El sociólogo y analista Eugenio Sosa, compareció el sábado 29 de octubre al programa radial “Voces contra el Olvido” para analizar la injerencia de Estados Unidos en Honduras que se ha manifestado a través de una serie de expresiones y twiters publicados por la embajadora Laura Dogu, desde que la presidenta Xiomara Castro asumió el poder en enero de 2022.
El editorial del COFADEH difundido en el programa de radio y titulado: “Candil de la calle, oscuridad de la casa. Y cómo la carta Rolston revive en la carta Dogu”, hizo un paralelismo entre las dos misivas. La carta Rolston, escrita por Hiller Rolston en 1920, detalla una serie de instrucciones de cómo manejar las empresas estadounidenses dedicadas al cultivo del banano en Honduras, que convirtió al país en un enclave bananero. La nación del norte llamó a Honduras “república bananera”.
La concesión a las empresas bananeras duró más de cien años y permitió a Estados Unidos obtener ganancias estratosféricas en detrimento de la débil economía hondureña. Además, las compañías bananeras sobornaban políticos y escogían a los presidentes de la nación. Fue una injerencia descarada del imperio estadounidense.
Eugenio Sosa comenzó expresando que el paralelismo expuesto entre la Carta Rolston y el papel desempeñado hasta el momento por la diplomática estadounidense Laura Dogu, arroja similitudes tremendas y nefastas de la voluntad que quiere imponer Estados Unidos con su política imperialista, supremacista y racista, además de insertar a los gobiernos, una línea de sus pensamientos que va alineada con los intereses de sectores empresariales y conservadores de Estados Unidos.
Sosa dijo que esas posturas van en contra de lo que la nación del norte suele decir que apoya como los estados democráticos, el estado de derecho y los derechos humanos en general.
“Es increíble que, a estas alturas del siglo XXI, Estados Unidos mantenga estas pretensiones injerencistas y de querer avasallar a los pueblos de América Latina y particularmente al pueblo hondureño que ha sufrido las grandes consecuencias de esta política exterior de Estados Unidos hacia Centroamérica”, apuntó.
El sociólogo señaló que de nuevo aparece el doble rasero, la doble moral política de los Estados Unidos, porque después de que hemos vivido casi 13 años del golpe de estado, donde en ningún momento un funcionario de este tipo o del Departamento de Estado, ni siquiera a Juan Orlando Hernández que se involucró tanto y que hoy es un prisionero en aspectos criminales y dictatoriales, de grandes irrespetos a los derechos humanos y traficó con drogas al mismo país de Estados Unidos, nunca vimos un reclamo o una carta de este tipo sino todo lo contrario.
El exdictador recibió premios, recibimientos y aplausos por su colaboración con su aliado de parte del presidente Donald Trump.
“Sin embargo un gobierno que está ordenado la casa, que está haciendo esfuerzos (aunque falta mucho para reconstruir el estado de derecho, para reconstruir la institucionalidad y la democracia) y que ha demostrado también una política diferente hacia los derechos humanos, (lo cual no significa que no se siguen violando, no significa que hace falta justicia; hace falta mucho por hacer), pero a este gobierno se le trata de esta manera injerencista”, detalló.
Lo que hay detrás es marcarle los límites al gobierno de la presidenta Xiomara Castro, marcar la cancha a la idea de la refundación y marcar la cancha al proceso de cambio que se ha impulsado, sostuvo.
Sosa expuso que si bien es cierto hay una enorme similitud entre la Carta Roslton y la Carta Dogu, pero Estados Unidos no se ha dado cuenta que vivimos en un nuevo mundo geopolítico.
“Estados Unidos ya no tiene y está perdiendo cada vez más su hegemonía y su capacidad de imponer a los pueblos de América Latina a su antojo. Entonces lo vemos cómo en Centroamérica ha perdido espacio, más allá de discusiones internas de lo que pasa en cada país, prácticamente es non grato en El salvador, producto de una serie de situaciones. En Nicaragua la misma señora Dogu ya pasó por ahí y fue declarada non grata y hay problemas de relacionamiento en Guatemala y en Honduras hay una estira y encoje, detalló.
El sociólogo expuso que hasta el momento Honduras no ha planteado romper relaciones diplomáticas. Por lo menos la presidenta Xiomara Castro en eso ha sido clara, “pero le ha pedido respeto, le ha pedido dignidad y en este sentido hay que destacar como histórico como dice la carta, que por primera vez gobiernos como el de la presidenta Xiomara Castro llama la atención y reclama en su condición de país soberano, reclama la dignidad del pueblo hondureño y le pide directamente que pare esta política injerencista”.
El también director del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), señaló que hay que observar el comportamiento de los grupos de poder y los grupos oligárquicos ante la propuesta del gobierno de Honduras de reclamar su condición soberana y dignidad, y donde se ha lanzado toda una matríz mediática para llamar irresponsable, exagerada, fuera de tono al gobierno de Honduras por esta posición digna.
Hay que observar también las posturas de los gremios empresariales, porque el otro elemento que está de fondo es que esta carta Roslton y este comportamiento de la señora Dogu, lo que también refleja es que hemos tenido gobiernos y élites políticas y económicas totalmente vasallas, totalmente subordinadas a esta forma de actuar de los Estados Unidos.
“Porque lo que hemos tenido ha sido una conducta entreguista en Honduras y que ahora se está cambiando, se está rompiendo con eso y que nos hizo tremendo daño a los derechos humanos en los años 80´s y todavía sigue la lucha de COFADEH y del pueblo hondureño por hacer justicia”, expresó.
El investigador social dijo que lo que implicó la Carta Roslton en el pasado fue una entrega total del territorio, donde prácticamente había un gobierno más que paralelo, en el que el poder se ejercía, se determinaba y se configuraba en las compañías bananeras, en los procónsules que había y también imponían a sus propios caudillos políticos.
Sosa agregó, que vinculado a esta política de la Carta Roslton es que tuvimos una dictadura como la de Tiburcio Carías Andino (1933-1949) que estuvo marcada por el encierro, por el destierro, por todas estas violaciones a los derechos humanos; marcada por una gran persecución a los opositores políticos enviados unos al exilio y otros que perdieron la vida.
El sociólogo indicó que, si no se detiene la injerencia de Estados Unidos, puede significar la generación de crisis políticas e incentivar crisis política, recuerde que ya el hecho que se esté negociando el tema energético, el hecho de que se haya cambiado el tema de los fideicomisos, el hecho de que se quiera revisar todo el tema vinculado a exoneraciones, que todavía no se haya hecho.
El hecho de que falta mucho por hacer para parar los extractivismos y que también debe de avanzarse en eso, entonces quieren parar acciones de cambio, acciones de rescate a la democracia, acciones de rescate de derecho y someter a una parálisis al gobierno de la presidenta Xiomara Castro para que no avance, para que no avance el país y para que se pueda terminar en pedazos como lo pretendieron con las ZEDES, recuerde que les ha molestado mucho el tema de las ZEDES, explicó.
“El tema de las Zonas Especiales de Desarrollo (ZEDES), es un tema crucial de desmantelar, porque ese tema no se desmantelado totalmente, es una herencia de la dictadura. Hay que recordar que hay que ratificar constitucionalmente la eliminación de esto”, advirtió Eugenio Sosa.
Sosa señaló que hay que recordar empresas como Próspera en Islas de la Bahía,de capital estadounidense y hondureño, con la que la señora Dogu se ha estado reuniendo y que reclama esos derechos como una ZEDE, aún en contra de la destrucción del territorio y en contra de la destrucción de la soberanía.
Eugenio Sosa añadió que lo que se ha hecho en estos meses en el aspecto financiero es parar los fideicomisos y lo otro es que hay una intención del gobierno en la que podría avanzarse, pero que todavía no se ha hecho, y lo que quisieran parar, que es la posibilidad de revisar las exoneraciones fiscales.
“Ni siquiera se está hablando de eliminar totalmente porque el gobierno ha estado abierto, de que si esas exoneraciones realmente son importantes para que se reactive algún sector de la economía que está deprimido, vale la pena que puedan caminar. El problema es que la orientación de las exoneraciones ha estado centrada al gran capital”, apuntó el investigador social.
Otro tema que destacó Sosa son las negociaciones con los organismos de crédito internacionales en donde señaló que hay una política del actual gobierno, de no devaluar la moneda y de enfrentar la inflación, pero sobre todo de no permitir grandes devaluaciones.
Finalmente, el sociólogo resaltó la elección de los nuevos magistrados y magistradas a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que se realizará en enero de 2023 en el Congreso Nacional, al cual calificó como un tema crucial para el país.
“Es un tema con el cual hay intereses grandísimos de carácter económico, político, de crimen organizado y transnacional por seguir perpetuando una Corte que no aplique la justicia y que se pliegue a los grupos de poder”, comentó.
Eugenio Sosa criticó que esos mismos grupos de poder quieren disfrazar el tema señalando que se quiere controlar a la nueva Corte, y adoptar el modelo cubano, nicaragüense y venezolano, y esto se utiliza como un caballo de batalla.
“Pero no se reconoce el gran problema que hemos tenido con la justicia, de total indefensión ciudadana”, subrayó.
Creo que hay una serie de cortinas de humo y se construyen narrativas que atacan al gobierno sin ningún fundamento sostuvo Eugenio Sosa.
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