Élida y Lineth, podrían estar jugando en casa, rodeados de vegetación, cultivos y ancestrales costumbres, heredadas por el pueblo lenca de La Paz.
Sin embargo, asisten con sus madres a una jornada de formación de vocería para defensoras en Marcala, La Paz. Dos días dedicados a compartir, escuchar, aprender e interactuar con otras mujeres.
Las niñas que oscilan entre los 7 y 8 años no conversan mucho, por el contrario, son calladas y se mantiene en las sillas asignadas, tomando nota de lo que se expone.
Escriben poco, leen menos, poco a poco rompen el hielo y se involucran en las actividades grupales, ellas son participativas. No entienden mucho de lo que se expone, pero sí de iniciar juegos infantiles con Josué y Angelly, de menor edad.
Existe un decálogo de derechos de los niños y las niñas, encaminado a mejorar y proteger la vida y desarrollo integral. En este sentido, el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), apoya la formación de las nuevas generaciones, relevos sociales con pensamiento crítico para quienes van de salida en estos espacios y emprenden nuevas defensorías.
A lo largo de 40 años de trabajo por la defensa de los derechos humanos, son incontables las personas -ahora jóvenes/adultas- cuyas primeras memorias los remonta a algún taller de formación impartido por el COFADEH.
Hace unos diez años, la pequeña Elioreth expresó que ella también iba a morir en la lucha por la defensa de la tierra junto a su madre, la defensora de la península de Zacate Grande, Ethels Corea, integrante de la Red de Defensores/as de Derechos Humanos del Sur (REDEHSUR).
“Aprendí nuevas cosas, las dinámicas, los juegos, me gustó mucho estar aquí” Lineth, 7 años
O el pequeño Camilo, muchas veces durmiendo en algún rinconcito de la oficina del COFADEH, después de la jornada escolar, ahora es un Embajador de la Memoria, junto a otro grupo de jóvenes que desde antes de nacer ya estaban ligados a esta organización que coordina Berta Oliva, propulsora de la formación en derechos humanos por la memoria, contra la impunidad y la no repetición.
Los niños y las niñas tienen derecho a la vida, salud, seguridad social, dignidad, libertad personal, expresar sus opiniones, nacionalidad, identidad, nombre y a la propia imagen, educación, cultura, deporte, recreación y al tiempo libre, al medio ambiente y los recursos.
La precariedad en la defensa de los derechos de los niños y niñas quedó al descubierto durante la emergencia sanitaria por el Covid-19 (marzo 2020). Dos millones de estudiantes fueron enviados sus hogares, de ellos, más de la mitad quedaron excluidos del sistema educativo ante la falta de equipo técnico y capacidad pedagógica.
El impacto más fuerte se dio en la zona rural, donde no hay dispositivos móviles o el internet es lento, para las clases virtuales. Doña Reina Rodriguez, madre de Lineth, confirmó que la niña tiene problemas en el estudio porque “es el internet muy lento y los profesores no siempre tienen acceso” a mantener datos o compra de recarga telefónica.
Lineth tiene siete años, va a la escuela, se involucra en las actividades de la comunidad, es la primera vez que asiste a un taller de formación. Para su madre, llevarla a estos espacios le da seguridad, porque dejarla sola en casa sería un riesgo.
Situación distinta enfrenta Élida, quien por un accidente que le lastimó el abdomen abandonó la escuela. Tiene ocho años y no especifica sus datos o aficiones. Su madre, Gladys Urquía, agradeció al equipo del COFADEH que involucró a la niña en las actividades como asistente en las participaciones grupales.
“Conversamos sobre lo aprendido, es bueno que ella se forme”, refirió doña Gladys, en el segundo día de jornada.
Ambas madres afirman que es importante que las niñas y niños se integren en las jornadas de formación; si bien, se ven obligadas a andarlas con ellas, porque no tienen quien las cuide en casa, hay que aprovechar los conocimientos recibidos, pues se forma conciencia social y aprenden a defender su territorio.
La niñez y adolescencia de Honduras (0 a 19 años) está constituida por 3.9 millones de niños y niñas, que representan el 47 % de la población nacional, por lo que es grupo importante que debe ser formada en valores y defensa de derechos humanos.
En la agenda de incidencia y vocería de defensoras de derechos humanos, el marco del proyecto “Aumentar la capacidad de incidencia de las mujeres y de indígenas lencas”, que ejecuta el COFADEH con fondos canadienses, el tema de niñez y adolescencia será llevado hasta los espacios radiofónicos, televisivos y redes sociales, como ser acceso a la educación pública, educación sexual y prevención de embarazos en adolescentes, seguridad social y salud.
Lo que para nuestros detenidos desaparecidos en la década de 1980 eran “las futuras generaciones”, ahora son el presente, en quienes se debe realizar el sueño e ideales de una patria con educación, salud y acceso a la justicia social, como parte de la apuesta del COFADEH en estos 40 años de lucha contra la impunidad.
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