Tribuna Popular
Mucho se dice a diario a favor y en contra del socialismo y muchas de estas posiciones en defensa y en contra de esta formación económico-social están basadas en posiciones subjetivas; sin embargo, creemos que nada mejor que algunas cifras que vayan derrumbando la matriz de opinión sobre la satanización del socialismo y el comunismo que hacen sectores ideológicamente definidos de la sociedad, que pretenden a través de la manipulación y tergiversación de la realidad seguir dominando a un amplio espectro de la población.
No sirve para medir los beneficios sociales del socialismo utilizar los indicadores macroeconómicos, en años recientes a iniciativa del PNUD (un organismo de la ONU), se ha establecido el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que aún y cuando sigue siendo una medición que contempla entre sus factores el PIB per cápita en dólares, contempla variables importantes como vida larga y saludable (esperanza de vida) y educación (tasa de alfabetización, inclusión en educación primeria, media y superior); este índice se mide entre 0 y 1, siendo en 2.010 el más alto el de Noruega 0,965 (con un contexto capitalista no periférico como en América Latina y otras zonas).
Tomemos por referencia dos países que han emprendido desde hace algunas décadas el camino socialista de desarrollo, nos referimos a Cuba y Corea del Norte, de quienes es mucha la mentira que a diario escuchamos, además como método comparativo podríamos tomar en nuestro continente dos países muy asociados al imperialismo norteamericano y al neoliberalismo, Colombia y Perú. El IDH de Cuba (con todo y bloqueo) actualmente se ubica en 0,855 mientras que el de Corea del Norte asciende a 0,912. Colombia que es el segundo país dónde Estados Unidos hace inversión militar luego de Israel, tiene un IDH de 0,787 y Perú 0,733 (muy por debajo de Cuba y Corea del Norte). Es interesante estudiar el IDH de los países del Africa, hasta hace poco la mayoría colonias europeas, dónde la pobreza producto de la brutal explotación de sus recursos naturales por parte de los países capitalistas ubica este índice por debajo del 0,350 en la mayoría de ellos.
Podríamos hablar a demás de las tasas de desempleo que en Cuba es de 1,8%, en Corea del Norte 0,0% (todo el pueblo tiene garantizado el empleo) en Colombia 14,3 % y en Perú 10%.
Es importante conocer otras cifras asociadas al capitalismo, que demuestran que este caduco sistema es el origen de todas las desigualdades que padece actualmente la humanidad, por ejemplo: se calcula que en el mundo actualmente hay más de 1.200 millones de personas que sobreviven con menos de un dólar por día. Las 238 personas más ricas del plantea concentran una riqueza similar a los ingresos de más 2.300 millones de los seres humanos más pobres. Unos 840 millones padecen hambruna, cada tres segundos muere una persona de hambre. Diariamente mueren en el mundo 30 mil niños por enfermedades curables. Hay más de 854 millones de analfabetas (ninguno en los países socialistas) y 60 % de ellos son mujeres y niñas (lo cual habla de las desfavorables condiciones de las mujeres en la sociedad capitalista). (Tomado del libro editado por el PCV, Contribución al debate sobre el socialismo en Venezuela.2.008).
Algunas personas dirán "pero el IDH y otros indicadores como los citados en este artículo, son especialmente alto en Estados Unidos, Canadá y en muchos países de Europa", cuestión cierta pero que requiere una aclaratoria, esos países han logrado sus desarrollo a partir de la explotación colonial e imperial de los países de América Latina, Africa y Asia. El capitalismo, que tiene una esencia, no es lineal en su manifestación en todas las regiones del mundo, por algo se ha hablado suficientemente en estos años sobre la necesidad de estudiar a fondo el porqué del desarrollo del norte del planeta contra la creciente pobreza de los países ubicados en el sur. Lo que sí es demostrable científicamente, es que en aquellos países dónde se ha emprendido la construcción del socialismo no solo ha habido una mejora significativa de sus marcadores económicos, sino especialmente en los indicadores sociales como nutrición, educación, empleo, cultura, ciencia y un largo etcétera. Por ejemplo si en la Rusia actual se obvia la etapa socialista de su desarrollo (URSS), seguros estamos que ese país no tendría la fortaleza económica, militar científica que posee hoy en día; por el contrario, más bien estos logros en Rusia han retrocedido desde el restablecimiento del capitalismo a inicio de los años 90 (existen cifras que lo demuestran). Insistimos en que la discusión sobre los errores políticos que implicaron la derrota de la propuesta socialista en la URSS no desdice de la vigencia, pertinencia y objetividad de la ciencia Marxista-Lenisnta y mucho menos del desconocimiento del desarrollo del socialismo en muchas partes del mundo como China, Cuba, Corea del Norte y Vietnam y en su resurgir como debate y posibilidad en amplias zonas del planeta.
Especial atención merece América Latina, dónde desde hace una década muchos países como Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Uruguay y otros han emprendido procesos progresistas (unos más radicales que otros), pero en dónde encontramos un factor común: la mejora de su economía y la atención social frente a la devastación que ha significado históricamente en nuestro continente el colonialismo primero y el imperialismo después. Simplemente con defender su soberanía, los precios de sus productos básicos de exportación y con el fortalecimiento de mecanismos efectivos de integración para el desarrollo y no para la dominación muchos de nuestros países hoy ofrecen mejores niveles de vida para sus habitantes. Estos procesos ofrecen objetivamente la posibilidad de trascender el capitalismo, objetiva y subjetivamente, y emprender en un futuro cercano la edificación del socialismo, que pasa indiscutiblemente por el desarrollo de las fuerzas productivas, por revertir el carácter de la propiedad sobre los medios de producción fundamentales y por ganar la conciencia de las masas para la revolución.
Son apenas algunas cifras y consideraciones para el debate político, especialmente en estos días de la campaña electoral que pronto iniciará. El espacio es corto pero podríamos seguir demostrando (objetivamente), que en el capitalismo no hay solución posible a la pobreza porque este sistema, basado en la producción social de riqueza existe a fuerza de que unos pocos (los capitalistas) se apropien de ella.
Militante del PCV
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