Por Oscar Amaya Armijo
La oligarquía, ante el contundente avance de Libre y el temor de perder el poder Estatal y sus privilegios de clase, ha desatado una campaña contra esta novel organización para desmantelarla y evitar su participación en el próximo proceso electoral. La campaña abarca todo el abanico de formas de confrontación posible y que se circunscriben, entre otros, a los siguientes aspectos:
1.- Utilización de las tácticas de la guerra de baja intensidad para asesinar a dirigentes y militantes con miras a desarticular los mandos intermedios de LIBRE-FNRP y evitar la consolidación de los procesos de organización, capacitación y movilización.
2.- Montaje de una rabiosa campaña mediática, utilizando todos los aparatos de dominación ideológica (medios de comunicación, iglesias, escuelas, deportes, familia, artes, etc.) para desprestigiar al partido y al frente en amplias sectores de la población hondureña, recurriendo al viejo espantajo del anticomunismo. En esta campaña, se suman algunos medios otrora caracterizados por su vinculación con la resistencia al golpe de Estado.
3.- Infiltrar individuos de dudosa ética y moral (y sin participación alguna en las luchas populares por revertir el golpe de Estado, fraguado y ejecutado por la oligarquía extranjera, en alianza con militares, iglesias y partidos tradicionales), con el ánimo de ahondar diferencias internas que ya antes la oligarquía y la embajada gringa, fraguaban, desde adentro, para quebrar la unidad de Libre-FNRP.
4.- Impulsar una campaña de confrontación, ahondando las diferencias entre las cinco corrientes internas (viejos resabios, heredados del bipartidismo tradicional), resaltando oportunismos y las viejas prácticas políticas anquilosadas de la democracia representativa y oligárquica. Esta es otra modalidad para orillar al frente y al partido a una lucha interna por puestos de elección popular, con el propósito de que llegue atomizado, diezmado y con profundas fracturas, al proceso general electoral por venir (cabe señalar que existen otras formas creativas y democráticas para elegir candidatos).
5.- Erosionar la personalidad de los dirigentes para disminuir su caudal político, maximizando sus defectos y minimizando sus cualidades para causar desencanto entre el pueblo hondureño. Tal es el caso de la virulenta campaña contra el subcoordinador General del FNRP, Juan Barahona.
6.- Organizar marchas paralelas de indignados para deslegitimar al FNRP-Libre y disminuir su capacidad de convocatoria, pretextando descuido en la lucha cotidiana por las reivindicaciones económicas. Orillar al frente, sobre todo, a que abandone las luchas de fondos que requieren los cambios estructurales.
7.- Destrucción del amplio espectro de organizaciones sociales, sindicales, gremiales, etnias, colectivos de LGTB, feministas, etc… que acompañan al FNRP, negando derechos y conquistas ya establecidas por la costumbre y las leyes nacionales (contratos colectivos, saqueo de institutos de previsión, negación de tierras, salarios, irrespeto a estatutos, etc...)
8.- Boicotear la participación de Libre en el próximo proceso electoral, obstaculizando la inscripción de candidatos, interpretación antojadiza de la Ley Electoral, manoseo de los censos electorales, destrucción de propaganda política, negación de espacios `publicitarios en los medios de comunicación del cerco mediático.
Estas son algunas de las medidas que aplican contra el accionar del FNRP-Libre, lo que debe obligar a las coordinaciones nacionales y locales a programar estrategias, tácticas, políticas y actividades para contrarrestar esta acción depredadora y de zapa que emprende la oligarquía.
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