martes, 9 de agosto de 2016

Traficar con el dolor en tiempos de lluvia



La lluvia se dejó venir y con mucha fuerza. La tormenta es aprovechada por los mismos de siempre, a costa del sufrimiento de los de siempre. Los políticos están queriendo concretar sus estrategias tradicionales para traficar con el dolor de las víctimas.

Hay voces que dicen que Honduras invierte más de 3 mil millones de Lempiras para atender los desastres provocados por fenómenos naturales. ¿En manos de quiénes quedan esos dineros, quiénes se benefician más en las inundaciones?

Las aguas están revueltas, en materia de reelección, en plebiscitos que son más macabros en la intención que en las preguntas mismas.  Los fenómenos atmosféricos son la excusas perfectas para desviar la atención de los principales problemas que aquejan a la población.  Las lluvias con sus consecuencias, son las aguas esperadas para llevar las bolsitas con la foto del candidato. 

Seguimos preguntándonos, ¿por qué las autoridades dejan todo a última hora, por qué no se trabajan estrategias y planes claros basados en la prevención? Mientras esperamos respuesta a esas preguntas, el gobierno de la república sigue siendo el principal responsable de la vulnerabilidad a la que están sometidas nuestras comunidades. Son responsables de omisión y de acción.

Los congresos mineros, la aprobación de proyectos hidroeléctricos, el impulso del monocultivo, son la mejor expresión del interés del gobierno central y local para sentar las bases de su propuesta de desarrollo desde la industria extractiva. Eso no sólo deja en precarias condiciones a las poblaciones directamente afectadas, también aumenta los niveles de riesgo y vulnerabilidad de las comunidades.

Así que tiempo de huracanes, son buenos tiempos para los políticos de turno, pero mal tiempo para las comunidades empobrecidas y vulnerables de nuestro país que ven como esa clase política sigue jugando con su dignidad.

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