por la mañana, la presidenta llegó a la Casa Rosada a poco de abrirse el velatorio acompañada de su hijo, Máximo de 32 años, y su hija, Florencia de 19.
La presidenta llevaba anteojos oscuros y un vestido negro, y posaba su mano sobre el féretro de su marido, tratando de evitar las lágrimas y atendiendo las condolencias de quienes la rodeaban.
“!Hasta siempre Néstor!”, gritó un jóven con lágrimas en los ojos al pasar frenededor de 15 cuadras zigzagueaba en diferentes avenidas y calles porteñas con los miles de ciudadanos que aguardan para despedir al líder del Partido Justicialista (peronista).
En el velatorio se dieron cita los presidentes de Bolivia, Evo Morales; de Ecuador, Rafael Correa; de Chile, Sebastián Piñera y de Uruguay, José Mujica, mientras se esperaba el arribo en las próximas horas de los de Venezuela, Paraguay, Colombia y Brasil.
“Me siento huérfano con la pérdida del compañero y hermano Néstor Kirchner. Pasé momentos difíciles y Néstor siempre estaba conmigo y espero que siga conmigo”, dijo Morales, el primero en arribar a Buenos Aires.
Diego Maradona también visitó la capilla ardiente, junto a su novia Verónica Ojeda, y se fundió en un abrazo con la presidenta Cristina Kirchner, en medio de un cerrado aplauso de los presentes.
Una larga espera de 19 horas permitió a la edil peronista bonaerense Graciela Benítez ser la primera en darle el último adiós al ex mandatario.
“Tengo mucho dolor pero también tengo esperanza porque estoy convencida que la posta hoy la tiene la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, porque Cristina y Néstor son una sola cosa”, reflexionó la mujer envuelta en una bandera celeste y blanca.
La verja que rodea la Casa Rosada amaneció este jueves tapizada con mensajes y llena de flores.
“Fuerza presidenta”, “Te necesitamos más que nunca”, “Néstor está vivo entre nosotros”, decían algunas de las misivas escritas de puño y letra.
Los restos del ex mandatario llegaron la madrugada del jueves a Buenos Aires para el velatorio y luego regresarán a la patagónica Santa Cruz, su provincia natal, donde serán inhumados en un cementerio municipal en una fecha aún sin anunciar.
La central obrera CGT, el principal apoyo del gobierno, convocó a una movilización este jueves en la histórica Plaza de Mayo para despedir al líder, a quien defendían como heredero del tres veces presidente Juan Perón.
“Después de (Juan) Perón y Eva (Duarte de Perón) viene Néstor Kirchher, sin ninguna duda”, dijo el poderoso líder cegetista, Hugo Moyano al dar su respaldo a la mandataria.
La CGT movilizó a millares de trabajadores a la Plaza de Mayo, vestidos con su ropa de trabajo y cascos y portando carteles que destacaban el liderazgo de Néstor Kirchner y el apoyo al gobierno de su viuda.
El deceso de Kirchner conmovió a los argentinos que se preguntan cómo será el futuro sin el hombre fuerte, que conformaba con la presidenta una férrea sociedad conyugal y política que prácticamente co-gobernaba en Argentina.
Los Kirchner se conocieron cuando estudiaban abogacía y militaban en el ala izquierda del peronismo en la Universidad de La Plata (60 km al sur de Buenos Aires) en los 70.
Kirchner era uno de los potenciales presidenciables para 2011 y el político mejor posicionado en las encuestas.
Rebelde por naturaleza, el también diputado nacional desafió a los mercados, saldó en un pago la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar su control y puso en pie a un país que en 2003 recibió devastado por la mayor crisis económica de la historia.
Otro hito de su gobierno fue el impulso que dio a los juicios contra los criminales de la dictadura (1976 83).
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