martes, 3 de febrero de 2015
Mujeres Lencas evidencian violación a Derechos Humanos en Intibucá
Por Sandra Rodríguez
Las violaciones a derechos humanos se sufren desde antes de nacer y continúan en los centros educativos, debido al abuso de autoridad de parte de las autoridades correspondientes que en lugar de servir a la población, la convierte en víctimas.
Un grupo de la Asociación de Mujeres Intibucanas Renovadas, AMIR, participa hoy y mañana en un taller sobre Derechos Humanos, facilitado por el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, COFADEH, y a lo largo de la jornada han identificado algunos derechos violentados en sus comunidades.
Ellas consideran que el hecho de ser mujeres, indígenas y campesinas, acrecenta la posibilidad para que las autoridades edilicias, educativas, de salud, crediticias, policiales y militares, entre otras, las traten con irrespeto y no atiendan las solicitudes que ellas como ciudadanas realizan.
Sin embargo, reconocen que “debido al empoderamiento que tenemos ya no somos desconocen sus derechos, son violentadas y corren el riesgo de que en los partidos políticos –miembros- las quieran manipular “ya que nos miran humildes, personas no que tenemos grados académicos, pero gracias a las capacitaciones hemos salido adelante”.
“Nosotras no tenemos la capacidad para ser mentirosas y ellos –políticos- si tienen actitud hasta para marginarnos”, enfatizó una de las participantes.
Lamentan que cuando buscan atención médica, no las atienden como debe ser, por lo que algunos pacientes han muerto por negligencia, o a las mujeres que acuden a control prenatal, el personal médico les infiere palabras “pesadas” (por ya tener varios hijos) que atenta contra su integridad emocional y la del bebé en su vientre.
En los centros educativos, se ha dado el caso de que algunos maestros, aun imponen castigos dolorosos a los estudiantes, o simplemente, no cumplen con la carga académica, dejando a los menores sin clases.
Las mujeres lamentan que la ayuda económica para labores del campo, no llegue hasta ellas, sino que se queda en promesas gubernamentales, o en manos que no necesitan, denunciaron las integrantes de la AMIR.
Y no pude faltar las denuncias por abusos de agentes policiales y militares, quienes golpean a las personas que capturan, a veces a alcohólicos, o imponen multas a los conductores de vehículos, por faltas que no han cometido.
En parte del taller, se compartió sobre la historia de la organización del COFADEH, que surge en el marco de implementación de una Doctrina de Seguridad Nacional, dónde se perseguía a líderes sociales y políticos opositores a la línea de gobierno en la década de 1980, algunas de las participantes compartieron datos de los hechos ocurridos en Olancho, dónde desapareció un sacerdote. (Columna de campesinos, entre ellos el Padre Guadalupe Carney, 1982).
Las mujeres, que además de realizar labores domésticas, integran empresas y cooperativas para procesar y comercializar sus productos alimenticos, artesanías, flores y tejidos típicos, comparten que también es importante capacitarse, por eso están hoy aquí, pues sólo en estos espacios es que ellas pueden aprender sobre las leyes que les asiste, ya que en su vida diaria difícilmente tienen acceso a estar informadas.
“Nosotras queremos vivir con dignidad, y es deber del Estado garantizarnos salud, educación, vivienda, pero eso no llega hasta nosotras”, compartió el grupo de mujeres renovadas, reunidas en la ciudad de la Esperanza, Intibucá.
Cabe destacar que niños y niñas junto a sus madres han participado de este taller, ellos se involucran en temas de DDHH y comparten también sus experiencias en las labores del campo, la escuela y con los amiguitos.
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