“Justicia es lo que queremos y deseamos”, expresó Natividad Hernández, padre del líder indígena y defensor de los derechos humanos Pablo Hernández, a pocos días de cumplirse siete meses de su vil asesinato.
Pablo Hernández fue asesinado el 9 de enero del año en curso en el municipio de San marcos de Caiquin en el departamento de Lempira, cuando iba para la celebración de la palabra en la Iglesia católica de ese lugar.
El joven líder indígena recibió cerca de ocho impactos de bala en su pecho, lo que le quitó la vida de forma instantánea.
Pablo era un líder en la lucha social de su municipio, era líder en la iglesia católica, era comunicador social y desde cualquier trinchera que se encontrara, luchaba contra la injusticia que estaba sometido el pueblo.
“Él era un hombre que no tenía egoísmo, no le deseaba el mal a nadie, incluso con la familia era bien portado, confiable en todo, serio en lo que él hacía, por eso para la familia fue un duro golpe, que todos los sentimos”, expresó Natividad Hernández, padre del líder indígena.
A pesar del trabajo que están haciendo las autoridades para esclarecer el crimen, para mi las investigaciones van lentas, ya van siete meses y no se sabe nada, sostuvo don Natividad.
Indicó que han llegado a visitarles agentes de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) de San Pedro Sula, y que eso le da la esperanza que se haga justicia, pero reiteró que ve muy lentas los trabajos de investigación.
“Por las comunicaciones que hemos tenido con la DPI de San Pedro Sula sabemos que el caso no lo han abandonado, y la última vez que vinieron me dijeron que tuviéramos la seguridad que ellos no descansan y no van a parar hasta que den con los que cometieron el hecho”, manifestó.
“Justicia es lo que queremos y deseamos, es difícil también que haya una paz, porque siempre los recuerdos quedan”.
Pero Éntima Cortez, esposa de Pablo, es escéptica, porque considera que se han dado otros hechos más recientes y las autoridades ya han identificado a los hechores y en el caso de su cónyuge ya van cerca de siete meses y aun no ven resultados.
“No logro entender, yo me he puesto a pensar, si ve el caso de Lepaera, la del supuesto perro, ya salió quien fue, y yo digo porque acá aun no, será el dinero o que”, reflexionó la viuda de Pablo Hernández, quien agregó que “nosotros no vemos ningún resultado que nos digan que va avanzando, entonces no sé si el dinero hace mover a las personas”.
Añadió que “nosotros lo que si queremos es que se haga justicia, porque no es fácil que un ser querido que amamos se nos vaya de esa manera. Nosotros como familia confiamos en Dios que se puedan esclarecer las cosas y haya justicia”.
“Ya van casi siete meses y todavía no hay resultados concretos para nosotros, y eso no nos tiene contento”, expresó Luis, uno de los hermanos de Pablo.
Luis caminó junto a Pablo tanto en la lucha de la iglesia y acompañándolo en las luchas sociales que él tenía.
“Aprendí el trabajo que él emprendió, él nunca quiso desear el mal para nadie y él siempre decía quién me crítica y que me amenaza yo le deseo bendiciones”, señaló Luis.
Añadió que para ellos al inicio era muy difícil saber lo que había pasado porque no había motivo para que le quitaran la vida de esa manera, pero conforme el tiempo, Dios va sanando las heridas y el corazón”.
“No es fácil aceptar lo que pasó, pero si creemos que hasta que no veamos a los responsables, tanto los que hicieron el hecho y quienes lo planearon, estén bajo arresto y estén pagando por lo que hicieron, hasta ese momento nosotros vamos a sentir la mayor paz”, sostuvo Luis.
El legado de Pablo está presente, “sabemos que le vino a dar un toque muy fuerte a nuestra población, principalmente a la del Caiquin, el pueblo que él amaba, pero para nosotros el día a día nos levantamos pensando en los ideales que él llevaba y que él pretendía a hacer en este municipio y a nivel de país y eso nos ayuda a nosotros a levantar bandera y hacer lo que él hacía como los ideales que el llevaba todos los días”.
Su esposa Éntima se ha involucrado en la lucha y hoy forma parte de la Red de Mujeres Biosferas Cacique Lempira Señor de la Montaña.
“Eso es lo que lo motiva a uno, le da ese ánimo de seguir adelante porque se sabe que a él le cortaron la vida, pero fue por luchar por la injustica de un pueblo sediento de justicia. Y gracias a Dios se ve esa semilla que dejó sembrada y poco a poco se van viendo los frutos”.
Por su parte don Natividad con más ánimo sigue su labor en la iglesia y con mayor fuerza al frente de las organizaciones que Pablo formaba parte, principalmente del Consejo indígena, desde donde sigue impulsando el trabajo para mantener vivo el legado de su hijo.
“En las organizaciones donde él estaba la lucha continúa, no se ha dejado caer, especialmente en la iglesia estamos de frente, en las organizaciones sociales también seguimos impulsando con los demás compañeros y eso a todos nos fortalece, porque sabemos que fue una lucha que él emprendió como todo un buen líder de tanto de la iglesia como del pueblo”.
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