viernes, 27 de mayo de 2022

Los adormecidos que despertaron


Defensoresenlinea.com

Es impresionante observar en estos primeros cuatro meses de administración post dictadura toda la energía expresada por sectores económicos, mediáticos, religiosos y políticos, que estuvieron sometidos a la verticalidad conveniente de la manada cuyo jefe está enjaulado en Nueva York en condiciones de reo terrorista.

Lejos de ese mal recuerdo llamado joh, el país vive actualmente una descompresión. Las momias que habitaban el inframundo del miedo y la esclavitud han tomado las calles, los periódicos y la televisión, para abrazarse con la libertad.

Los sectores que conocen bien las calles, en cambio, están menos excitados a la espera que el gobierno de la alianza Interpartidaria resuelva en democracia el enorme retraso provocado por las momias. Esta es la descompresión social de la que hablamos.

Las formas alternativas de protesta o de libre expresión han sido tomadas por los sectores que en 12 años las condenaron absolutamente. Las tomas de calles y carreteras, el uso de carteles y graffiti, las manifestaciones, la ocupación de edificios, los comunicados públicos de carácter censor, los bloqueos, hasta los ayunos.

En términos de la doctrina de derechos humanos no hay conflicto con esas manifestaciones de la libertad individual y colectiva, porque son derechos fundamentales. Pero si vemos la inversión de roles políticos en el contexto actual estamos en la obligación de explicar algunos elementos que hacen falta en el cuadro.

Por ejemplo, los cristianos evangélicos, que han lavado dinero de los carteles criminales en templos, propiedades e inversiones diversas, ahora están alarmados por la bandera de la diversidad sexual y profetizan catástrofes, como si fuera poco el huracán narco corrupto bendecido con sus aceites.

La identidad de género de una persona, así como su opción sexual, su derecho a la libre asociación y a la libre expresión, es un derecho humano inalienable que está por encima de los dogmas. Por encima de las oraciones que claman por un narco-terrorista.

En cuanto a los dueños de los buses y camiones, esos barones al servicio del partido nacional, que han movilizado históricamente electores y masas asalariadas del circo, dirigen contra Xiomara las primeras tomas de carreteras en 2022. En 12 años fueron obedientes al amo y rodaron sus motores mascullando en silencio sus rabietas.

Ahora que la guerra indirecta de Estados Unidos contra Rusia, utilizando la OTAN, encarece el precio de los combustibles fósiles a nivel local y dispara la inflación en todo el planeta, los buseros y camioneros tocan violentamente la puerta del gobierno y el Cohep se asocia en complicidad con ellos en nombre de la inversión y la atracción de capitales.

Por años trabajando para la industria de la extorsión, los transportistas y sus representantes corporativos pretenden en un saz la erradicación inmediata de sus problemas por la nueva presidenta.

Vamos ahora a la confluencia del Colegio de Periodistas y C-Libre, dos organizaciones que siempre anduvieron en vías paralelas con respecto a las violaciones a la libertad de expresión y la vigencia de los delitos contra el honor, causantes de múltiples querellas contra trabajadores de medios.

En 2001, durante el gobierno del presidente del Mitch, como llamó el agudo Víctor Meza a Carlos Flores Facussé, el Colegio de Periodistas rechazó el informe presentado por C-Libre ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington y se rehusó a apoyar una iniciativa para suprimir los delitos contra el honor en el Congreso Nacional.

El gobierno del Mitch fue el más intolerante a la crítica pública que registra la Comisión Interamericana de Derechos Humanos entre 1998 y 2002. Aquella dictadura mediática provocó la destitución de editorialistas, jefas de redacción, directores de canales de televisión y dueños de medios no alineados. La mayoría de las víctimas curiosamente eran parte del movimiento C-Libre en aquel momento, o comulgaban con él.

Uno de los extremos de aquella intolerancia llevó al gobierno del Mitch a promover cambios en la ley del Comisionado Nacional de Derechos Humanos, para castigar al abogado Leo Valladares Lanza que insistía en la vigilancia ciudadana post huracán, especialmente de los contratos de reconstrucción. Todo el gabinete de aquel régimen comprometido con la corrupción no fue juzgado hasta nuestros días por sus tropelías.

“Una crítica al presidente es una crítica al Estado, y por tanto es un acto de traición a la Patria”, así decían los horribles portavoces de la Asociación de los viejos medios de Honduras y la frase era repetida entonces por los periodistas asalariados de ese sistema.

En la actualidad, con la presidencia de la sociedad interamericana de periódicos, que ostenta el propietario de La Prensa y El Heraldo, hay una insistencia en la despenalización de la calumnia y la difamación que no fue impulsada durante la dictadura, porque no era necesaria.

El sistema de medios contó durante 12 años con una ley de canje publicitario, que permitió a las empresas de comunicación intercambiar sus facturas de impuestos pasadas y futuras por la difusión de los contenidos y líneas editoriales del jefe de la manada y sus hermanos.

Además, en los años de la dictadura corrupta, por la vía de exoneraciones, los medios ahora desatados se quedaron con más de 150 millones de dólares. Estas cifras fueron mostradas la noche del viernes por el ministro asesor Milton Benítez en su programa el perro amarillo.

Benítez explicó la posibilidad que barones mediáticos y banqueros asociados sean extraditados a los Estados Unidos por actividades de lavado de activos de la corrupción y del narcotráfico. Y que esta realidad sería la que motiva su comportamiento censor y de apariencia celosa por la libertad de expresión en el gobierno actual.

Además, dijo el funcionario, el hecho que el gobierno no tiene pauta para las empresas mediáticas privadas fortalece en cambio los medios públicos para informar a la población.

“Los medios tradicionales están en un ataque con cuchillos largos y violentos hacia el nuevo gobierno para presionarlo a pagar pauta publicitaria” aseguró el ministro Benítez. Un ejemplo que dio fue el del Grupo OPSA, de Jorge Canahuati Larach, que obtuvo de la dictadura un beneficio de 47 millones de dólares entre 2014 y 2021, y que actualmente está en posición de ataque.

Los actuales portavoces del Colegio de Periodistas, que han sido empleados de Canahuati en sus periódicos, buscan convertir la libertad de expresión en un medidor internacional sensible para reducir la fuerza del gobierno que reemplazó a los narcos. Este razonamiento del ministro asesor es ilustrado con las portadas de los diarios atacando la amnistía, los incendios, la nueva Constitución, las inundaciones, la influencia política de Manuel Zelaya, las demandas de empleo de los activistas, y otros temas que forman el concierto favorito de los sin pauta.

Es curioso esta descompresión social de los actores antes dormidos y ahora despiertos. No son las maras M13 y M18 ni los carteles sobrevivientes ni las fuerzas armadas que perturban al nuevo gobierno en su calidad de fuerzas hostiles. Son las identidades religiosas, económicas y políticas que se beneficiaron directamente de los 12 años de dictadura.

Es tan fuerte la disposición de bloquear al pueblo hondureño que, en dicha estrategia, no se perdonan las disidencias. El diputado Rolando Barahona, del partido nacional por Comayagua, joven inteligente, independiente, con criterio propio, ha sido silenciado a pitazos y amenazado con la expulsión por decir la verdad en el Congreso Nacional. La verdad que confronta el miedo. La verdad que rompe el sometimiento.

A propósito, el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, en su reciente libro sobre la “La sociedad Paliativa”, explica que el sometido neoliberal ni siquiera es consciente de su sometimiento al control central. Pensemos aquí en todos los sectores que estuvieron atados a Hilda, Tonny, Ana y joh por la vía de las pautas. Esos sectores, siguiendo a Han, se figuran ahora ser muy libres. Sin necesidad de que los obliguen desde afuera, se explotan voluntariamente a sí mismos creyendo que se están realizando. Hacen bulla en plenitud.

Dice el filósofo que, en sus cabezas, la libertad de los oprimidos no se reprime, se explota. El imperativo es negar al otro su existencia, estar atento a sus pifias o errores, nunca a sus aciertos, y siempre atentos a nuestra felicidad, a nuestra prosperidad. Eso, sin embargo, les genera una presión que es más devastadora que el imperativo de ser obedientes.

Han sido obedientes por tanto tiempo que hoy están desbocados en la línea de la libertad. Este día, por ejemplo, los sin pauta son incapaces de ver que la fiesta de la amnistía se celebra en Honduras con un Encuentro Centroamericana de Memoria Histórica.


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