lunes, 10 de julio de 2017
La alegría de ‘Roger González' presente en la lucha estudiantil
Por Sandra Rodriguez* y Cesario Padilla
Su memoria se mantiene intacta, sus recuerdos fluyen entre las conversaciones, su rostro ‘encapuchado’ está en las calles, su voz en los gritos rebeldes de la juventud, sus ideales son criminalizados, a sus sueños los llaman ‘usurpación’, su nombre exige justicia, su madre lo mantiene presente, y la lucha estudiantil lo clama.
Nos referimos al líder estudiantil, Roger González Zelaya, detenido-desaparecido el 19 de abril de 1988. Días después, su madre Elvia Zelaya, amigos y familiares realizaron una huelga de hambre en el parque central de Tegucigalpa, donde fue visto por última vez.
Se llegaba al final de la “década perdida”, con un saldo de 184 detenidos-desaparecidos por razones políticas. El ambiente de la huelga era una batalla de vida o muerte, llegaban personas acompañar y solidarizarse, pese a que se daba un contexto en torno a lo sucedido después de multitudinarias movilizaciones estudiantiles en defensa de la soberanía nacional, y la quema de la oficina de la embajada de los Estados Unidos de América el 07 de mayo de 1988. Tegucigalpa estaba no sólo militarizada, sino que había toques de queda, Roger fue señalado como uno de los dirigentes de las protestas.
Llegó el día de suspender el huelga, doña Elvia había enfermado. Tras el anuncio, hubo una gigantesca movilización del Comité Coordinador de Organizaciones Populares (CCOP), estudiantes de secundaria, de la Escuela Superior del Profesorado -hoy Universidad Pedagógica Nacional ‘Francisco Morazán’- y de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Se llegó al día 23, “Ese fue el día más triste, habíamos perdido al ‘flaco’ y pudo ser cualquiera de nosotros”, expresó su compañero y amigo, Sergio Rivera, hoy docente universitario cuyos ideales lo mantiene junto a miles de estudiantes en defensa de la educación pública, gratuita y laica en la UNAH, que tienen varias semanas de protestas sociales, incluso cinco jóvenes en huelga de hambre, exigiendo la renuncia de las autoridades rectorales y el cese a la criminalización estudiantil.
No es difícil recordar la personalidad de Roger, “solidario, combativo incalificable, un gran agitador en las lucha sociales y con una gran formación política, siempre orientaba su conversaciones que giraban en torno a los procesos de lucha que se libraba en aquellos y tiempos”, así describió y sin pensarlo mucho a “el flaco” como lo llamaba su amigo Sergio Rivera.
Y es que el recuerdo de un amigo no desaparece con él, sino que se mantiene en la memoria, fortaleciendo la historia y lucha para hacer realidad sus ideales.
El pasado 30 de noviembre, Sergio Rivera, asistió a la conmemoración del 34 aniversario de fundación del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos (COFADEH), en el Hogar Contra el Olvido, un centro de memoria ubicado en el municipio de Santa Ana, a 23 kilómetros al sur de Tegucigalpa.
Ahí está el Sendero de la Memoria compuesto por 184 arbolitos que simboliza la vida de cada uno de los detenidos desaparecidos en la década de los ochenta, registrados por este Comité.
Sergio pidió ver el árbol con el nombre de “Roger González”, la situación parecía complicada, debido a las condiciones climáticas algunos letras no son tan legibles; sin embargo, la búsqueda duró poco, sin hablar mucho, se dirigió a un joven, delgado y alto árbol, en cuyo pie había una piedra que casi diez años después conserva intacta la letra “R” de Roger y el número ocho (8), relativo al año de su desaparición, después fue como si las demás letras tomaban forma y se leyó “ROGER GONZALES 1988”.
No se volvió a escuchar palabra, el silencio invadió la atmósfera interrumpido sólo por el sonido del viento; Sergio se quedó contemplando aquel árbol de unos tres metros de alto, parecía haber iniciado una conversación que tenía más de 25 años esperando, lo tocó y pidió una fotografía junto a él. Regresó a la reunión con un semblante diferente “fue como volver a ver a Roger”, expresó aquella mañana.
El secuestro de Roger ha sido uno de los golpes más fuertes que se la ha dado al movimiento organizado estudiantil en el país, y porque no decirlo, a lo que se desarrollaba en los procesos de lucha en los ochentas, donde se enfrentaba a la Doctrina de Seguridad Nacional, la desaparición forzada, el irrespeto a los derechos humanos, “el oro de la paz en Centroamérica” que era una de las consignas en las cuales el Flaco estaba completamente inmerso en cada uno de sus días.
Sumado a este hecho, al final de la década, se prohibió todo ejercicio de organización estudiantil a nivel medio, por instrucciones de la entonces Secretaria de Educación, Elisa Valle de Martínez Pavetti, recordó Rivera, ahora dirigente popular.
Recordar sus palabras y acciones hace traer al presente otras historias, diálogos y hechos que caracterizaban al joven estudiante que por dónde pasaba, dejaba su rastro.
“Había que tener lista una resma de papel, porque era lo que Roger siempre pedía, pero toda esa lucha social no ha sido en vano, porque seguimos aquí enfrentándonos a los poderes que nos quieren someter” recordó la coordinadora general del COFADEH, Bertha Oliva, quien compartió una tarde de memoria inmersa en la lluvia de abril, bajo el mismo techo que dos días antes había estado doña Elvia.
Y es que para ese tiempo, aun no había redes sociales ni teléfonos móviles, por lo que las resmas de papel eran indispensables para la reproducción o escritura de los pronunciamientos que se emitían con respecto a la organización de los alumnos de educación media.
Una de sus compañeras de lucha, fue la profesora y abogada Martha Silva, y recuerda a Roger como un joven entusiasta, comprometido, luchador, responsable, tarea que se le asignaba era tarea que cumplía, tenía mucha iniciativa, entregado a la lucha, amigable, alegre, jovial, que lo invitaba a estar cerca de él, un luchador incansable, tuve el orgullo de conocerlo, compartir la amistad, pláticas familiares y de estudiantes.
En la tertulia, el docente Andrés Martínez, quien en los ochentas imprimía mensajes públicos, guarda el recuerdo de un muchacho romántico, un lector increíble, le fascinada la música revolucionaria de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Mercedes Sosa, Violeta Parra, leía a Gransi, y siempre lo peonía de ejemplo en sus conversaciones y a veces lo citaba en alguna de las estrategias de lucha. Mario Benedetti fue uno de los principales poetas que formaron a Roger, quien era un intelectual de primera.
Un líder desafiante
“Los de arriba están inquietos, pues su tiempo ya se acaba”, reza una parte de una canción del grupo Nascimiento. “era una de las preferidas de Roger, junto con el tema papalote de Silvio –Rodríguez-”, dijeron los compañeros de Roger González, quienes a 29 años de su ausencia, son hermanados por los recuerdos de sus días de lucha con él.
Roger participó directamente en los procesos de oficialización de institutos de segunda enseñanza, pues había poco colegios públicos. Por ello ausentaba varios días de la casa, y su madre lo iba a buscar, también lo regañaba.
El joven acompañó muchas visitas a institutos, organizaban comités pro-oficialización, se encabezaban las luchas en las comunidades y se oficializaban los colegios, pero todo esto a la par del CCOP, que antes fue el “sub 25” y varias organizaciones de masas que contaban con la participación decidida de los estudiantes, afirmó Sergio.
El Flaco participaba en casi todas las actividades que el movimiento de masas convocaba y logró con su liderazgo desarrollar la participación de varios institutos de la capital hondureña, porque la actividad que tenía encomendada era en la organización dentro de la federación y así fue muy conocido por los estudiantes.
Es uno de los líderes que con el tiempo, impulsa a mantener inclaudicable la lucha por la justicia, “hasta que nos muramos vamos a seguir clamando para que a él se le haga justicia, porque sus verdugos, sus asesinos, hoy son asesores de seguridad; son personas que se creen honorables y que la prensa coorporativa los catapulta como gente honorable cuando son verdaderos asesinos que perseguían, nos intimidaban, encarcelaban, secuestraban, torturaban y asesinaban a nuestra gente” afirmó el profesor Sergio.
En cuanto a su legado, Silva expresó que para la nueva generación es continuar la lucha.
“No hay pérdida de tiempo, cualquier momento es bueno para luchar, siempre recordamos a Roger, y cuando se han librado las luchas universitarias nos imaginamos a Roger, inmerso, por que las luchas lo contagiaban”.
Es que era muy alegre, la decisión y arrojo que tenía para la lucha hacía que los jóvenes se acercaran a él y creyeran en él, era un líder, era una persona siempre rodeada de seguidores que atraía con su entusiasmo.
Y las cualidades para describir a Roger González Zelaya, parecieran interminables, la profesora Martha lo recuerda dedicado, estudioso y tenía carisma, en este momento uno quisiera tener ‘cualquier cantidad de Roger' para que la situación fuera diferente, y a lo mejor no hubiera tanto muchacho sin oportunidades, estigmatizados y criminalizados no sólo por el Sistema de Justicia, sino por la sociedad, tendríamos más jóvenes en la lucha por los cambios y las transformaciones en este país, como era el sueño de él, en aquel momento y de todos nosotros siempre.
“Podrán quitarnos todo, menos la alegría”
En la mayoría de las manifestaciones de calle, del movimiento popular hondureño, se colocan pintas y afiches que recuerdan a Roger González en estos 29 años de su desaparición forzada.
El pasado 1 de mayo, “Día Internacional de los trabajadores y trabajadoras”, un afiche más tuvo eco en las calles de Tegucigalpa y Comayagüela.
Para Rivera, Martínez y Silva, es un acto obligatorio hacia la memoria de Roger denunciar este acto contra su vida. Sin importar los años transcurridos.
Rivera recordó que para el segundo aniversario de la desaparición del líder estudiantil, al colocar unos afiches en un punto de la capital, descubrieron a Andrés –Martínez- las fuerzas policiales de la época y estuvo preso. En aquellos años, era arriesgar la vida denunciar la desaparición de un compañero o compañera.
Pero ese legado continúa en las generaciones de jóvenes universitarios y de educación media en el país. Diversos colegios, hoy oficiales gracias a la lucha de Roger y de la Federación de Estudiantes de Segunda Enseñanza “Carlos Virgilio Zuniga” (FESE-CVZ), han realizado homenajes a su nombre. En el caso de la UNAH, el Movimiento Amplio Universitario (MAU), desde 2014, creó su Escuela de Formación Política y lleva el nombre de “Roger González”.
Su nombre simboliza lucha
La juventud universitaria ha abanderado sus luchas reivindicando al estudiante detenido desaparecido en 1982, Eduardo Lanza, y en un congreso universitario realizado en este año, se honró a Roger González. El profesor Andrés consideró que es importante, porque ambos cayeron en la lucha por la defensa de la Educación Pública.
“Retomar el nombre de Roger es el más grande sentido de solidaridad, porque era un hombre completamente solidario, él encabezaba las luchas, en cualquier lugar que hubiera una lucha estudiantil él se pronunciaba”.
Nos reunía y nos explicaba de qué se trataba y hacia dónde iba la lucha, los ejemplos que se debían retomar en ese momento histórico que se estaba viviendo, ahí notábamos la solidaridad increíble que Roger tenía ante el movimiento social y estudiantil, agregó Andrés.
Roger era un antiimperialista cien por ciento, defensor de la soberanía nacional, fue uno de los que se opuso junto a la organizaciones populares en ese momento a la llegada de las tropas norteamericanas a Honduras, la instalación de la primera base militar en Palmerola, departamento de Comayagua, y desde ese momento demostró una oposición especialmente contra el imperialismo norteamericano opresor y genocida, detalló Sergio Rivera.
Para los ahora docentes, que en los años ochentas eran líderes estudiantiles y vivieron las luchas populares en las calles, como consecuencia han tenido que acarrear por más de tres décadas con la persecución y estigmatización; pero les causa alegría que el tema de la memoria histórica sea retomado por las nuevas generaciones.
Pero conocer la horrorosa historia de la mal llamada “década perdida” que cobró cientos de víctimas mortales y desaparecidas, familias desintegradas y problemas emocionales, es parte de la lucha de los y las sobrevivientes como doña Elvia Zelaya, Bertha Oliva, Sergio Rivera, Martha Silva y Andrés Martínez.
El grupo de defensores y defensoras que han logrado mantener presente en carteles, consignas, pintas y afiches a sus compañeros desaparecidos, ahora los ven en la lucha de los estudiantes que retomando la memoria histórica, afirman por miles que “en las calles está el poder”, manteniendo presente el pensamiento del profesor Tomás Nativí Gálvez –desaparecido en junio de 1981-, y no se quedan solo entre recuerdos en torno a una mesa de tertulia, sino que se enfrentan a poderes fácticos, apostando hasta su vida o la de su familia.
Porque el rescate de la memoria histórica en un pueblo que tiene ‘amnesia histórica’ y que olvida con facilidad muchos contextos, puede significar el avance de los estratos sociales. Pero, los estudiantes ven que la historia se está repitiendo, comentó el grupo, y eso es un tema de preocupación.
De nuevo tenemos una sociedad militarizada, a los estudiantes de la UNAH se les enjuicia, encarcela, los han criminalizados, juzgado, la policía y los militares ingresan a los predios universitarios, como en el tiempo cuando Eduardo Lanza fue desaparecido.
Roger González “el flaco” también está en los nombres de las y los estudiantes condenados y procesados judicialmente desde la máxima Casa de Estudios que los envía ante un Tribunal de Justicia, en un país que condena a quienes exigen sus derechos:
1. Sergio Ulloa
2. Cesario Padilla
3. Moisés Cáceres
- Condenados el pasado 4 de junio por Usurpación, a causa de una protesta en julio de 2015, donde fungían como observadores de DDHH.
1. Norberto Cardona
2. Henry Orlando Rodríguez de Vicente
3. Josué Armando Velásquez
4. Jorge Elías Velásquez Contreras
5. Carlos Moisés Torres
6. Mario Miguel Valladares Guevara
7. Nery Yancarlos Gómez Cruz
8. Juan Carlos Hernández Lanza
9. Oscar René Barahona
10. Nancy Paola Cruz García
11. Jessy Nataly Sánchez Santos
12. Emmy Nohemy Jiménez Zelaya
13. Joseph Emmanuel Miranda Hernández
14. Marcio Noe Silva
15. Kevhin Ricardo Espinal Ramos
16. Reveca Elvir Mayorquin
17. André Johan Gómez Jeronimo
18. José Manuel Seren
19. Allan Moisés Alcerro Martínez
20. Ronnie Huete Salgado
El último es periodista que daba cobertura a la manifestación nocturna entre el 24 y 25 de mayo del 2017, en un toma exigiendo la libertad de sus tres compañeros.
1. Génesis Aracely Andino
2. Karen Giselle Reyes Pineda
3. Tiffany Nicole Zúñiga
4. Gloria Sarahí Mejía
5. Any Raquel Blanco Navarro
6. Tony Jossel Barahona Cruz.
7. Daniel Morales, en la UNAH-Valle de Sula
- Capturados el 16 de junio, tras allanamientos policiales en los predios universitarios.
* Periodista. Labora para el Área de Comunicación y Prensa del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH).
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