jueves, 6 de julio de 2017
UNAH: El “lucem aspicio” de la oscuridad
Por Ronnie Huete Salgado *
El asesinato de un padre de familia de un estudiante de la UNAH en Honduras, no es visto con normalidad ante la opinión pública internacional que convive en una sociedad civilizada.
8 años han transcurrido del primer golpe de Estado del siglo XXI en Latinoamérica.
Honduras es la nación elegida para fraguar este hecho, cuyos efectos colaterales siguen su curso en el resto de la región.
Efectos que han sido envueltos en una tórrida violencia, proveniente del epicentro del conocimiento de cualquier Estado, en cualquier parte del mundo, la Universidad.
Y es que la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, es el reflejo del país que abruma en la pobreza a los hondureños y a la criminalización sistemática a quienes se oponen de vivir subyugados.
La universalidad del pensamiento ha sido aplastada por las autoridades de esta máxima casa de estudios, quienes responden con requerimientos fiscales, cárcel, estigmatización, condenas judiciales, tratos crueles inhumanos o degradantes, entre otras violaciones a los derechos humanos en contra de los estudiantes universitarios y un pequeño sector de la prensa, que denuncia al mundo estos hechos.
Como periodista y columnista internacional, me ha tocado el turno de redactar mi historia y avocarme a la solidaridad internacional, puesto que yo soy parte de los perseguidos y judicializados en Honduras.
Contra mi persona pesan las denuncias judiciales de “privación injusta de la libertad y daños” cargos que me acusa las autoridades de la UNAH y su guardia de seguridad privada, por estar presente el día 24 de mayo de 2017 haciendo cobertura periodística internacional de las acciones que allí suscitaban.
Las acciones de los estudiantes universitarios haciendo el pleno uso de la protesta, como lo establece la carta universal de los derechos humanos, es visto como un crimen en Honduras.
El haberles brindado cobertura periodística internacional a estos hechos, la noche del 24 de mayo a la madrugada del 25 (día del periodista en Honduras), significó un delito para las autoridades.
Sin embargo, yo fui víctima de tratos crueles inhumanos o degradantes, en el estacionamiento del edificio al que llaman “alma mater”.
Guardias de seguridad privada de la UNAH, decidieron cubrir su rostro o “encapucharse” como se le conoce en este país centroamericano, para luego agredirme rociándome con gas pimienta, directamente a mis ojos, golpearme con palos y patadas, robarme mi celular e identificación de prensa internacional y privarme de mi libertad al ser cautivo por estos sujetos.
Hechos que pautaron un precedente en lo que va del siglo XXI, primer periodista torturado y encarcelado, en un centro universal del pensamiento, la UNAH.
En el más oscuro silencio, las autoridades de este centro de estudios, comenzaron su campaña de apología del odio contra los estudiantes, invocando adjetivos alegóricos a la estigmatización y estereotipos, en un intento fallido de situar a los universitarios contra la opinión pública.
Las millonarias pautas publicitarias con algunos medios de comunicación locales de Honduras, comenzaron a replicar la vos de la tiranía emanada de la casa de “Lucem Aspicio” o busco la luz, pero de la más pútrida maldad.
Esta búsqueda de la luz, involucionó a la oscuridad del pensamiento, bajo una clara lógica de persecución policiaca y militar contra los estudiantes, estableciendo un orden neo fascista y haciendo eco de la oscura historia de las dictaduras en Latinoamérica.
31 estudiantes criminalizados en menos de un mes, persecución policiaca dentro de las instalaciones de la UNAH, niños pacientes y mujeres corriendo por temor a morir asfixiados, estudiantes engrilletados de pies y manos, tortura, y declaraciones de odio de las autoridades y los mercenarios de la información en Honduras, es la agenda de las autoridades de este centro superior de estudios.
En lo que va de un año, aproximadamente 140 estudiantes universitarios han sido judicializados, varios heridos y un padre de familia asesinado el 23 de junio de 2017.
El señor Roberto Gómez, padre de un estudiante judicializado fue asesinado cuando salía de su vivienda a primeras horas de la mañana, Gómez se había hecho presente en los tribunales de justicia de la capital hondureña para apoyar a su hijo.
La apología del odio o el discurso induciendo al odio a determinadas personas han sido los debates “académicos” que las autoridades universitarias han difundido en algunos medios de comunicación contra los universitarios.
Ante este panorama, los universitarios no desisten en su lucha y hoy iniciaron una huelga de hambre, pese a que su vida corre peligro dentro de los predios de la UNAH, por los recientes hechos que han ocurrido en su contra.
Los vientos de este huracán de maldad, originado desde el golpe de Estado hace 8 años, depositan su fuerza en manos oscuras que intentan apoderarse de la UNAH, más allá del control de una rectoría, es seguir con el lineamiento global que se contrapone a la academia y motiva a la formación del nuevo ejército de esclavos modernos, al servicio del capital.
* Periodista y defensor de DDHH. Corresponsal de http://conexihon.hn, la revista Caros Amigos editada en São Paulo, Brasil, para Centroamérica, la organización Casa Mafalda São Paulo, Brasil, la Agencia informativa Latinoamericana Prensa Latina, Kaos en la red, el portal http://desacato.info y criterio.hn.
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