viernes, 25 de noviembre de 2022

Nuestros abuelos: otra forma de retratar la ternura…

Radioprogresohn.net


Nacer, crecer y reproducirse es en la vida del hombre y la mujer, uno de los oficios más complejos asumiendo todo lo que conlleva este camino ya que en lo ancho nos podemos encontrar algunos tropiezos y, a lo largo un par de victorias, las cuales sin duda debemos disfrutar por igual al máximo. Nuestros padres, por ejemplo, al concebirnos a nosotros, obtuvieron un gran tesoro, una victoria que después se la mostraron a nuestros abuelos, abuelos que, ya habían tenido en sus manos un tesoro anterior, el cual cuidaron y pulieron hasta verlo brillar.

Sin embargo, los tiempos cambian, la posmodernidad ha venido a dar un giro en la vida de cada uno de nosotros, tanto positivo como caótico. y nos ha enseñado que nuestros abuelos, ya no nos ven como tesoros, algunos porque realmente no lo somos y otros porque prefirieron mandarlos a lo más recóndito de un asilo y dejarlos ahí, a la mano de Dios, o en su detrimento a esperar que la muerte llegue y les de el descanso que ya se merecen por haber vivido en esta difícil época.

Y es que realmente es triste ver como después de ser tan fuertes como un roble, algunos deciden abandonarlos a su suerte, hubo muchos que hasta pelearon por alguna herencia, pero cuando llegó el momento de cuidarlos decidieron hacerse de la vista gorda e ignorarlos porque ahora ya no les eran útiles o porque simplemente los consideran una carga, carga que, no están dispuestos a llevar en sus espaldas, ni mucho menos en su hogar. De ahí que personas de un corazón gigante deciden brindarles apoyo sin esperar absolutamente nada a cambio, solo por aquello de que “el prójimo merece vivir dignamente”, porque cuando se pierde la dignidad, se pierde también un poco de humanidad.

Ya quedan menos de nuestros abuelos y abuelas, ya sea por la enfermedad o el paso de los años. Las razones a veces no son suficientes cuando reconocemos que aún con su carácter, su cabello grisáceo, su edad y todo lo que el envejecimiento les haya traído, siempre extrañamos a nuestros viejitos, a propósito de estar las fiestas de diciembre cerca, creo que éstas ya no son las mismas sin ellos, la navidad se siente opaca y en el abrazo de año nuevo es difícil no extrañarles. Sin duda, todo esto, hace un tiempo ha dejado de ser importante en algunas familias dentro de la sociedad.

He de creer que todavía hay quienes disfrutan de sus abuelos, quienes aún llevan a casa una caja de galletas o algún pan en especial y encienden la estufa o el horno para preparar una taza con café mientras escuchan algunas de sus historias, y estas personas, son grandes privilegiados, aún conservan junto a ellos un libro andante, lleno de sabiduría, dispuesto a ser leído y dar consejos, sacar lo mejor de nosotros y también obtener mucho cariño del cual será difícil prescindir. A ellos, pido hacer felices a sus viejitos, ya que su ausencia, deja un vacío imposible de llenar.

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