jueves, 8 de diciembre de 2016

"Fidel me enseñó a pensar": María López Vigil, periodista cubana



Murió Fidel Castro, la figura más polémica del mundo. El responsable del éxito y del fracaso de la revolución cubana. Sin duda, un personaje de influencia mundial. Hasta los sectores que lo adversan le pusieron atención, y con su muerte también les ha obligado a reflexionar sobre los escenarios que se abren en esta coyuntura sobre las relaciones con la isla.

“Fidel Castro fue el ídolo de mi adolescencia, no sólo Fidel también Camilo Cienfuegos, Rolando Cubela que luego se apartó de la revolución, todos aquellos guerrilleros, su mensaje de justicia. Ellos hicieron que un país tan pequeño como Cuba se sintiera tan grande y tan importante, y eso es muy importante en la adolescencia, eso contribuye a que tengamos sentido de dignidad, sentido de ciudadanía” asegura la periodista cubana radicada en Nicaragua, María López Vigil.

Fidel Castro convirtió a Cuba en un país muy fuerte y resistente a graves adversidades como los ya 55 años de bloqueo económico y comercial impuesto por Estados Unidos, el país que le dice al mundo que lucha por las libertades pero encarceló a una isla que sacó su dignidad para defender su soberanía.

Radio Progreso (RP) ha dialogado con la periodista, escritora, cubana radicada en Nicaragua, María López Vigil (MLP), jefa de redacción de la Revista Envío en Nicaragua.

RP. ¿Cómo la tomó la noticia de la muerte de Fidel Castro?
MLP. No puedo negar que fue una conmoción. Yo nací a la conciencia de la justicia social, de la importancia de la política, del deseo de un mundo más justo y del orgullo de ser cubana con Fidel. Y sentí, al saber que había muerto, que estaba vinculado estrechamente al inicio de mi conciencia. Ningún cubano, con un poco de sensibilidad, puede olvidar de lo que significó el inicio de la revolución cubana y el papel que jugó Fidel. Me dolió.

RP. ¿Cómo fue su vida en Cuba?
MLP. La verdad fue muy poco tiempo porque yo tomé una decisión de hacerme monja a los 16 años, entonces viví dos años y medio la revolución. Sin embargo, por mi familia, conocía perfectamente, desde muy pequeña, las desigualdades sociales que había en la isla. Yo soy de clase media baja, pero yo sabía que en el campo la gente moría de hambre y era analfabeta. Yo sabía que Estados Unidos era dueño de muchas tierras y de la industria.

RP. ¿Qué pensó cuando se enteró de los programas sociales que traía la revolución?
MLP. Cuando yo escuché por primera vez lo que era la reforma agraria, lo que era la campaña de alfabetización, me pareció que el mundo podía cambiar y que yo podía cambiarlo también. Después las cosas se complicaron, por el origen muy católico de mi familia mi papá empezó a tener miedo de las relaciones de Cuba con la Unión Soviética, y esa fue la razón del exilio.

RP. ¿Cuándo usted se interesa de nuevo en Cuba?
MLP. Durante mucho tiempo no pensaba mucho en Cuba y no sabía mucho de Cuba, fue 20 años después, ya en Nicaragua, que empecé a volver a Cuba año tras año, a comprender lo que había pasado en mi país, y fue en los años 90´s, cuando cayó la Unión Soviética y Cuba se quedó sin ese apoyo, que yo me decidí a escribir sobre Cuba.

RP. ¿Qué concluye casi 30 años después de la caída de la Unión Soviética?
MLP. La revolución cubana tuvo la oportunidad, al caer la Unión Soviética, de convertirse de nuevo en una verdadera revolución. Fue un momento estelar. Escribí con mucha esperanza de que se iba hacer una transición hacia una revolución verdaderamente socialista, no pudo ser. No se puede gobernar un país como gobernó Fidel durante tantos años sin cometer gravísimos errores, y se cometieron gravísimos errores en busca de la justicia, pero el resultado no fue el mejor.

RP. ¿Quién fue Fidel Castro para usted y para su vida?
MLP. Fidel Castro fue el ídolo de mi adolescencia, no sólo Fidel también Camilo Cienfuegos, Rolando Cubela que luego se apartó de la revolución, todos aquellos guerrilleros, su mensaje de justicia. Ellos hicieron que un país tan pequeño como Cuba se sintiera tan grande y tan importante, y eso es muy importante en la adolescencia, eso contribuye a que tengamos sentido de dignidad, sentido de ciudadanía aunque entonces no se decía así, se decía patriotismo, yo prefiero decir ciudadanía. De Fidel, lo que siempre recordaré es que él me enseñó a pensar.

RP. ¿Cómo valora usted la forma como el mundo ha tomado la noticia de la muerte de Fidel?
MLP. Un personaje como Fidel, tanto tiempo en el gobierno, en un momento del mundo tan conflictivo, desde un país tan pequeño como Cuba, con un propósito de desafiar a la única superpotencia del mundo que es Estados Unidos, naturalmente Fidel no puede más que ser odiado y amado. Creo que las dos posiciones extremas no se corresponden con la realidad. Nunca se puede olvidar que Fidel les dio a los cubanos un sentido de dignidad nacional y un acumulado de capital humano que no existe en ningún país de América Latina.

RP. ¿Qué trata de decirnos con su libro Cuba, ni paraíso ni infierno?
MLP. Es un libro que responde a los 40 años de la revolución al momento del final de la Unión Soviética. Es un libro que, cuando yo lo escribí, tenía una gran esperanza en que la revolución iba a transitar a un estadio de socialismo de la comunidad, autogestionarios porque faltaba la Unión Soviética, eso no pudo ser, no fue, no ocurrió, y cuando yo leo y releo ese libro lo releo con una cierta nostalgia y hasta tristeza, no podría escribir de la misma manera sobre Cuba hoy en día porque creo que el fin de la Unión Soviética fue una enorme oportunidad para que Cuba tomara un camino verdaderamente revolucionario, no se aprovechó, se perdió.

RP. En ese libro, ¿les da usted la razón a los cubanos de Miami que ahora celebran la muerte de Fidel y también a los cubanos que están en la isla?
MLP. No. Yo pienso en los cubanos y en las cubanas que están en la isla, que tienen un sentido de amor a Cuba y también a Fidel, que nació en aquellos años y que ha sido transmitido de generación en generación. No tengo nada que ver con el pensamiento de mis compatriotas de Miami, para nada. Fidel iba a morir como vamos a morir todos, ninguna muerte de nadie debe celebrarse, y tampoco es correcto, es honesto hablar sólo de las sombras que hay en la historia política de este personaje.

RP. ¿Cuál ha sido la Cuba tras que Fidel dejara el poder del Estado en 2006?
MLP. Pues una Cuba que tomó un giro bastante capitalista. Es decir, en vez de entregar el poder social a las cooperativas, a los movimientos autogestionarios, en vez de promover esa sociedad más madura de debate, lo que tenemos es corporaciones transnacionales capitalista controladas desde el Estado y un modelo estatal tan rígido que no es socialismo y tampoco revolución.

RP. ¿Así se ha mantenido Cuba en estos últimos 10 años?
MLP. Si, incluso yo diría que se ha empeorado. Es decir, si no, no veríamos a tantos cubanos saliendo de la isla a costa de cualquier peligro y de cualquier riesgo. La sociedad cubana, sobre todo las nuevas generaciones, se sienten ahogadas, la justicia y la libertad no se han completado, no hay una economía que permita la equidad y la felicidad, y pudo ser.

RP. ¿Cuál es el escenario que le espera a Cuba con un presidente de Estados Unidos de la talla de Donald Trump?
MLP. Él ha amenazado que toda la apertura del presidente Obama la va a revertir. El presidente Trump es un riesgo, un peligro, una amenaza no sólo para Cuba sino para América Latina. Éste hombre no cree en el cambio climático, éste hombre siempre pensó en el dinero, no tiene ninguna conciencia social, y yo creo realmente que en el caso de Cuba es capaz de revertir todo lo que se avanzó con Obama.

RP. ¿Cuál es la Cuba con la que queremos relacionarnos?
MLP. Con la Cuba que viene desde Martí hasta Fidel Castro, que es la Cuba donde la gente tenga la posibilidad de tener toda la justicia posible, así decía Martí y así dijo Fidel en su momento. Toda la justicia posible pasa por equidad, por felicidad, por oportunidades y pasa también por la libertad, la libertad de debatir, en Cuba es necesario que la gente pueda expresarse, que se supere la censura y la autocensura. Cuba está preparada, como ningún otro país de América Latina, para enfrentar una sociedad democrática, plural, equitativa y justa, la merece.

RP. ¿Y está preparado Raúl Castro para avanzar por ese camino?
MLP. Pues no lo sé, porque Raúl es un militar, y Raúl es una persona muy forjada en un modelo de sociedad demasiado autoritaria. Esperemos que sean los cubanos y las cubanas que han querido a Fidel, que han criticado a Fidel y que saben perfectamente la herencia que José Martí dejó en Cuba, quienes reclamen esa sociedad más justa, más equitativa, más feliz y más libre.

RP. En una frase, ¿cómo define a Fidel Castro?
MLP. Un político irrepetible.

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