miércoles, 10 de julio de 2019

"A 10 del Golpe de Estado, Honduras está en lucha abierta por el cambio"



Por Eugenio Sosa

Se cumplen diez años del Golpe de Estado de 2009 contra el pueblo hondureño y el gobierno del expresidente José Manuel Zelaya Rosales. Durante esa década, la ciudadanía ha enfrentado una serie de procesos que determinaron de erosionar la institucionalidad y el sistema democrático, uno de ellos ha sido la imposición de la reelección presidencial impulsada por Juan Orlando Hernández.

En ese sentido, el catedrático universitario y sociólogo Eugenio Sosa comenta que la ruptura del orden constitucional ha significado un retroceso “brutal” para el país; sin embargo, considera que el Golpe de Estado de 2009 no ha terminado de consolidarse porque Hernández y quienes le han apoyado, como una especie de continuismo del golpe, están en un momento muy difícil.

Eugenio Sosa considera que lo “novedoso” de estos diez años es la lucha abierta “con fuerzas subterráneas, locales, regionales y algunas más nacionales” en la búsqueda o la idea del cambio.

A continuación la entrevista con el sociólogo Eugenio Sosa, quien además hace un análisis de los cuestionamientos hacia la administración nacionalista:

Radio Progreso (RP): ¿En el actual contexto nacional, se confirma que a diez años se ha consolido del Golpe de Estado de 2009?

Eugenio Sosa (ES): Para el país ha significado un retroceso brutal, prácticamente hemos tenido 10 años de Golpe de Estado, se abrió algo continuado, recordemos todo lo que se ha hecho de destrucción de la institucionalidad y la concentración de poder. Pero todo lo novedoso de estos diez años es que hemos tenido una lucha abierta con fuerzas subterráneas, locales, regionales y algunas más nacionales que buscan el cambio. Ha significado un retroceso brutal para el país. Yo no creo que esté consolidado, porque Hernández y quienes le han apoyado como una especie de continuismo del Golpe están en un momento muy difícil, aunque quieran aparentar cierta frescura. Estamos entre la lucha, el cambio y la perpetuación.

RP: ¿A diez años del Golpe de Estado, cuál es el papel que deben asumir las estructuras político-electorales de oposición?

ES: El gran problema de Honduras es que quieren cambiar jugando a las mismas reglas; creo que estamos atados a un vicio de la componenda y el ejercicio del poder fuera de los marcos legales. Me llama la atención como algunos diputados de Libertad y Refundación (LIBRE), que tienen compromiso por una Honduras diferente, justifican repartirse –puestos-, deberían de ser más contundentes. Están muy pegados con llegar a 2021, con la ilusión de poder ganar las elecciones. La fuerza del cambio viene de lo social, de la ciudadanía, no importa que gobierno esté.

(RP): ¿Cómo interpretar las declaraciones de la Cámara Comer e Industrias de Cortés, en las que se cuestiona el accionar de Juan Orlando Hernández?

(ES): Lo veo como un buen síntoma de un proceso de soledad que estará viviendo Hernández si continúa en el poder, si se resiste a dejarlo; en el empresariado sigue habiendo un extremo cálculo, sobre todo cuando la ciudadanía toma el escenario, se asustan y retroceden en su crítica al régimen. La palabra mágica no la quieren dar estos grupos y es decirle al presidente que renuncie, decirle que es el problema fundamental, que Hernández por su reelección ilegal es la síntesis de los diez años del golpe.

(RP): ¿Ha llegado al máximo la ebullición social?

(ES): Cuando en 2017 se produjo el Golpe Electoral construimos una frase donde decíamos que este gobierno en estos años iba a estar patinado en una fina capa de hielo, replanteando eso podríamos decir que se mueve en una atmosfera de mucho combustible disperso; lo que hemos tenido hasta ahora puede ser pequeño si persiste en quedarse –Hernández-. Así como podemos ver ebullición ciudadana, podemos ver un régimen más dispuesto a la represión.

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