sábado, 25 de julio de 2009
La trascendencia de la llegada del Presidente a la frontera
Por Jorge Martínez Mejía - Resistencia Honduras
La trascendencia del "acto de retorno" de Zelaya consiste en la objetivación de esa capacidad de lucha del pueblo hondureño. Si bien es cierto que el "acto" de Zelaya es heroico de por sí, es más cierto que el pueblo hondureño está más enardecido que nunca, pero sobre él pesa la enorme lápida de silencio y encierro que impone un bloqueo informativo y un encierro en la necesidad de información. Estos elementos desmovilizan al pueblo, lo paralizan y lo frustran. El pueblo hondureño quiere luchar, direccionar su lucha, orientarse hacia un objetivo claro. Y a pesar que la coordinación de la Resistencia Hondureña Contra el Golpe de Estado es efectiva, honesta y valiente, la subjetividad de nuestro pueblo está lanzada hacia el símbolo de su esperanza (Mel Zelaya) y su capacidad de acción se orienta, por oposición, contra quienes realizaron el "acto del golpe" (Micheletti). El acto heroico de Zelaya es trascendente porque moviliza la emotividad de nuestro pueblo hacia la acción revolucionaria del derrocamiento de los golpistas. Su sola presencia en la frontera, el riesgo a que se somete, es en proporción multiplicada por los millones de hondureños que aspiran a protegerlo y tenerlo con nosotros, en nuestro suelo. La derecha percibe este "acto heroico" como "imprudente" porque de él emana el poder revolucionario del pueblo hondureño, la Historia viva de sus actos, la destrucción del gobierno de facto y los golpistas. En la llegada de Zelaya a la frontera se materializa la espera del hondureño, es decir, el contacto de un presente de lucha con un futuro que es la certeza de la participación en una democracia en la que él es el actor principal.
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