El sector de Baracoa en el departamento de Cortés, se convirtió en un campo de concentración policial-militar y de salvaje represión. Una convocatoria hecha por el magisterio de los departamentos de Cortés, Yoro y Santa Bárbara, fue atacada por más de dos horas, este lunes.
Como estaba previsto, los maestros de Yoro y Santa Bárbara se concentraron en la aldea Puente Alto, en las cercanías de Baracoa, y sus colegas de Cortés, su punto de encuentro fue la aldea El Chile, a unos cinco minutos de la ciudad Puerto Cortés.
Desde cada sector el magisterio salió en caminata para llegar a un punto de encuentro, en símbolo de fraternidad y unión de lucha en contra de la privatización de la salud y la educación pública. A este acto le llamamos el “Guscasco de lucha Magisterial”.
Pero, mientras el magisterio se movilizaba pacíficamente un promedio de 500 efectivos de las fuerzas de “seguridad” los asechaban. Después de caminar dos horas, el encuentro se llevó acabo en la aldea Las Brisas, en el bulevar que conecta de San Pedro Sula con Puerto Cortés.
Cinco minutos después, a eso de las 11:30 de la mañana, los policías y militares llegaron de manera amenazante con toletes, escudos antimotines, bombas lacrimógenas y sus fusiles de reglamento, exigiendo el retiro inmediato de los manifestantes. Hasta este lugar llegaron integrantes del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos-Conadeh- para evitar la represión, sin embargo, cuatro minutos después comenzaron a tirar bombas lacrimógenas.
A partir de ese momento comenzó la persecución por todo el bulevar. No se salvó; familias de más de 30 viviendas fueron víctimas de lanzamiento de gases lacrimógenos. Las personas tuvieron que salir de la comunidad de sus hogares porque las bombas esparcían el humo en todas sus viviendas.
“La Policía, que fue creada para servir y proteger a la nación, se ha convertido en guardia de la dictadura política que mal gobierna el país. El pueblo está sometido a la más cruel barbarie y brutalidad por parte del ejército, por parte de la dictadura y el régimen”, gritaba una maestra mientras corría intentando librarse del grupo de militares seguían sus pasos.
“Estamos sufriendo y padeciendo, el ambiente está saturado de bombas lacrimógenas y gases que han lanzado a nuestras casas sin motivo alguno. Han disparado balas de sus fusiles, han traído la zozobra y eso no es justo”, gritaba una señora mientras su familia la auxiliaba del efecto de los gases.
A esa misma hora maestros y maestras buscaban refugio en casas particulares mientras encontraban el transporte para salir a sus lugares de origen. A eso de la 1:30 de la tarde llegó la calma y el magisterio puedo salir del sector donde vivieron dos horas de zozobra.
La pregunta de los protestantes fue, ¿y ahora dónde más reprimirá este gobierno? El tiempo les dio la razón. Horas más tarde dentro de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, en Tegucigalpa, la Policía Militar irrespetó la autonomía universitaria y reprimió con gas y bala.
Hasta el cierre de la nota los heridos de bala llegaban a 5.
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