miércoles, 26 de junio de 2013

Vergüenza contra dinero


Diario Tiempo

El ex-aspirante a la Presidencia de la República y alcalde de Tegucigalpa, Ricardo Alvarez, dice estar angustiado porque ya ha pasado más de un mes de haberse cursado al Tribunal Supremo Electoral (TSE) la solicitud de su inscripción como Designado en la fórmula presidencial del Partido Nacional (PN) sin que el organismo electoral haya decidido qué hacer al respecto.

Se pregunta el señor alcalde capitalino la causa de la demora. ¿Por qué mi caso y el caso del Partido Nacional llevan cinco semanas? ¿Cuáles son los motivos de este atraso?, interroga y él mismo se contesta: “Yo, la verdad, siento que hay un juego político que deben detener, que deben resolver y que debemos aclarar de una vez por todas”.

Y tiene toda la razón del mundo el frustrado aspirante al mando de la República. Hay en esto un juego político de la peor factura, que el TSE debió evitar con apego a la ley y a la justicia política con solo declarar inadmisible esa solicitud de inscripción, teniendo a la mano la instrumentación jurídica e incluso sentencias sobre casos similares en el actual proceso electoral.

Por no haber procedido en forma congruente y con rectitud, el TSE ha abierto el cauce del empantanamiento del proceso electoral, sin duda de graves consecuencias, cediendo a las presiones del candidato del Partido Nacional,  Juan Orlando Hernández, JOH, que ha convertido tal solicitud ilegal y maquiavélica en un pulso entre él y la autoridad electoral.

Es obvio que ese “juego político” ha empezado a crear un cisma en el interior del Tribunal Supremo Electoral, al mismo tiempo que desvela la dependencia de este organismo de la voluntad partidista, y, por lo tanto, la vulnerabilidad institucional que le impide garantizar la transparencia y la  legitimidad de los procesos electorales.

El magistrado Enrique Ortez Sequeira, por ejemplo, ha dicho, con justeza, que la solicitud de inscripción de Ricardo Alvarez como Designado debió resolverse en el plazo de ley, o sea el 7 de junio. “Los plazos no fueron cumplidos, los magistrados están todavía tratando el tema… Esa circunstancia política que es tan importante para el partido, para el proceso y la estabilidad del cronograma electoral”.

En ese mismo enredo puede anotarse la preocupación del TSE porque no le desembolsan las asignaciones presupuestarias para funcionar en concordancia con la programación del proceso. Son, por el momento, 100 millones de lempiras que faltan, “y podría ser que algunas actividades tendríamos que apretarlas y obviamente la calidad del proceso podría verse perjudicada”. Pisto en mano —sentencian los campesinos— y la ofrenda en tierra.

Así tenemos una demostración más del manoseo legal, promovido por el “liderazgo” que pretende continuar gobernando nuestro país a como haya lugar, preferiblemente por asalto. En este caso, el del pulso entre JOH y el TSE, el comodín de la Democracia Cristiana parece estar en la apuesta. Es momento de recordar el famoso grito de Chibás: ¡Vergüenza contra dinero!

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