viernes, 5 de febrero de 2016

Triunfos pírricos



Por segunda ocasión, en sus dos años en el Congreso Nacional, la oposición política hace sentir su voz en dos temas trascendentales para el país. El primero, si recordamos, fue el no rango constitucional a la Policía Militar. Aquí ganó el pueblo hondureño gracias al papel que jugaron los partidos de oposición, con mayor fuerza los partidos LibRe, Pac y Pinu, al parar las intenciones del gobierno aunque no se ha podido frenar que los militares sigan ocupando puestos importantes en la vida institucional del país.

Hoy con la elección de la nueva Corte Suprema de Justicia de nuevo la oposición hace sentir su rechazo y de un solo bombazo le recuerda al bipartidismo que ya no mandan en este país, por lo menos en este periodo en el Congreso Nacional. Liberales y Nacionalistas se repartieron la Corte, 7 a 8, sin contar que hay una fuerza política de oposición que cerró filas a estas prácticas que el bipartidismo estaba acostumbrado a realizar en el poder legislativo.

Los partidos de oposición, así como el pueblo hondureño, están descontentos por la forma cómo se ha llevado este proceso de elección en el que la vieja forma de repartirse el poder ha quedado a un lado y han llevado la elección a otra instancias que puede ser que no sean las más idóneas pero al final no se le pone fácil a los políticos tradicionales.

La Corte Suprema de Justicia es un poder del Estado clave para mantener la democracia del país. Y el pueblo indignado se ha desgarrado con sus gritos y consignas exigiendo un alto a la corrupción y a la impunidad, y hoy también ese grito suma en el Congreso Nacional que ha logrado despertar a algunos diputados y diputadas de los partidos de oposición para que no se ciñen a la repartición del poder, una acción vergonzosa para los intereses de la nación.

Nunca como ahora, la ciudadanía misma ha mostrado un gran interés por la elección de esta corte y le exige a sus representantes, en el Congreso Nacional, una elección transparente, sin negociaciones y que todo se haga a la luz del sol y de la forma más pública posible.

Aunque son triunfos pírricos, porque al final no se tendrá la Corte que la ciudadanía exige, es importante señalar que el ejercicio ciudadano no se debe terminar. La nueva Corte debe tener un seguimiento muy cercano de auditoría ciudadana para obligarla a que sus actuaciones estén apegadas a derecho, por lo menos esos escenarios ahora pueden ser posibles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario