jueves, 26 de julio de 2012

¿El pueblo Garífuna, una isla de paz en un mar de violencia?




La ejecución de tres hermanos Garífunas en la comunidad de Triunfo de la Cruz, perpetrada en horas de la noche, irrumpe la paz que hasta ahora hemos batallado por conservar, en un país que se sumió en una espiral de la violencia.

Honduras post golpe se ha convertido en una de las áreas más peligrosas del planeta, superando incluso a Kandahar, Afganistan. La putrefacción imperante entre las fuerzas de seguridad y el cada día más visible narcoestado, son ingredientes del coctel de la muerte imperante en el país.

La ejecución sumaria de nuestros hermanos ha dejado a la comunidad de Triunfo de la Cruz perpleja, ante la osadía de los asesinos los que portaban uniformes del cuerpo elite de la Policía Nacional. Estos actuaron con saña, disparando sus armas de alto calibre a quemarropa, llegando al extremo que uno de los cadáveres exhibía más de 25 impactos de bala.

La enorme cantidad de armas que circulan en el país y la condescendencia existente con su porte, ha ayudado a fomentar a la cultura de la muerte, la cual incluso ha sido promovida por los medios de comunicación.

La juventud Garífuna observa el colapso del país, siendo pocos los casos de inclusión de nuestra juventud en el fenómeno de las maras. No obstante la pregunta es hasta cuando lograremos mantenernos al margen de la violencia.

En el actual carnaval electoral en que se ha sumido el país, bajo la mascara de una supuesta democracia, la mayoría de las problemáticas trascendentales de Honduras han quedado soterradas en el marco del pastel del poder, dejando a un lado tanto las acuciantes problemáticas sociales como la pústula de la violencia y la espiral irreversible en que nos hemos sumido.

Un indispensable desarme general, ha sido soterrado tanto por los partidos políticos tradicionales como por los emergentes. Existen antecedentes de farsas de desarme, que no abonaron a procesos de pacificación, sino más bien engrosaron los arsenales del crimen organizado. El robo de armamentos de los arsenales del ejercito y la policía han fomentado la violencia a limites abominables.

Nuestro pueblo es considerado en Honduras como timorato, ante la renuencia que demostramos a la violencia. Somos los herederos de los caribe-arawak, los que luchamos en las Antillas de forma persistente por nuestro territorio, sin embargo al radicarnos en Centroamérica hemos demostrado una tendencia al pacifismo, el que se ve amenazado por situaciones como la ejecución de nuestros hermanos de Triunfo de Triunfo de la Cruz.

La indignación Garífuna en este momento, sirve para la reflexión, más que el habitual llamado a la violencia que impera en el país. Es la hora para que la elite de poder política-económica de un golpe de timón y reaccione ante la enorme ola de violencia que han permitido o instigado en Honduras.

Condenamos enérgicamente este hecho violento, exigimos investigación y justicia en este crimen que ha enlutado a la comunidad Garífuna de Triunfo de la Cruz y por ende a todo el pueblo Garífuna en general y al mismo solidarizamos con la familia de nuestros hermanos Vidal Cacho, Jimmy Colón Centeno y Pablo Castillo.

Dado en la Ceiba a los 20 días del mes de julio del 2012
Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH

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